La noche anterior habíamos aceptado a Juna en nuestro hogar de manera temporal, era la primera noche en mucho tiempo que Miri no dormía junto a nosotros, aunque no nos incomodó en lo más mínimo, ya que fue la misma Miri quien decidió hacerle compañía a nuestra invitada.
La noche estuvo realmente tranquila, con la única excepción de que tanto Yuuki como Lilia, decidieron dormir con las mismas batas blancas del día anterior, motivo que me hizo difícil conciliar el sueño al principio.
………
……
…
Al abrir los ojos, más sorpresas me esperaban.
Me desperté como en una mañana cualquiera, pero al intentar levantarme, Lilia se colocó sobre mí con apuro, sentándose sobre mi abdomen.
—¿A dónde crees que vas? —preguntó, viéndome de manera pícara..
—Bueno, estaba pensando en levantarme —respondí, intentando no parecer nervioso—, ¿o hay alguna razón por la que no debería…?
—Miri no está. Juna descansa en otro cuarto. Y Yuuki siempre tarda un poco más en levantarse. Todo eso significa, que finalmente somos solo los dos, y no quiero desperdiciar estos pocos minutos que tengo.
—Si te soy sincero… me asusta un poco preguntar lo que tratas de hacer.
—¿Y si mejor te lo muestro?
—¿Que- ?
Cuando estuve apunto de preguntarle sobre lo que pensaba hacer, fui interrumpido por Lilia quien se acercó rápidamente, y comenzó a besarme de manera apasionada.
Parecía desesperada por algo, como si tuviera unos pocos segundos para hacer lo que quisiera, pero siguiendo ese camino, Lilia comenzó a acompañar sus besos con pequeñas caricias.
El momento fue tan estimulante para mí, que acabé reaccionando de la misma manera, dejando que mis manos tuvieran la total libertad de acariciar su suave piel.
Lilia pareció encantada por mi tacto, y procedió a entregar caricias cargadas de deseo por debajo de mi camisa, a la par que yo empecé a explorar mis límites, ingresando lentamente a las zonas ocultas por su bata.
Fue entonces cuando recordé el detalle más excitante de su vestimenta actual, que ella no traía nada debajo, y eso, acabó despertando a "mi amigo" en la zona inferior.
Lilia fue capaz de sentir el repentino levantamiento en mis pantalones, y aprovechó el momento para detener nuestro beso, dando pequeñas bocanadas de aire en un intento por recuperar el aliento.
—Puedo preguntar… ¿A qué se debe esta mañana tan enérgica…? —pregunté, dando ligeras bocanadas también.
—¿Crees que es fácil… tener que compartirte con alguien más…? —preguntó Lilia, pasando una última caricia por mi pecho, viéndome con deseo—. Hay momentos… en los que lo único que quiero es un rato a solas contigo… Yuuki me agrada lo suficiente como para aceptar este tipo de relación… pero también necesito un rato para mí. Un rato en el que seas solo para mí.
—¿Por eso decidiste levantarte antes?, ¿para esperar al momento en que yo me despertara? Bastante ingenioso de tu parte…
En ese preciso instante ambos recuperamos energías, dispuestos a continuar donde nos quedamos.
—A veces hay que tomar medidas desesperadas para lograr tus objetivos —afirmó Lilia, acostándose de cuerpo completo sobre mí—. Y parece que "aquel" que se esconde en tus pantalones está de acuerdo conmigo, ufufu. ¿Te emociona saber que podrías tenerme para ti en cualquier momento?
—Yo diría que no es una mala manera de empezar el día —afirmé, sin poder apartar la vista de sus labios—. Quizás llegue a acostumbrarme a esto…
Entonces, arruinando completamente la atmósfera de gran pasión entre nosotros, Yuuki finalmente despertó.
—¿Acostumbrarte a que…? —preguntó Yuuki, frotando sus ojos al despertar—. ¿Eh…? Lilia, ¿qué estás haciendo…?
—Nada en especial —respondió sonriente, mientras acomodaba el nudo de su bata—. Solo aprovechando lo agradable de la mañana.
Yuuki giró a verme con sospecha, aparentemente, intuyendo lo que estuvo sucediendo mientras ella dormía.
—Michael —preguntó Yuuki, mirándome fijamente a los ojos—. ¿Cómo prefieres a las chicas?
Tragué saliva de manera inconsciente.
"¿Por qué siento que si respondo algo erróneo, las consecuencias serán masivamente graves?"
