Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.5

Capítulo 7: Rizette "La invencible"

Apenas ayer acababa de celebrar mi cumpleaños número dieciocho, seguida de una noche en la que me fue difícil conciliar el sueño debido a cierta "distracción", y justo después, a primeras horas del día, aparece una niña pelirroja con una muy mala actitud. 

Según las palabras de Kágrel, ella es un peligro para nuestra nación, pero por lo poco que he visto, lo único peligroso en ella es lo grosera que es. 

“Bueno, perdida o no, esta niña no puede quedarse ahí sin más.” 

—Creo que no te escuché muy bien, ¿podrías repetir lo que dijiste? —pregunté, manteniendo mi expresión pasiva. 

—Dije. Piérdete, imbécil. 

"Muy bien, esta niña ya me cayó mal." 

—Será mejor que regreses a tu casa, no puedes estar por ahí sin compañía, te puede pasar algo. Pero en caso de que no puedas regresar sola, le puedo pedir a alguien que te acompañe. 

"Porque yo no pienso hacerlo." 

—Solo estoy buscando a alguien —afirmó la niña—, y sé que esa persona está aquí, así que ni se te ocurra esconderla. 

"¿A quién estará buscando? Quizás es familiar de alguien en Silon.” 

“Jeje, si tuviera que adivinar, diría que es pariente de Relt, los dos son igual de groseros." 

La niña infló sus pulmones todo lo que pudo, antes de soltar un grito de proporciones barbáricas, el cual se escuchó hasta más allá del bosque del sonido. 

—¡¡Hope, ¿dónde estááás?!! 

"¿Hope?” 

“Ella dijo… Esta niña está buscando a Hope… ¿De dónde la conoce?" 

—¿Dices que estás buscando a Hope? —pregunté, manteniendo una expresión neutral—. ¿De dónde la conoces? 

—¿Mm? La verdadera pregunta aquí es, ¿tú de dónde la conoces? —devolvió la pregunta, mirándome con sospecha—. Espero que tu respuesta sea de mi agrado, de lo contrario, te consideraré mi enemigo y te mataré. 

"¿Ahora me amenaza? ¿Qué rayos le pasa a esta niña?" 

—Yo pregunté primero —afirmé, demostrando mi autoridad—, si no respondes a mi pregunta, tampoco responderé a la tuya. 

—Bien bien, haz lo que quieras, solo dime donde está ella. 

—Bueno, te puedo decir dónde está, pero dudo que seas capaz de verla, yo tampoco he podido hacerlo. 

—¿Eh? ¡¿Enserio sabes dónde está?! —preguntó emocionada, sonriendo como una niña. 

"¿A dónde se fue la niña que amenazaba con matarme? Bueno, no importa, ya he visto gente cambiar de ánimo tan rápido como ella." 

……… 

…… 

… 

Le pedí a la niña que me siguiera hasta un lugar más alejado, no sin antes pedirle a Kágrel y a su equipo que estuvieran alertas ante cualquier situación. 

El lugar al que la guié fue al bosque, a una zona alejada de la colmena de la emperatriz y del grupo de Drímur, principalmente para poder hablar con algo de privacidad. 

—Sí, aquí debería de estar bien —dije, mirando un pequeño claro frente a mí. 

—¿Por qué tuvimos que venir hasta aquí? —preguntó la niña, mostrando su indiferencia—. ¿No era más fácil hablar donde estábamos? 

—Quizás —respondí—, pero en mi hogar son muy pocos los que conocen a Hope, y no quiero tener que estar dando explicaciones después. 

—Sí, sí, lo que sea, solo dime donde está ella —insistió la niña, con las manos en la cintura. 

—… 

Dudé en responder por un instante. 

Ella podría ser en verdad alguien muy querida por Hope, pero también existía la posibilidad de que todo sea un acto armado, aunque… habían varias piezas sueltas. 

