Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.4

Capítulo 2: Kala no es el único con aliados

La guerra entre Kala y Silon había sido declarada. 

Se oían los gritos de las personas por todos lados, mientras se derramaba la sangre de otras. 

Todo era un caos, la única zona del reino que se podría considerar "tranquila" era el norte de Kala, zona donde dejaban a las personas que los hijos de la emperatriz rescataban. 

Todos los demás lugares que puedas encontrar, estaban con algún tipo de conflicto, incluso el castillo, donde un grupo de rebeldes se habrían paso hacia la libertad protegiendo a Juna. 

En el sureste, las Bestias de batalla habían frenado su pelea por alguna misteriosa razón. 

Otros grupos de rebeldes se levantaron en armas contra el ejército kalano, despertando su espíritu de lucha y su anhelo de libertad, al ver que el grupo de extranjeros comenzaba a frenar a los seguidores del tirano. 

Eso ocurrió desde el preciso instante, en que el ejército de reptiles alados huyó de Kala. Señal que todos los habitantes del reino tomaron de la misma manera, "el jinete y la bestia blanca han caído". 

Y desde entonces, las tropas del ejército nacional han disminuido, y los números de los rebeldes continúan en constante aumento, tomando el control de todo el lado oeste, a la par que protegen a todos los civiles de la zona. 

Otro punto conflictivo eran los seis individuos frente al castillo, quienes apuntaban a comenzar una pelea sin cuartel. 

Pero la mayor amenaza aún se encontraba en el exterior. 

Al otro lado de estos inmensos muros que protegen el reino de Kala, se aproximaban miles y miles de soldados junto con todo tipo de criaturas entrenadas, y para nuestra desgracia, todos eran nuestros enemigos. 

En cuanto ellos lleguen a este lugar, el caos sin freno se va a desatar. 

En Kala han sufrido todo tipo de torturas y humillaciones, pero en cuanto esos refuerzos lleguen, corremos el riesgo de que los maten a todos. Y a nosotros a la vez. 

Todos estamos ocupados realizando distintas acciones, aunque hasta ahora el paradero tanto de Mónica como de Don Víctor es desconocido. 

Que el conflicto continúe. 


Zona desconocida - Ubicación de Robu 

El pequeño goblin se hallaba en un lugar oscuro, túneles grandes y profundos iluminados únicamente con antorchas, y pequeños insectos arrastrándose por el suelo y las paredes. 

—¿Cómo llegar Robu aquí…? Robu tener miedo… ¿Amo…? ¿Amo Michael, estar aquí…? A Robu no gustar estar solo…  

Aunque temblaba de miedo, comenzó a caminar hacia el frente, paso a paso, siempre repasando los alrededores con sus ojos abiertos de par en par, y sus manos puestas en el muro para asegurarse de no perderse aún más. 

La larga caminata del goblin apenas comenzaba. 

……… 

…… 

… 

Él solo caminó y caminó. 

Había momentos en los que el túnel se dividía en varios caminos, y recorría uno al azar apostando a la suerte el destino que este le depara. 

Todos los caminos se veían iguales, por lo que nunca supo si estaba caminando en una dirección, o en círculos. 

El pánico entraba cada vez más profundo en su pecho, calmado únicamente con la idea de que hay antorchas que no le dejarán quedarse ciego en este tenebroso lugar. 

Continuó avanzando sin una idea clara de adonde se dirigía, hasta que en un momento de suerte, o quizás desgracia, escuchó las voces de varias personas hablando entre ellas. 

Lo que decían no era claro, y aunque sentía mucha desconfianza, la curiosidad e instinto de Robu le decía que debía de seguir esas voces. 

……… 

…… 

… 

Y así lo hizo. 

Se concentró en aquellas voces todo lo que le fue posible para tratar de averiguar el camino del que provenían, y poco a poco se fue acercando; las voces eran cada vez más fuertes y claras, logrando distinguir algunas pocas palabras. 

Entre ellas, "libertad", "muerte", y "familia". 

Cuando Robu estuvo lo suficientemente cerca, al final del camino en el que se encontraba, veía como se asomaban algunas sombras, mientras se oían pasos de varias personas. 

Parecían estar alejándose, por lo que Robu se acercó hasta el borde del pasillo con cautela. 

