Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.3

Capítulo 9: El secuestro de Juna

La noche anterior fue demasiado para mi joven corazón, apenas logré dormir un par de horas.

Cuando desperté, Lilia y Yuuki ya se habían levantado de la cama, y no traían puestos sus disfraces, ahora solo llevaban la ropa de siempre, y afortunadamente para mi corazón, es mejor de esta forma.

Primero me dieron los buenos días, y luego me agradecieron por haber cumplido con mi promesa de no intentar nada con ellas anoche.

Estaba seguro de que otros hubieran sucumbido a la tentación, y sinceramente me alegra no ser de ellos, ya que por ese error podría haber perdido algo realmente importante para mí, a ellas.

Las chicas salieron de la habitación diciendo que tenían cosas que hacer, por lo que me encargaron la misión de ir con Juna para recoger a Miri, y así lo hice.

Me di una ducha rápida, me cambié, y fui a la alcaldía.

………

……

Una vez ingresé, escuché un ruido viniendo de mi oficina, por lo que decidí ingresar para averiguar qué pasaba ahí dentro.

Se trataba de Juna, quien se veía realmente agotada, dando bocanadas de aire mientras vestía un elegante camisón celeste; todo indicaba que estuvo corriendo por mucho tiempo, aunque desconocía el motivo.

Dirigí mi atención hacia mi escritorio, donde encontré a Miri sentada en mi lugar con una sonrisa resplandeciente, y un pequeño libro blanco entre sus manos.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunté.

—¡Papi! — me saludó Miri cargada de energía— ¡Buenos días! ¿Tú sabes qué es un diario?

—¿Diario? ¿A qué viene la pregunta?

—Juna tiene este libro que se llama Diario, —señaló el libro entre sus manos— y dice cosas muy divertidas.

—¡Te dije que no puedes leer eso! —reclamó Juna totalmente agobiada— Por favor devuélvemelo… ¿si?

"Otra de las travesuras de Miri, lo sabía. Habrá que ponerse firme otra vez, supongo."

—Miri, no está bien tomar las cosas de los demás sin permiso, devuelve ese libro, ahora.

Sintiendo mi disgusto ante sus acciones, Miri inmediatamente se dejó de reír, y caminó hacia Juna, devolviendo su diario.

Parecía realmente arrepentida por esto, pero de alguna forma, tal y como si pensara "Si voy a caer, no voy a hacerlo sola", lanzó un último comentario.

—Lo siento. Pero dice cosas muy divertidas, habla mucho de ti papi.

"¿De mí?"

—¡N-No es lo que cree, en serio! —intentó justificarse Juna totalmente avergonzada— ¡Y-Yo solo escribí sobre sus hazañas y logros porque son importantes, eso es todo, lo juro!

Miri volvió a hablar lanzando el remate.

—El libro decía que papi es lindo y… 

—¡Aaahhh! ¡Basta! —intervino Juna tapando la boca de Miri con sus manos— Estos niños de ahora ya no saben lo que dicen ¿cierto?, hahaha… 

—Um… ¿Están seguras de que todo está bien? —pregunté sin poder procesar la situación al completo.

—¡S-Sí, todo está bien, todo está muy bien, no tiene de qué preocuparse! —respondió Juna con una sonrisa fingida.

Miri inmediatamente se soltó del agarre de Juna y saltó hacia un lado aprovechando su agilidad felina, volviendo a expresar su opinión.

—¡Solo quería contarle a mi papi algo divertido!

—Miri, no es bueno contar a los demás las cosas que ves en un diario de tus amigos y familiares. Las personas escriben ahí sus pensamientos o emociones, y la mayoría de veces sus secretos, hay que ser cuidadoso ¿entiendes? —pregunté manteniendo mi actitud firme.

—Sí papi, entiendo. —afirmó asintiendo varias veces con la cabeza— Juna dijo dormida que papi es lindo también jijiji, ella habla mucho mientras duerme, ¡pero le gustan los abrazos!

Juna se hallaba sentada sobre el suelo abrazando sus rodillas, con el rostro totalmente enrojecido, posiblemente lamentándose de existir en este momento.

"Miri, ya basta, creo que le estás provocando una crisis a Juna."

—Lamento que Miri haya agarrado tu diario sin permiso, en verdad lo siento Juna. —me disculpé con total sinceridad.

—¿Eh…? —reaccionó levantando la cabeza aún avergonzada— ¡N-No tiene porqué disculparse, al final fui yo quien no guardó bien el diario! ¡Debí ser más cuidadosa!

—Aunque haya sido así, Miri es mi hija ahora, y debo responder como su padre ante sus acciones.

—Jiji, usted se toma muy en serio lo de ser su papá ¿cierto?

—Em… ¿Tiene algo de malo? —pregunté ligeramente apenado.

—No, al contrario, es lindo verlo de esa forma. —afirmó Juna con una sonrisa.

De esa forma, aunque ya habíamos pasado de ello, Miri decidió regresar al tema anterior.

—Te dije que Juna cree que eres lindo, papi, te lo dije.

—¡¿Eh?! ¡N-No lo dije con esa intención! —afirmó Juna volviendo a sonrojarse.

—¿De qué intención hablas? —preguntó Miri confundida.

"Esto se vuelve más incómodo con cada segundo que pasa…"

—Bueno Miri, será mejor que nos vayamos, —indiqué intentando cambiar de tema— despídete de Juna.

—¿Qué…? ¡Pero yo quería quedarme un poco más, papi, no es justo!

Traté de decirle a Miri que no insistiera ya que ya le había provocado muchos problemas a la pobre de Juna, pero al final, fue la misma Juna quien decidió continuar con esto por un tiempo más.

—Bueno, yo no tengo ningún problema en cuidar a Miri por unas horas, —afirmó Juna poniéndose de pie ya relajada— claro, si a usted no le importa.

—Hm… —lo pensé por un momento sin hallar objeciones al respecto— Está bien, si en verdad no hay ningún problema y ambas están de acuerdo, no tengo ninguna objeción.

De esa forma, Miri y Juna decidieron pasar más tiempo juntas, quizás jugando a algo o compartiendo un agradable desayuno. Dudaba que Lilia o Yuuki tuvieran algún problema con ello, después de todo, ese par se llevaba muy bien con Juna.

Salí de la alcaldía, y me dirigí de inmediato hacia la enfermería.

Mi plan era buscar al viejo Nerves para que me contara más acerca del Hope Dragon, lo que es capaz de hacer, para qué existe, entre otras cosas.




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