No entendía la forma que usó para localizarme en su búsqueda por Hope, siendo un tema que no le cuento a cualquiera, pero el hecho de que Hope y Dragon se mantuvieran en silencio, era en parte tranquilizador, ya que ellos serían los primeros en hablarme si se tratara de una farsa. 

Con eso en mente, acabé por resignarme a hablar con sinceridad. 

—No estoy seguro de cómo explicar esto, y espero que creas en mis palabras cuando lo haga —dije, señalando mi cuerpo—. Hope está dentro de mí, creo que esa es la forma más simple de explicarlo. 

—¡¿Te la comiste?! —preguntó exaltada. 

"¿Acaso eres idiota?" 

—¡Por supuesto que no! —respondí, soltando un largo suspiro—. Escucha, yo soy el actual portador del Hope Dragon, por lo tanto, tengo dentro de mi tanto a Hope como a su pareja, aunque jamás los he podido ver en persona, pero si he hablado con ellos. 

—¿También conoces a Dragon…? No, no puedo creer esto tan fácilmente. ¡Dame una prueba de lo que dices, dime como es la relación entre ellos! —exigió la niña, generando una fisura en el suelo bajo sus pies. 

“Que miedo…” 

—Bueno —respondí, tratando de verme calmado—, en lo poco que sé, a Dragon le gusta lucirse la mayor parte del tiempo, y en cuanto menciona algo referente a su relación con Hope, ella lo golpea porque siente vergüenza de que él cuente sus cosas personales. 

La niña quedo boquiabierta al escuchar mi respuesta, como si le sorprendiera la precisión con la que reflejé la relación de ese par. 

Sus expresiones podían ser bastante divertidas por momentos. 

Como cuando intenta poner una expresión madura pese a sus rasgos infantiles, o como ahora, que se quedó con la boca abierta y los ojos en blanco, al igual que una escena dramática pausada de repente. 

Intenté contener mis ganas de reír, aclarando mi garganta antes de continuar. 

—¿Todo bien? —pregunté. 

—Ah… Sí, sí, todo bien. Parece que dices la verdad, es solo que… Yo quería verla… —afirmó la niña, agachando la cabeza con tristeza. 

“Verla tan triste me recuerda a Miri… y no me gusta.” 

—¿De dónde la conoces? —pregunté, tratando de cambiar el tema—. ¿Era una amiga tuya? 

Ella negó con la cabeza. 

—Comenzó como mi amiga, pero luego fuimos más cercanas —respondió, comenzando a jugar torpemente con sus dedos—. Ella siempre me cuidaba, ¿sabes? Le gustaba cepillar mi cabello, y también me enseñó a leer y a escribir. Ella me enseñó muchas cosas… 

"¿Acaso Hope era… como su mamá?" 

—Dragon también estaba siempre con nosotras —continuó, poniendo una sonrisa melancólica—. Él me enseñó a luchar, me mostró el mundo, a conseguir mi propia comida y a ganarme las cosas con el sudor de mi frente. También me ayudó a ser valiente cuando sentía que me moría del miedo… En verdad quería verlos a ambos… *sollozo* Los extraño tanto… 

"Dragon era como una figura paterna para ella. ¡Hope, Dragon, ¿están ahí?!" 

「...」 

"¡No se queden callados, ¿no hay nada que quieran decirle a esta niña?!” 

「...」 

"¿Hope…?” 

「No quiero hablar sobre esto… —afirmó Hope, con voz temblorosa.」 

"No tienes que hacerlo. Creo que me exalté sin razón, pero no me gusta ver tan triste a la niña. Lamento haberte gritado.” 

「Niño —habló Dragon, con una tranquilidad evidentemente fingida—. No daré explicaciones sobre esto, pero quiero que le digas algo por mí. "Riz, nosotros no te hemos olvidado, ni un solo día desde que nos fuimos. Lamentamos haber desaparecido sin decirte adiós. Nosotros también te extrañamos mucho… Te amamos, princesa…”. Dile eso, por favor…」 

Al escuchar la voz de Dragon quebrarse con cada palabra que salía de su boca, me hizo recordar a Halcón. 