Una vez que llegó al final, se asomó levemente en la esquina, logrando visualizar frente a él, una gran cantidad de celdas, con grandes cantidades de personas en ellas. 

Estaban encerrados tanto hombre como mujeres de todas las edades, la mayoría estaba ya sea de pie o sentados sin nada que hacer, mientras que otros solo miraban al techo lamentándose. 

Eran realmente pocos los que se movían enérgicos de un lado a otro buscando una manera de salir. 

Al ver que estaban tras rejas de acero, Robu se acercó, porque pensó que al estar encerrados, ninguno podía hacerle daño. 

Al principio nadie notó su presencia, pero conforme se acercaba más a las celdas, más personas volteaban a verlo desconcertados. 

Uno de ellos, un anciano musculoso que yacía sentado frente a los barrotes, fue el primero en cruzar palabras con Robu. 

—Oye pequeño, ¿te perdiste? 

Robu tuvo un ligero sobresalto cuando un extraño le habló de forma tan repentina, pero al no sentir malicia en sus palabras, respondió. 

—Sí… Robu estar perdido… y asustado… muy asustado… 

La mayoría quedó sorprendido al ver a un goblin tan lejos de los bosques, pero aún peor que eso, completamente solo. 

—¿Cómo llegaste a este lugar? ¿Alguien te trajo? —preguntó una mujer, cargando un bebé entre sus brazos. 

—Robu no saber… Robu no saber cómo llegar aquí… Robu querer volver con el amo… *snif* 

—Tu amo… ¿fue el que te dejó aquí? —preguntó otro hombre, viéndolo con lástima. 

—No… El amo de Robu estar afuera. Él luchar ahora. Él querer ayudar, pero hombre malo no dejar. Robu estar preocupado, pero Robu no saber cómo salir… 

En el preciso instante en que Robu explicó su situación, una pequeña niña se abrió paso entre la multitud, y se apoyó desesperadamente contra las rejas de la celda para tomar la palabra. 

—¡Mi papi te ayudará! 

La niña se veía bastante pequeña, seis años tal vez. Su cabello era largo y rubio, piel clara y unos brillantes ojos verdes; ella llevaba un pequeño vestido celeste, un gorro de lana azul y unas botas rojas. 

—¡Él es un hombre bueno —continuó la niña—, él me prometió que salvaría el reino, y que no moriría hasta conseguirlo! ¡Sé que puede ayudarte, y sé que también puede ayudar a tu amo si se lo pides! 

—¡Robu buscar! ¿Dónde estar papá? 

—Supongo que debe estar arriba, obedeciendo al hombre malo… ¡Pe-Pero él no es malo, él lo hace para protegernos, lo juro! 

—Robu entender —afirmó con una sonrisa, antes de mirar las cerraduras oxidadas de las rejas—. ¿No poder salir? 

—Romper la cerradura no es el problema —comentó el anciano musculoso de antes—. El verdadero problema son los guardias que patrullan este lugar, y si nos ven, nos matarán sin dudarlo, aunque posiblemente no quieran ensuciarse las manos y suelten a sus perros de caza en su lugar. 

—¡Robu tener amigo que asustar perros! —afirmó el goblin, levantando la mano—. ¡Robu poder llamar! ¡Amigo ayudar, él ayudar! 

—¿Hablas en serio…? ¡¿Conoces a alguien que se encargue de los perros para que podamos escapar?! 

—Sí. Robu conocer amigo grande, muy grande, él dar miedo, poder asustar perros también. Robu llamarlo. 

Sonrisas cargadas de esperanza se formaron entre todas las personas que escuchaban las palabras del goblin, no había ni una sola persona que no sintiera su corazón saltando con entusiasmo al saber que podrían recuperar su tan ansiada libertad. 

Estuvieron a punto de estallar en gritos de alegría y emoción absoluta, pero su entusiasmo fue cortado repentinamente, en el momento en que unos pasos hicieron eco a través del pasillo, alertando a todos los presentes de la llegada del enemigo. 

—Los guardias… ¡Ve pequeño, tienes que esconderte, ellos no pueden verte aquí! 

Robu corrió sin dudarlo, regresando a su posición anterior, escondiéndose en la esquina de antes para ver lo que pasará a continuación. 

