De pie, sobre la rama de un árbol gigantesco, yacía una criatura gigante. Su altura se hallaba entre los 2.50 y 3 metros, pero lo que más destacaba de su apariencia, era su piel, de un color tan rojo como la sangre, y un par de cuernos enormes que sobresalen de su cráneo.
Tenía una forma humanoide, pero no era humano en lo absoluto, era otra cosa, de otra raza.
Aquella criatura podía sentir el viento chocando contra él, mientras cerraba los ojos como si intentara descifrar algún mensaje oculto.
El misterioso ser en el árbol llevaba un parche negro en uno de sus ojos, pero eso no le dificultaba la visión. Abrió su único ojo útil, admirando el panorama.
—Es todo un misterio. —afirmó aquella criatura con una expresión relajada pero seria— ¿Por qué… justo ahora? Siento lo mismo que sintió mi abuelo, "el bosque anuncia un cambio". ¿Debería preocuparme por esto?
Justo en ese instante, otro individuo llamó a la criatura desde el suelo.
—¡Jefe, ¿qué está haciendo ahora?! ¡Le hemos dicho que no debe ausentarse de esa forma, y menos con nuestra crisis actual!
La criatura en el árbol miró a su subordinado, para volver a mirar el cielo, admirando el hermoso color azul que se extiende hasta el infinito.
"Debo estar listo para lo que venga. No voy a perder a más de los míos, nunca más…" fue lo que pensó la criatura sobre el árbol.
—¡Jefe, si no baja ahora, los muchachos se van a preocupar, y aún nos faltan arreglar cosas sobre el torneo! —indicó el subordinado desde el suelo.
—El torneo… —repitió la criatura sobre el árbol antes de llegar a una posible teoría— Lo que propuso mi hija para el torneo… ¿tendrá algo que ver con este mensaje del bosque?
"Quizás ocurra algo durante el torneo…", pensó la criatura antes de mirar al horizonte con ojos desafiantes. "Si algo inesperado sucede, voy a ser el primero en levantarme contra el destino. Mi gente no repetirá las desgracias que yo tuve que vivir."
—¡Jefe, ¿siquiera me está escuchando?!
"¿Cuando se va a callar ese idiota?" pensó irritado.
—¡¡Ya voy!! —respondió claramente enojado— ¡¡Solo déjame existir tranquilo por cinco minutos!!
—...
—Caray, conozco perfectamente mis responsabilidades, pero no me hace daño tomar un poco de aire de vez en cuando. Sobre todo… si el viento trae noticias consigo.
La gran criatura bajó del árbol con un simple salto, ignorando totalmente la altura en la que se encontraba. Su subordinado no se preocupó por aquella acción tan temeraria, ya que sabía que no podría lastimarse con algo así.
Una vez en el suelo, y luego de levantar una enorme nube de polvo con su caída, la criatura siguió a su subordinado, regresando así a sus labores como líder.
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Editado: 27.11.2023