Me refiero al día en el que suplicó de rodillas por la vida de su madre, dejando de lado su orgullo, y toda el aura de seriedad y rudeza que lo rodeaba. 

Tener que veelos así, hace que cualquiera se rinda a sus peticiones. 

Las peticiones de alguien que dejaría todo por proteger a los que ama. 

"Le daré tu mensaje." 

—Escúchame, por favor —indiqué a la niña—. Acabo de hablar con Dragon, y me ha dado un mensaje para ti. 

La niña me miró sorprendida, limpiando sus lágrimas con esmero, preparándose para escuchar lo que tenía que decir. 

Entonces comencé. 

Riz, nosotros no te hemos olvidado ni un solo día desde que nos fuimos. Lamentamos haber desaparecido sin decirte adiós. Nosotros también te extrañamos mucho… Te amamos, princesa… 

La niña sonrió ligeramente, parecía estar tomando con calma las palabras de Dragon, pero entonces, su expresión se comenzó a distorsionar. 

Sus labios temblaban, y sus ojos eran cerrados con fuerza, mientras agachaba la cabeza como si quisiera ocultar su expresión. 

De pronto, casi como si sus piernas le hubieran fallado, la niña cayó al suelo, sostenida únicamente por sus manos. 

El suelo volvió a temblar, pero lo hizo sin detenerse, aumentando la magnitud del movimiento con cada segundo. 

Las lágrimas de la niña comenzaron a caer por sus mejillas, mientras parecía estar apunto de desatar un terremoto a mitad del bosque. 

Esta escena me recordaba a la de las películas de ciencia ficción, donde algún ser sobrenatural desataba todo su poder, causando el caos a su alrededor. 

Aquella escena estaba literalmente desarrollándose frente a mis ojos, y sin poder hacer nada más, me lancé hacia ella, dándole un fuerte abrazo para contenerla. 

Afortunadamente, aquella fue la opción correcta, ya que su cuerpo comenzó a soltar pesadas ondas expansivas que arrancaban los arboles del suelo, y la única forma que hallé para detenerla, era cubriéndonos a ambos con mis Manos Demoniacas, formando un domo a nuestro alrededor. 

Ese fue el preciso instante cuando la niña rompió en llanto y me devolvió el abrazo, clavando sus uñas en mi espalda con tanta fuerza, que acabó atravesando mi piel como una lluvia de cuchillos, dejando brotar mi sangre. 

Si bien mi “domo” evitó la salida de sus ondas expansivas, estas aumentaron su potencia cuando el llanto estalló, golpeando mi cuerpo desde todas las direcciones, provocándome severos daños internos y externos. 

Todo esto era posiblemente lo más doloroso que había experimentado en toda mi vida, pero incluso así, no era capaz de describir el dolor acumulado de esta niña. 

Yo perdí a mis padres cerca de un año entero, descubriendo que seguían con vida; pero ella, ha estado buscando a los suyos cerca de tres milenios, solo para descubrir que posiblemente, nunca los volverá a ver. 

“Incluso si es solo un poco… Incluso si todo mi esfuerzo no es más que una distracción para que no pienses en tu dolor… Quiero ayudarte…” 

“Por favor… ¡¡Déjame ayudarte…!!” 

……… 

…… 

… 

Las cosas se tranquilizaron luego de un tiempo, aunque no supe cuanto exactamente. 

La primera ráfaga de ondas expansivas había creado un pequeño llano en el bosque, y decidí aprovechar la situación para recoger hojas de los árboles caídos, juntándolas para simular un pequeño tapete en el suelo. 

La niña y yo nos sentamos lado a lado sobre las hojas. Todas mis heridas habían sido sanadas en su totalidad justo después de que ella se calmara, pero parecía tan arrepentida de haberme lastimado que decidí no mencionar el tema. 

Mi ropa también se había reparado en su totalidad, aunque no supe el porqué, ya que mis llamas nunca restauraban la tela. 

