Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.2

Capítulo 1: El entrenamiento empieza

La mañana siguiente de la fiesta de bienvenida que tuvimos en Silon, Relt nos llevó a Érick y a mí a las afueras del pueblo.

No importaba lo mucho que insistía, Relt evitó decirnos el motivo, pero aún así, decidimos seguirlo.

Pero eso no evitó que nos quejemos con él.

—¿Por qué nos levantaste tan temprano, maldito globo? —pregunté aún con ganas de seguir durmiendo.

—Debiste medir tu tiempo anoche. —respondió Relt— No es culpa mía que sigas siendo un niño incapaz de levantarse temprano por su cuenta. A diferencia tuya, tu amigo ya estaba despierto cuando llegué.

—Sí, sí, sé que Érick madruga todos los días, para él ya es como una rutina diaria. Por cierto, ¿por qué solo nos trajiste a nosotros?, ¿y las chicas?

—Ellas aún están descansando, el evento de anoche las dejó agotadas.

—Un momento, ¡¿por qué a ellas sí las dejaste dormir en paz?! —reclamé despejando todo el sueño que me quedaba.

—Porque ellas sí hicieron algo anoche, no solo se quedaron disfrutando la fiesta como tú. Además, ellas tendrán un entrenamiento diferente al de ustedes.

—¿Para eso nos trajiste a este lugar?, nos hubieras dicho que era entrenamiento y nada más, no era necesario guardarte el secreto para ti, además, al menos nos hubieras dejado desayunar… —me quejé abrazando mi barriga rugiente.

—Aún no, lo importante ahora es que ustedes se fortalezcan aún más de lo que son actualmente. Primero practicarán entre ustedes, y cuando alcancen cierto nivel, entonces practicarán conmigo, ¿quedó claro?

"Me doy cuenta con facilidad que Relt nunca ha enseñado a nadie, es un pésimo maestro. Además, con ese cuerpo de esfera me recuerda a los profesores gordos que enseñan educación física. ¿No deberían practicarla primero antes de enseñarla?"

—Espera, ¿quién te nombró jefe? —pregunté disgustado.

—Nadie, pero teniendo en cuenta que soy el más fuerte de todos por aquí, me autoproclamé como tal. —afirmó Relt con orgullo.

—Si observamos a todos los de nuestro grupo, tú vendrías siendo "la mascota". —respondí tratando de hacerme el gracioso— Además, ¿por qué sigues en tu forma de almohada?

Eso era verdad. Si bien es cierto que Relt puede moldear su cuerpo a voluntad, no ha cambiado su apariencia de almohada con patas desde la fiesta de ayer, pese a que su forma original es la gran esfera azul.

—¿Esto? —preguntó Relt mirándose a sí mismo— Bueno, es que ya me acostumbre a estar en esta forma. Aparte, si yo soy "la mascota", tú serias "el idiota" del grupo que solo está ahí para dar lástima y contar chistes.

—¡¿Eh?!, ¡te reto a que repitas eso "globo de fiesta"!

—¡Tú empezaste "vela decorativa"!

En ello, Érick, quien había guardado silencio hasta ahora, se colocó en medio de ambos para detener nuestra discusión.

—Ustedes dos, ya dejen de discutir por tonterías como esas, hemos venido para una cosa, y lo mejor será darnos prisa.

"Hmph, supongo que Érick tiene razón. No tiene sentido discutir con un tipo al que le gusta vivir como una almohada, ojalá y un tipo grande y pesado con problemas estomacales se le siente encima."

En eso, vimos que se acercaban algunas personas desde Silon, se trataba de las chicas, y junto a ellas, venían Lilia y Don Víctor.

—¡Hola chicos!, ¿entrenando desde temprano? —preguntó Mónica alegremente antes de mirarme con una sonrisa pícara— Por cierto Michael, tu "amiguita" vino a verte, y además te trajo un regalo.

Lilia se acercó a mí después de eso, y trajo una cesta de picnic consigo.

—Te vi salir muy temprano por la mañana y supuse que no habias comido nada, así que te traje el desayuno. —dijo Lilia mostrándome la cesta.

—Vaya, gracias Lilia, enserio me estaba muriendo de hambre. Por cierto, ¿podrías responderme una duda? —pregunté a Lilia en voz baja.

—¿Eh?, ¿qué sucede?

—¿Has notado algo sospechoso en ese tipo? —pregunté señalando a Don Víctor.

—En verdad no lo sé, él es nuevo en el pueblo, no lleva mucho tiempo aquí. —explicó Lilia— Solo sé que cuando todos trataban de apagar las llamas que consumían Silon, ese hombre apareció, y todo ese fuego simplemente se detuvo. Algunos rumorean que lo escucharon decir algo, y que eso provocó que el fuego se extinguiera, pero nadie sabe algo concreto.

—… 

"¿El fuego se detuvo cuando él apareció? ¿Qué rayos significa eso? Ese tipo se vuelve cada vez más misterioso. ¿De dónde habrá venido?"

—¿Ocurrió algo con él? —preguntó Lilia ladeando la cabeza.

—Descuida, no es nada importante. —respondí riendo torpemente antes de cambiar de tema— Te agradezco por haber traído esta comida, ¿quieres comer con nosotros?

—Claro, acepto con mucho gusto. —respondió Lilia con una sonrisa.

Me acerqué a los otros, y los llamé para sentarnos juntos a comer los que nos trajo Lilia muy amablemente. Nos sentamos en círculo alrededor de la canasta, y empezamos a disfrutar de la comida.

Dijo que me había traído el desayuno a mí, pero había suficiente comida para todos, quizás planeaba que comamos en grupo desde un principio. Dicen que "mujer precavida vale por dos", supongo que es verdad.

Relt dijo que él no necesitaba comer, y Don Víctor simplemente se mantuvo a un lado, su excusa fue que ya había comido algo más temprano.

Bueno, tampoco es que me importe, eso significaba más comida para nosotros.

Lo que Lilia trajo eran varios sándwiches perfectamente equilibrados entre la carne y los vegetales. Según me contaron, en este mundo existen los mismos animales que en el nuestro, algo que se repite con las frutas y vegetales.

La única diferencia es que aquí, muchos de ellos evolucionaron de forma distinta, ya sea en el color del pelaje, tamaño, o ciertos rasgos físicos.

En fin, volviendo al presente, me asaltó una duda sobre los deberes de Lilia como panadera.

—Lilia, ¿no deberías estar ayudando a tu papá en su panadería? —pregunté ligeramente preocupado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.