Nunca supe que ocurrió con él luego de ese día, pero niños no vayan a pensar que su abuelo era malo, el simplemente se cegó por lo que ocurriría si presentaba a Odell ante los magos y alquimistas, hasta compró una poción de alto costo para hipnotizarme aquel día, luego se sintió tan mal que después me ayudó a buscar a Odell, pero fue para nada, ya que en mi corazón sentía que jamás regresaría...
Por eso queridos hijos, hoy iré donde el artista del pueblo a crear ese recuerdo.
—Pero mamá,¿no nos contarás primero tus aventuras con Odell?
—Será después pequeño porque no vas a jugar con tu hermana menor mientras vuelvo.
—Bien mamá, ¡vamos hermanita!
—¡si!
—Entiendo señora, pero me lo explica otra vez, no doy paso a errores en mis pinturas.
—Claro, una niña como de seis años, de cabellera rubia y tez clara, que sostenga en alto, una criaturita.
—¿algo así como un bebé?
—como un hombrecillo, más bien.
—bien... Veré lo que hago señora Ava, dele mis saludos a su esposo y a sus hijos, y mi más grande pésame por la pérdida del señor Alphonse.
—Gracias Adolph.
—la pintura se la entregaré en un mes y pase buen día.
Y así Ava aún con 36 años, jamás olvidó a su fiel amigo de la infancia Odell, y envío a crear un recuerdo que ha perdurado a través del tiempo cuya pintura hoy es nuestra portada.
~Fin~