Entonces recordé algo que Don Víctor me dijo cuando tuvimos un tiempo a solas, él había dicho “Al menos con esa ropa, no tendrá que preocuparse de los desastres, hohoho.” 

No lo había entendido en ese momento y pensé que solo era un extraño elogio, pero ahora quedaba claro que ese viejo le había hecho algo al diseño de Yuuki, o quizás ambos habían cooperado para crearla con esa función. 

Sin importar el motivo, decidí guardar el tema para otra ocasión, ya que este no era el escenario correcto. 

Guardamos silencio por unos minutos, hasta que nos aburrimos de mantener la boca cerrada, procediendo a tener una pequeña y tranquila conversación. 

—Tal vez sea un poco tarde para preguntar, pero aun no me has dicho tu nombre —comenté—. Aunque, puedo suponer que te llamas Riz, ya que Dragon te llamó de esa manera. 

—Es Rizette —corrigió la niña—. Aunque la mayoría de las personas me llaman "La invencible". 

—¿Rizette "La invencible"? Jajaja, vaya nombre que te pusieron. ¿A qué se debe? —pregunté, sin ocultar mi curiosidad. 

—Bueno, ese apodo no es del todo cierto. Me llaman de esa forma, pero eso no quiere decir que nunca pierda contra nadie; por ejemplo, a mi hermano Dragon jamás lo vencí en una pelea. 

—¿Hermano? 

—Sí, yo me dirijo a ellos como mis hermanos —afirmó Rizette, antes de sonreír avergonzada—. Aunque la verdad es… que los quiero como si fueran mi mamá y papá. 

—Entonces, ¿por qué no llamarlos de esa forma? —pregunté con curiosidad. 

—Es que… Jeje, me daba un poco de vergüenza hacerlo. 

—Dudo que eso hubiera sido un problema —respondí, recordando cierto detalle sobre nuestra charla—. ¿Te digo un secreto? 

—¿Uh? Claro, si quieres. 

—Hope y Dragon pueden ver y escuchar lo mismo que yo, así que toda nuestra plática la están oyendo en este momento. 

—¿Enserio? ¡Hope, mírame, soy yo! —exclamó ansiosa, como si esperara que algo pasara. 

—Bueno, pueden verte y oírte, pero no pueden responder. Lo siento… 

“Rayos... Quise hacerla sentir mejor pero creo que solo lo empeoré.” 

—Oh… Entiendo —se lamentó, antes de lanzar una última pregunta—. Entonces, ¿si les digo algo ahora, es como si se los dijera a ellos? 

—Sí, exacto. ¿Te gustaría decirles algo? 

—¡Sí! —afirmó emocionada, procediendo a hablar mientras me miraba a los ojos—. Hope, mírame, estoy más alta que la última vez, ¿cierto? Dragon, soy mucho más fuerte ahora, estoy segura de que puedo ganarte sin problemas, jajaja. 

"Escucharla hablar de esta forma resulta adorable. Estoy seguro de que ustedes piensan lo mismo." 

「...」 

"Sí, descuiden, no es necesario que digan nada." 

—También sé cocinar —continuó, con una enorme sonrisa—, una anciana me enseñó, pero siguen sin gustarme los vegetales… ¡Pero aun así me los como, justo como querías que lo haga! ¿Qué más…? ¿Qué más…? ¡Oh, claro, ahora soy una diosa al igual que tú, Hope! 

"¿Eh? ¡¿Eso de dónde salió?!" 

—Oye, oye, ¿qué quieres decir con que eres una diosa? —pregunté, un poco exaltado. 

—¿Uh? ¿Qué tiene de malo? —preguntó Rizette, confundida—. ¿No te agradan los dioses? 

—No es eso, es solo que… ya se me hacía un poco raro conocer a una ex miembro de los dioses, y ahora te apareces tú diciendo que eres una. 

—Bueno… —respondió, agachando un poco la cabeza—. Nosotros no interactuamos mucho con la gente, y tampoco puedo decir que entre nosotros nos llevemos bien, de hecho, es todo lo contrario. Los dioses somos peores que una familia disfuncional, la mayoría ni siquiera esconde su rencor o desagrado hacia los otros, sobre todo los más viejos. 