"Haber, piensa Michael, ¿qué sería lo correcto para decir en estos casos? ¿Cambiar de tema? No, eso es una mala idea. ¿Ignorar la pregunta? No, eso sería aún peor. ¿Fingir que tengo amnesia? Eso es poco creíble. Supongo que solo queda una última opción. Haré más preguntas hasta que me sea más fácil dar una respuesta que no enoje a ninguna."
—¿A qué te refieres con que cómo las prefiero? —pregunté, mostrando una sonrisa inocente.
Algo que a Yuuki no le hizo nada de gracia, lanzando un bombardeo de preguntas.
—¿Te gustan las chicas con algo en específico? ¿Alguna forma de ser? ¿Algo en el físico, sus capacidades? ¿Quizás sus pensamientos o emociones?
"Rayos ¿por qué tantas preguntas? Esto se vuelve cada vez más complicado."
—¿Por qué importa tanto mi respuesta…?
—Responde —indicó Yuuki, mirándome con frialdad—. ¿Acaso tienes alguna preferencia con las chicas que son más atrevidas?
Y fue justo ahí cuando todas las piezas encajaron.
—Un momento, ¿todo este interrogatorio es por la forma en que actúa Lilia? —pregunté, claramente sorprendido.
—Entonces las que son reservadas como yo, no te atraen tanto… entiendo… —afirmó Yuuki, bajando la mirada con decepción.
—¡¿Qué?! —reaccioné exaltado, buscando aclarar el malentendido—. Oye, no, espera un momento, yo nunca dije eso.
—Pero Lilia tiene el valor para siempre tomar la delantera… cualidad de la que carezco, ya que me rindo ante la pena con facilidad. A este paso, siento que terminarás con una preferencia hacia ella…
Me estiré hasta ella, logrando tomarla de la mano y atraerla más cerca de mí. Todo, con la intención de envolverla cariñosamente con uno de mis brazos, repitiendo la acción con Lilia, abrazando a ambas como muestra de afecto.
—Escucha, Yuuki. A Lilia la conocí con esa misma actitud audaz, de hecho, no dudó ni un minuto en desobedecer a su padre el primer día en que nos conocimos. Y a ti, yo te conocí como eres ahora, tranquila, tímida, y muy tierna cada vez que te sonrojas.
—... —Yuuki se ruborizó, mostrando una tierna sonrisa.
—Sí, exactamente así. Pero eso no me importó cuando la situación se presentó. Ya sea que fueran audaces o tímidas, grandes o pequeñas, humanas u ogras, nada de eso me detuvo cuando empecé a quererlas. Y tengan por seguro que en el futuro, eso tampoco cambiará. Ustedes ya ocupan un lugar especial en mi corazón, y no existe nada, ni nadie, que las saque de ahí. ¿Eso responde a tu pregunta?
—¿Decirte que te amo, responde a la tuya? —preguntó Yuuki, con una sonrisa resplandeciente.
—Por supuesto que sí —respondí, acercándome para besarla en los labios con ternura.
Lilia procedió a acurrucarse conmigo.
—¿Siempre sabes qué decir, verdad? —preguntó, sonriéndome.
—Solo digo lo que pienso, y cuando se trata de ustedes, siempre pienso con la verdad. Las amo chicas, a ambas por igual.
Irrumpiendo en nuestro grato momento de unión familiar, alguien golpeó la puerta de nuestra habitación con bastante energía.
—¡Papi, ¿sigues dormido?! —preguntó Miri, desde fuera de la habitación—. ¡Juna y yo ya estamos listas, quería desayunar, pero Juna no sabe cocinar nada! ¡Mami Lilia, ¿estás lista?! ¡Mami Yuuki, despierta, prometiste que iríamos de paseo! ¡¡¿Siguen dormidos?!!
—Supongo que no se detendrá hasta que salgamos. ¿Nos levantamos ya? —pregunté.
—¡Espéranos en la sala, bajaremos en unos minutos! —respondió Lilia en voz alta.
—¡Sí mami Lilia, esperaré!
Se escucharon pequeños pasos alejarse, mientras que Lilia volteaba a ver a Yuuki, mostrando una sonrisa traviesa.
—Tenemos poco tiempo, y hay que aprovecharlo al máximo. ¿Lista para ser audaz por unos minutos? —preguntó Lilia, en un tono desafiante.
—Sí, estoy lista —asintió Yuuki, con gran determinación.
—¿Qu-Qué planean hacer…? —pregunté preocupado.
—Descuida, estás en muy buenas manos —respondió Lilia, mirándose entre sí con Yuuki de manera juguetona.
"Ay no…"