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XIV

No había aplausos ni risas ni voces chocando unas con las otras. Durante un largo rato se prestaba especial atención a la competencia y la causa era la tensión que había en ella.

El número de los participantes se redujo a una mínima cantidad conforme pasó el tiempo, y te dabas cuenta cómo la dificultad aumentaba después de cada palabra mientras más cerca de la final se encontraban. En el centro yacían tres jurados en dirección al escenario, los cuales eran los mismos quienes daban a cada participante las palabras a deletrear.

No creía que fuera tan complicado. Sin embargo, mi percepción de las cosas cambiaron al escuchar las palabras que se presentaban de las cuales yo no tenía conocimiento alguno; al decirlas, si no tenías un conocimiento previo de ellas eso bastaba para equivocarte y quedar fuera.

Fue exactamente lo que pasó con más de la mitad de los participantes, quedando solo ocho sobrevivientes a las rondas pasadas, de pie.

—Hemos alcanzado la última ronda en la cual si uno de ustedes acierta correctamente, será declarado ganador o ganadora de esta competencia —uno de los jurados anunció y al instante se presentaron los aplausos. Los participantes se tensaron más que antes.

Desde el inicio hasta ahora Alec y yo estábamos igual por no decir peor que ellos, tanto que nos encontrábamos sentados en la punta de los asientos en lugar de apoyarnos en el respaldo de las sillas como Ethan lo estuvo haciendo antes de empezar.

Nuestras espaldas nos lo agradecieron.

Estando bien sentada, mis ojos se dirigen hacia Ethan quien estaba concentrado como los demás. Disimulo lo más que puedo y admiro de reojo el perfil que tengo ante mí del chico con tan distinguida capucha de sudadera. No puedo creer que un rostro como el suyo haya estado oculto bajo una máscara durante tanto tiempo; que esas cejas pobladas, largas pestañas, su nariz recta y labios suavemente delineados no hayan sido apreciados, diría que hasta envidiados por mí.

Hago de mi vista hacia adelante justo antes de que Ethan volteara y yo quedara en ridículo por mi poca vergüenza. Espero que no se haya dado cuenta.

—Hola Jade —el jurado saluda una chica castaña de pelo corto frente al escenario, una de las finalistas—. Hola —respondió y esperó.

—Milia Passuum.

Alec tragó en seco.

—Milia Passuum —repitió para sí misma—. ¿Puedo tener toda la información?

—Sí. Es la distancia recorrida por uno de los pies después de apoyarse en el pie contrario. El término es de origen romano. En la antigua Roma la milla romana equivalía a la distancia de mil pasos. Para los romanos, un paso equivalía a dos pasos de los actuales. Milia Passuum —el jurado volvió a repetir la palabra despacio.

Antes de que Jade hablara, percibí el movimiento de algo a mi lado. Al girarme encuentro extraño el ver a Ethan susurrar algo parsimoniosamente. Concentré mi vista en la oscuridad del gimnasio a sus labios y en las últimas cosas que salían de ella.

Estaba diciendo la palabra.

—Milia Passuum —la chica por nombre Jade hizo un gesto con sus manos, como si estuviese tecleando algo en la nada mientras movía sus labios al compás de sus manos. Cuando se detuvo, miró a los jueces—. Milia Passuum. M-I-L-I-A-P-A-S-S-U-U-M.

—Es correcto —los aplausos llenaron el lugar y en tres filas más abajo, dos adultos y un niño dejaron sus asientos aplaudiendo hacia ella; sin lugar a dudas era su familia.

La parte más complicada de aquella palabra es la última, y es la que Ethan pronunció en voz baja con facilidad. Él no parecía tener alguna emoción a pesar de haber sido acertada.

La competencia continuaba con más intensidad y, pese a los buenos candidatos, los participantes fueron reduciendo cada vez más. Todos eran de los mejores y en su turno tenían su manera de memorizar y analizar las palabras, algo característico suyo. Grupos de familias tenían emociones juntas al ver a sus hijos salir o quedarse hasta terminar. Las palabras eran todavía más difíciles y lo más confuso y sorprendente a la vez, era que Ethan seguía acertando todas ellas, las conocía como todos conocemos el típico «hello, how are you».

Lo miré extrañada. ¿Lo habrá estado haciendo desde el inicio?

El final se hacía presente, pues solo tres personas estaban de pie: Elliot, Ethel y otro chico. Lastimosamente, este último falló en su palabra asignada solo por olvidar una de las letras. Incluso, Jade había fallado rondas atrás y en este momento solo quedaban nuestra amiga y el egocéntrico Elliot como finalistas.

Ethel siempre se mostró relajada, mas no pudo evitar inflar sus mejillas cuando le tocaba pasar al frente. Durante el transcurso de todo le dedicamos uno los aplausos más potentes, pero no sobrepasamos a los de sus padres quienes visualizamos no muy lejos de nosotros.

—Hola Elliot —el chico de anteojos caros estaba al frente con su mejor sonrisa—. Hola —respondió.

—Bewusstseinslage.

—¿Puedo tener la definición?

—Sí. Es un estado de conciencia o un sentimiento desprovisto de componentes sensoriales. Ocurre cuando se pierde la capacidad de mantener una conciencia de sí mismo y del entorno. Bewusstseinslage.

—¿Puedo saber el origen?

—Alemán.

Silencio.

—Bewusstseinslage —luego, procedió a decirlo mientras palmeaba su mano contra su pierna—: B-E-W-U-S-S-T-S-E-I-N-S-L-A-G-E.

—Correcto.

Él no había fallado en ninguna hasta llegar a la final.

Puesto que está por acabar, la audiencia está exasperada y los aplausos son más intensos. Ethel cerró los ojos inhalando aire para después abrirlos.

—Elliot, si deletreas correctamente la siguiente palabra serás declarado ganador de la competencia de deletreo este año —todo se hizo un silencio desesperante—. Erysipelas.

—¿Puedo tener la definición? —preguntó otra vez.

—Una enfermedad infecciosa bacteriana que afecta la piel y al tejido subcutáneo, especialmente el rostro, y se caracteriza por la aparición de placas rojizas. Erysipelas.



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En el texto hay: amor, timidez, conmovedor

Editado: 08.09.2023

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