—Wao… ¿Pero no deberían al menos intentar hacer las paces entre ustedes? ¿Por el bien del mundo como mínimo? 

—¿Por el bien del mundo? —preguntó, confundida— ¿De qué estás hablando? Nosotros no tenemos nada que ver con las personas del mundo. 

—¿Enserio? —pregunté asombrado—. Qué extraño. Siempre me han mostrado a los dioses como entidades sabias y poderosas que llevan a la gente del mundo por un buen o mal camino según lo merezca, pero nunca acabé creyendo en eso en realidad. 

—Estás describiendo a alguna clase de héroe o guía, los dioses no hacemos eso, nosotros no vamos por ahí ayudando a la gente. Bueno, Hope sí lo hacía… Ella era la única de todos los dioses que se preocupaba por el mundo, y siempre buscaba una forma de ayudarlos, esa es una de las razones por la que algunos dioses la odiaban, porque la veían como a un bicho raro. Yo a veces ayudo, pero no todo el tiempo. 

—Al menos no eres indiferente, eso es un punto a tu favor —dije, dándole una palmadita en la cabeza—. Mi papá a veces decía, "Si tienes la oportunidad, la capacidad, y el tiempo de ayudar, pero aun así no lo haces, no esperes encontrar en alguna oportunidad, a alguien capaz, que se tome el tiempo de ayudarte a ti". Sinceramente, yo le creo. 

—Tu papá parece un sujeto muy sabio… —comentó Rizette, con una sonrisa. 

—Sí, lo es, aunque a veces se comportaba de manera infantil, pero eso no le quita lo increíble —me tomé un momento de silencio—. Ahora que lo pienso, mencionaste lo de ser una diosa, así que, creo que es justo mencionar que soy un rey. Bueno, un nuevo rey, mi nación es la que viste antes. 

—A mi me pareció una ciudad, es muy pequeña para ser una nación —comentó, con la expresión más sincera posible. 

—Bueno, bueno, acabamos de declararnos como una nueva nación hace apenas cinco días, tampoco nos exijas mucho. ¿Sabes qué? ¿Qué te parece si te doy un pequeño paseo por mi nación? ¿Te agrada la idea? 

—¡Claro! Pero, ¿por qué…? —preguntó Rizette, mostrándose intranquila—. Tu mascota dijo que yo era un peligro para tu nación. 

—Sí, discúlpalo por eso, es su deber estar alerta sobre todo lo que sucede —afirmé, con un largo suspiro—. Supongo que al ser una diosa te detectó como una amenaza, pero no le guardes rencor. No es un mal sujeto, es solo muy precavido, te lo digo porque también detectó como amenaza a un ex Pilar que trabaja como mi mano derecha. 

—¡¿Qué?! ¿Un antiguo Pilar trabaja para ti? —preguntó asombrada—. Vaya, entonces eso quiere decir que también eres muy fuerte. Aunque no se note… 

—Bueno, aún desconozco la mayor parte de este mundo, pero no puedo decir que soy un tipo débil. En fin, ¿vamos por ese paseo? 

—¡Sí, está bien, yo te sigo! 

……… 

…… 

… 

Llevé a Rizette hasta Tórilen, donde lo primero que vimos, fue a un Kágrel totalmente preparado para luchar, acompañado de todo su ejercito de goblins. 

Tuve que actuar como intermediario para evitar el conflicto, sobre todo cuando vi que Rizette estaba dispuesta a desatar una pelea en cualquier momento. 

Señalé que ahora ella estaría aquí como mi invitada, y aunque sus dudas no desaparecieron, Kágrel lo aceptó. 

Una vez cruzamos la barrera defensiva, procedimos a comenzar el paseo. 

Le mostré las viviendas y demás edificios especiales como la clínica, la escuela, la alcaldía, entre otros, pero nos abstuvimos de ingresar a todos, ya que Rizette no parecía muy interesada en ellos. 