Un grupo de tres guardias llegó, miraron todas las celdas de arriba a abajo con una expresión de desprecio, y se detuvieron frente a la celda de la niña que le habló a Robu. 

Uno de ellos se agachó, apoyándose sobre una rodilla para quedar del mismo tamaño que la niña, mientras la miraba a los ojos con absoluta arrogancia. 

—¿Me pareció oírte decir que tu papi vendría a ayudarlos? ¡Jajajaja! No me vengas con cuentos como estos, tu papi no es más que un esclavo del jefe, y puede deshacerse de él cuando se le venga en gana. Esos son los esclavos, lo mismo que ustedes, pero ellos pueden salir para divertir al jefe; en cambio ustedes, no sirven ni para alimentar a nuestras mascotas. Pudranse en esta celda asquerosos SERES INFERIORES. 

Al escuchar esto, algo resonó en la mente de Robu. Las palabras dichas por su maestro hace ya mucho tiempo, saltaban en su memoria con claridad. 

"Nadie es inferior a nadie, y ninguna raza es superior a otra. Cada una tiene cualidades especiales, pero no las hace mejores que otras. No lo olviden, somos distintos, pero no diferentes." 

—Decir eso… Amo enojar contigo… —murmuró Robu lo más bajo posible—. Amo ser bueno… No hacer enojar. 

Robu esperó a que los guardias acabasen de burlarse, y cuando comenzaron a retirarse por donde vinieron, corrió hacia ellos con extremo sigilo. 

El pequeño goblin utilizó otra de sus nuevas habilidades obtenidas durante el Pacto con Michael, "Paso ligero", y logró acercarse sin ser detectado, robando las llaves colgadas en la cintura del guardia sin que este lo notara. 

Aquel trío continuó caminando sin percatarse de nada, platicando sobre el lugar a donde irían a cenar después de esto. 

Esperaron en silencio a que ellos se fueran, y luego todos suspiraron con alivio, principalmente Robu, ya que le asustó mucho la idea de ser descubierto. 

Un hombre dentro de la celda se percató de un objeto brillante en las manos del goblin, y cuando se acercó para verlo mejor, descubrió algo maravilloso que hizo que sus ojos se iluminaran. 

—¿Qué…? O-Oye pequeño, ¿esas son lo que creo…? 

—Sí —asintió Robu, mostrando el manojo de llaves—. Robu tomar llaves, ahora Robu poder abrir puerta, ustedes poder salir. 

—Escucha —intervino el anciano musculoso—, ya te lo dijimos, el problema no es la cerradura, son los guardias y sus mascotas. 

—¡Robu recordar, Robu recordar! ¡Robu siempre guardar cosas brillantes! ¡Robu tener piedra que animales odiar! 

Robu había traído a esta misión un pequeño saco de tela que utilizaba como mochila, y de su interior sacó un pequeño cristal de color rosado pálido, donde se los mostró a todos con entusiasmo. 

—Es… ¡Es un cristal de campo! —exclamó una de las mujeres con asombro—. Esas cosas ahuyentan a los animales porque emiten un ruido que los molesta, así fue como este pequeño logró llegar hasta aquí sin que lo vieran los perros. 

—¡Abre la puerta amiguito! ¡Con esas llaves y ese cristal, podremos salir todos de aquí! —afirmó la niña emocionada. 

—Robu ayudar, Robu ayudar. 

Robu le dio las llaves a uno de los hombres de la celda, abrieron la puerta, y procedieron a liberar a todos los demás. 

Eran un total de veinte o veinticinco celdas, con un aproximado de treinta personas en cada una, y con todos finalmente liberados, se formó un mar de gente detrás del pequeño goblin. 

Estaban a punto de recuperar su libertad, lo que hizo que la mayoría se descoordinara, y comenzaran a buscar distintas formas de escapar, pero aquel anciano musculoso de antes salió hacia el frente, y tomó la palabra del orden frente a toda esa ansiosa multitud. 

—Bien, escúchenme todos. Estamos bajo el castillo del rey, la única forma de salir es subiendo, pero habrán muchos guardias en el camino, y muchos más cuando lleguemos. No puedo garantizar que todos salgamos con vida de este lugar, pero este pequeño amiguito nos liberó de los perros de caza, son la mitad de nuestros problemas resueltos, pero aún nos queda la otra mitad, y no podemos dejarle todo al pequeño. Es nuestro deber averiguar como salir, y nuestro plan será someter a un grupo de guardias, y obligarlos a que nos digan el camino hacia el exterior, de esa forma podremos ver el sol una vez más, ¿quién está conmigo? 

