Luego de dar mi tan deseado grito de bienvenida, el pueblo de Silon salió a recibirnos.
Los vítores comenzaron mientras nos acercábamos a ellos. Nos preguntaron si nos encontrábamos bien, y si habíamos logrado liberar a Rinto, pero al final, lo que más hicieron fue preguntar acerca de lo que vimos.
Supongo que a esta gente les gusta las historias.
Les dijimos que fuimos nosotros los que derrotamos a la banda gemela, e inventamos una historia de cómo sucedió. Todo con la intención de ocultar a Relt, lo cual, no nos duró mucho tiempo.
Un niño de entre la multitud llevaba un pequeño jarrón entre sus manos, y trató de pasar entre los demás para acercarse a nosotros, pero en un descuido, el niño se tropieza, soltando el objeto que traía, y cuando el jarrón estuvo a punto de tocar el suelo, Relt saltó de la muñeca de Sofía, y transformándose en una almohada detuvo su caída, evitando que se dañara.
Todos quedaron en completo silencio, y a la vez, nadie le quitaba la mirada de encima a esa extraña almohada azul que salvó el jarrón.
El niño se puso de pie, y se acercó a coger su jarrón nuevamente, y para sorpresa de todos, parecía conocer a Relt.
—Usted es el guardián del bosque Hiedra, ¿verdad? —preguntó el niño, abrazando su jarrón—. Mire esto, señor guardián, este jarrón de arcilla lo hice con mi abuelo. Él me dijo que usted es como la arcilla, y que puede volverse lo que sea. Se los iba a regalar a los héroes, pero ¿no prefiere quedárselo usted?
Entendiendo que esconderse ya no serviría de nada, optó por responder la pregunta del niño.
—Ese jarrón lo hiciste para ellos, ¿por qué me lo das a mi? —preguntó Relt, aún convertido en almohada.
—Usted vino con ellos, señor guardián, eso quiere decir que usted es una buena persona, entonces le doy mi jarrón como un regalo de bienvenida.
—…
—Tómelo, es para usted —el niño volvió a dejar el jarrón sobre Relt.
—Está bien. Lo tomaré si es lo que quieres —respondió Relt, haciendo aparecer nuevamente sus patas puntiagudas manteniendo su forma de almohada.
—Parece que ya no tienes que esconderte —dijo Sofía, acercándose a Relt—, incluso hiciste un amigo, eso lo hace todo más fácil ¿verdad?
El alcalde de Silon se acercó, e hizo una pregunta dirigiéndose a todos.
—¿Qué les parece a todos, si hacemos una fiesta de bienvenida a los héroes y su nuevo compañero?
El bullicio se disparó con esa pregunta, volviéndose rápidamente en un mar de palabras cargadas de emoción y alegría.
"Cuando todos hablan al mismo tiempo, nunca logro entender nada, pero me alegra que estén tan animados como para organizar una fiesta."
………
……
…
Los niños se juntaron y empezaron a perseguir a Relt como si fuera alguna clase de juguete nuevo, resultaba cómico ver una almohada con patas corriendo por todos lados.
—¡¡AYUDENMEEEEEE!! —gritaba Relt, mientras huía de la manada de niños tras de él.
"Nah, va a estar bien."
Érick se ofreció a ayudar con la preparación de la fiesta, pero le dijeron que no, porque Mónica ya se estaba encargando de la comida, y que con eso era suficiente.
—Oye, Érick —llamó Mónica, mostrando una sonrisa sospechosa—. ¿Por qué no se van tú y mi hermanita a dar un paseo? Claro, aprovechando que ninguno tiene nada que hacer.
—Supongo que tienes razón —asintió Érick
Michael, ¿quieres venir con Sofía y conmigo? —me preguntó Érick.
—Michael tiene sus propios planes, ¿no es así? —preguntó Mónica, guiñándome un ojo.
—¿Eh? ¡Oh, si! Yo también tengo planes para hoy —respondí, siguiéndole la corriente a Mónica—. Lo siento chicos, tendrán que ir solos esta vez.
Luego de eso, Érick y Sofía simplemente se fueron, mientras yo me preguntaba: "¿Qué estará tramando Mónica con todo esto?"
Me retiré de ahí, y empecé a caminar por el pueblo.
………
……
…
Deambulé por los distintos negocios de Silon, habían abierto nuevos puestos, como una tienda exclusivamente de madera, muebles, utensilios, juguetes, adornos entre muchas cosas más, y también un negocio de corte de cabello.
"Un corte no me vendría nada mal."
Entonces fui interrumpido por alguien.
—Hola Michael, ¿estás libre? —preguntó alguien sujetándome del brazo.
Y yo respondí con tanta serenidad que casi parecía indiferente.
—¿Uh? Oh eres tú, hola Lilia.
—¿Qué clase de saludo es ese? —preguntó Lilia con una expresión enojada pero a la vez adorable.
—Lo siento —me disculpé con una ligera sonrisa—, es que me tomaste por sorpresa. ¿Necesitas ayuda con algo?
—Pues… tenía algo de tiempo libre, así que se me ocurrió, que podría dar un paseo contigo —respondió Lilia acercándose más a mi brazo.
