Prólogo

Hay una leyenda que se cuenta en todo el mundo. Leyenda… con casi tres milenios de antigüedad.
Diferentes versiones de la misma aparecieron con el pasar del tiempo, pero todas se centran en los mismos dos detalles.
La caída del rey de los demonios, Lanrath, la cual trajo consigo tiempos de paz para todas las razas. Y las seis siluetas en la cima de la montaña Aurora.
Las siluetas misteriosas, cuya identidad jamás fue descubierta, simplemente se desvanecieron en el aire ante los ojos incrédulos de todos.
Se decía muchas cosas sobre ellos.
"Fueron los que derrotaron a Lanrath."
"Solo eran viajeros desafortunados que pasaban por allí."
"Eran aliados de Lanrarh que huyeron al perder a su líder."
Nunca se pudo comprobar la verdad sobre ese grupo, pero sí hay algo que todos recuerdan, y es que uno de ellos dijo antes de desaparecer: "Inicié los sucesos del pasado, y estoy reparando el futuro, solo les queda aguantar el presente".
Con esa última declaración, una luz azul cegó a todos, abriendo paso a su desaparición.
Aquella guerra fue recordada por todos como el derramamiento de sangre más grande de la historia.
¿Y porqué no lo sería? El número de bajas llegaba hasta los 1.2 billones, pero, esas fueron las muertes reportadas.
Ahora, sabiendo esto, imaginen cuántos murieron en realidad.
Pese a los cambios y versiones, los ancianos trataron de preservar los versos más importantes. Los mismos que guardaban un mensaje para el futuro:

"La eternidad no es para siempre, la paz es solo momentánea, y ver el mundo arder no siempre significa peligro."
"Verde y púrpura son los colores que cargan el peso de los sueños y pecados, blanco y negro no son el bien y el mal, y al abrir tus ojos vendados, verás aún más colores."
"El tiempo nunca deja de moverse, y si lo hace, nunca intentes correr, si avanzas envejeces, si retrocedes rejuveneces, pero si te plantas firme, ni el tiempo mismo te podrá mover."
"La Vida y la Muerte no son los culpables de tu desgracia, no los maldigas por darte la vida y mucho menos de arrebatarla, solo están ahí poniendo un inicio y un final a tu camino, lo que suceda en medio es causa de tus acciones, tu propia suerte, y tu destino…"