—¡¡¡Nosotros!!! 

La niña se acercó a Robu y lo tomó de la mano. 

—No temas, cuando salgamos de aquí, sé que mi papi te ayudará. 

—Robu tener más amigos ahora… Robu estar feliz. 

Y así, el plan de fuga de prisión entró en marcha. 

……… 

…… 

… 

Entre todos los prisioneros, se hallaban varios hombres y mujeres que pertenecían al ejército nacional de Kala. 

Estos conformaban un veinte por ciento de la gente, y aunque fueron encerrados hace ya varios años, sus habilidades adquiridas durante su entrenamiento militar aún persistían. 

Pertenecieron a un grupo rebelde que buscaba retirar al tirano usurpador del trono, pero con el tiempo, fueron siendo derrotados y encerrados uno por uno. 

Aún así, su sed de lucha, sus esperanzas de devolverle su libertad al país que tanto aman, aún persiste en sus corazones, y era momento de dejarlo salir. 

Se dividieron en grupos de cinco, y luego se movilizaron rápidamente por los túneles, interceptando a los guardias de la prisión, arrebatando sus armas, y acabando con sus vidas en el acto. 

A diferencia de muchos en el exterior, los soldados que cuidan la prisión subterránea y el interior del castillo, son completamente leales a los usurpadores, y colaboraron en el ataque al rey original, y su continua ejecución. 

Por ese motivo, los rebeldes liberados decidieron acortar los números enemigos en la mayor cantidad posible, y tomaron su equipamiento para sí mismos y sus colegas. 

Conforme se iban encargando de los guardias, los civiles que los seguían pudieron finalmente comenzar a movilizarse. 

Eran precisamente los civiles quienes sostenían los Cristales de campo que trajo el goblin, y cuando escuchaban o veían a un perro de caza venir a por ellos, estos hacían uso de los cristales. 

Esos en particular, emitían un sonido desagradable para la mayoría de los animales al chocar contra las corrientes de aire, o lo que es igual, soplar directamente sobre ellos. 

Aquel sonido era imperceptible para los humanos, y por la escasa reacción de Robu, lo era para los goblins también. 

Tuvieron que seguir ese patrón de avanzar y repeler durante todo su camino, siguiendo la poca información que entregaban los guardias, ya que la mayoría escogía la muerte y el silencio, antes que traicionar a su tiránico jefe. 

……… 

…… 

… 

Algunas partes de la información obtenida resultaron ser erróneas, por lo que el escape se retrasó de forma significativa, pero al final de todo, a través de cruces y giros, la suerte les comenzó a sonreír. 

Uno de los caminos tenía una forma extraña, ya que en lugar de ir hacia adelante, el suelo se deformaba hacia arriba, y al final de ese extraño suelo, los esperaba un portón de madera gruesa. 

Ese portón era un poco antiguo, motivo por el cual se podían apreciar partes dañadas en su estructura, y a través de algunas fisuras y pequeños hoyos, se dejaba camino libre a líneas brillantes del exterior. 

Posiblemente, los cálidos rayos del sol. 

—Lo logramos… En serio lo logramos… La libertad nos espera tras esa puerta —afirmó un anciano, dejando salir lágrimas de auténtica felicidad. 

—¡Robu estar feliz también! ¡Robu volver con el amo! ¡Robu ayudar! 

—Vamos, Robu —indicó la niña, sujetando con fuerza la mano del goblin—, es hora de ser libres, todos queremos volver a casa. 

Con esa misma energía, la niña rubia señaló la puerta para que los más fuertes la abrieran, y una vez que lo consiguieron, todo el mundo salió disparado hacia el exterior, emocionados por volver a saborear la libertad. 

Incluida la nueva amiga de Robu. 

—¡¡Espérame un poco más papi, ya casi llego!! 


Interior de la torre protegida del castillo - Descenso en progreso 
 



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En el texto hay: drama y humor, accion y aventuras, magia y romance

Editado: 25.01.2024

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