—¿Co-Conmigo? —pregunté un poco nervioso por lo cerca que estaba.
—Así es —respondió con una expresión de satisfacción—, y ya que te tengo sujeto del brazo, sé que no escaparás.
"Rayos… se siente extraño tener a una chica tan cerca. ¿Qué haría un chico como yo en una situación como esta? Ya lo sé, debo actuar con naturalidad, sí, eso es."
—Tampoco es que tenga razones para huir, además yo tampoco tengo nada que hacer —respondí lo más tranquilo que pude.
—Perfecto, entonces vamos.
………
……
…
Lilia me arrastró a distintos lugares durante nuestro paseo. Primero pasamos por una floristería.
—¡Oh! Que linda pareja de jóvenes. ¿No quiere una flor para la señorita? —preguntó el vendedor con un rostro alegre.
—Emm… no somos pareja. —respondí algo avergonzado.
Luego de mi respuesta, Lilia simplemente y sin previo aviso, me pellizco en el brazo que me sujetaba.
—¡Oye, ¿por qué me pellizcas?! —pregunté.
—¡Hmph! —se volteó haciendo pucheros.
—¿Y ahora te enojas?, en verdad no sé qué pasa contigo.
………
……
…
También pasamos por una tienda de curiosidades.
—Oye Michael, mira, esa taza es muy linda. ¿Te gusta? —preguntó, señalando una taza con forma de corazón.
—Claro, se ve muy bien —respondí—. ¿La comprarás para ti?
—Este método no funciona contigo, ¿verdad? —murmuró Lilia, soltando un largo suspiro.
"Vaya, incluso hay vasos con forma de espada, ¿cómo logras beber con esto? ¿Uh? Parece que Lilia dice algo."
—Disculpa, no te escuché, ¿qué fue lo que dijiste? —pregunté volteando a verla.
—Descuida, no dije nada importante, solo hablaba de la tasa.
"¿Otra vez se enojó?"
………
……
…
Luego de eso, fuimos a la panadería del pueblo, que es el negocio del padre de Lilia.
—Está oscureciendo… —comentó Lilia mirando al cielo—, es el momento perfecto. Michael, ¿podrías seguirme a la parte de atrás?
—¿Uh? Claro, no veo porqué no —respondí pacíficamente.
La seguí y tuvimos que rodear la panadería, hasta que logramos llegar a la parte trasera. Aquel lugar estaba lleno de cajones de madera vacíos, y sacos de harina.
Lilia empezó a usar los cajones como escalera para subir al techo de la panadería, y luego me hizo una seña para que la siguiera.
Era una subida de dos pisos, pero no me sentí nervioso en lo absoluto. Después de cruzar el puente colgante de Rinto, cualquier otra altura es un juego de niños.
—¿Por qué subimos a este lugar? —pregunté terminando de escalar los cajones.
—Ven aquí —dijo Lilia de pie, mirando hacia el horizonte, en dirección donde el sol se desvanece.
—Lilia ¿qué sucede?, ¿te sientes bien? —pregunté, colocándome a su lado.
—¿Recuerdas el día que nos conocimos? —preguntó Lilia, con una expresión de nostalgia—. Llegaste a esta panadería sin nada de dinero, y sin ninguna idea de donde estabas. Recuerdo que mi padre les llamó la atención a ti y a tus amigos por eso, jiji. En el momento en que los vi, supe que había algo diferente en ustedes, algo especial. ¿Quién se hubiera imaginado que unos completos extraños serían los grandes héroes que nos salvarían?
—Bueno… nosotros solo quisimos ayudar. No nos gustaba verlos sufrir por culpa de esos tipos tan desagradables, por eso lo hicimos.
—Luego de eso hubo paz por un tiempo, hasta que regresaron con su líder y arrasaron con el pueblo sin importarles nada. Los bandidos nos secuestraron a tu compañera y a mí, pero tú fuiste a rescatarnos, y no solo nos salvaste, también derrotaste a Halcón y conseguiste que sus hombres huyeran.
—Sí, lo recuerdo, aquel tipo era muy fuerte, me costó mucho vencerlo, aunque al final recibí un poco de ayuda del "destino".
"Bueno, de un Libro del destino al parecer."
—Nadie pensó que fuera raro que hayas ido a rescatar a tu amiga. Pero… también me rescataste a mí, a pesar de ser una completa desconocida, incluso arriesgaste tu vida para hacerlo…
"¿Completa desconocida? Es cierto que no sé muchas cosas sobre ti, pero… no puedo negar que sí te conozco."
—Al ahuyentar a los bandidos, lograste que Silon pudiera brillar otra vez. No veía a la gente de este pueblo tan feliz desde que era una niña. Pero… cuando me enteré que después de aquello, quedaste en cama sin poder despertar, yo… no pude evitar sentirme responsable…
—¿Qué…? ¿Responsable de qué? —pregunté.
—Si solo fuera tu amiga, la habrías podido cargar y huir de ahí casi sin problemas, pero yo estuve cautiva también, y eso solo provocó que tus problemas se volvieran el doble.
Poco a poco Lilia fue narrando lo sucedido desde su punto de vista, algo que no me hizo sentir ligeramente incómodo.
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Editado: 26.07.2024