En realidad, lo que llamaba su total atención era la misma población, y lo que estos mostraban con tanta naturalidad. 

Para sus ojos, todos los edificios parecían no existir, centrándose únicamente en las personas, y notando la insana cantidad de hombrecitos verdes en comparación a los humanos. 

Llevada por la curiosidad representativa de un niño, se le ocurrió preguntar. 

—¿Por qué tienen a tantos esclavos goblin? —preguntó Rizette—. Ellos no tienen utilidad en nada. 

No queriendo dejar ese malentendido en pie, me vi en la necesidad de corregirla. 

—Rizette, no existen los esclavos aquí. La esclavitud es algo con lo que estoy absolutamente en contra. Todos estos goblins son parte de la población de esta nación, de la Nación Neutral de Tórilen. Aquí todas las razas son tratadas como iguales, espero que no se te olvide. 

—¿Por qué son tan grandes? He visto muchos goblins antes, pero todos eran pequeños. 

—Ellos han pasado por una evolución de raza, y el resultado de ello es el cambió físico que tienes frente a tus ojos. 

—Es muy extraño que monstruos fuertes como los ogros, hombres lagarto y orcos evolucionen. ¿Cómo hicieron eso estos débiles y torpes goblins? 

—Eso es una larga historia… —respondí, rascándome la cabeza—. Pero te la puedo contar en otra ocasión. 

Fue en ese preciso instante cuando una sombra se asomó sobre nuestras cabezas, llevando a Rizette a esconderse detrás de mí, al igual que un gatito asustado. 

No entendía la razón de su temor, pero sí conocía la identidad de la persona que generaba esa sombra. 

Se trataba de Don Víctor, quien descendió lentamente del cielo, aterrizando con elegancia frente a nosotros. 

Normalmente se le podía ver con una expresión de serenidad, y en extrañas ocasiones, con una ligera sonrisa, pero en este momento, lo único que se podía ver en su rostro era una mezcla de asombro y preocupación. 

—Me aterra estar en lo cierto, pero… Joven Michael, la persona que se esconde detrás de usted, ¿es acaso la señorita Rizette? 

"Parece que este par se conocen desde antes." 

—¡¿Qué hace el viejo aburrido aquí?! —preguntó Rizette, sin dejar de ocultarse. 

—Parece que no ha cambiado en nada desde la última vez que la vi. Espero no se haya olvidado de sus modales —advirtió Don Víctor. 

—¡Jamás voy a obedecer tus reglas, eres muy aburrido, un viejo muy muy aburrido! —respondió, sacando la lengua como una niña malcriada. 

"Si tienes el valor para decirle eso, al menos ten el valor de hacerlo en su cara." 

—Señorita Rizette, las reglas eran para su propio bienestar, para que pudiera tener una buena formación como persona. 

—¡Pero eran aburridas, nunca me dejabas divertirme! 

—Señorita Rizette —Don Victor suspiró con decepción—. Le recuerdo que su idea de diversión incluía la destrucción de montañas, hundimiento de islas, y daños permanentes a la propiedad privada. 

"¡¡¿Eeeeeehhhhhh?!! ¡¡Demonios, Kágrel tenía razón, ella es una amenaza para mi nación en crecimiento!!" 

「Se lo dije.」 

“Sí, sí, ya entendí…” 

—Rizette —la llamé, dejando notar mi desaprobación—. Desde este momento te prohíbo replicar acciones violentas mientras te halles en Tórilen, ¿quedó claro? 

—¡¿Acaso crees que soy una salvaje?! —preguntó Rizette, viéndome de manera amenazante. 

—Tampoco es que se esfuerce mucho en ocultarlo —comentó Don Víctor, en un tono sarcástico. 

"No le eches más leña al fuego…" 

—¡¿Acaso quieres pelear?! ¡¿Eh?! 

—Preferiría no hacerlo, sobre todo porque estamos rodeados de gente que no tiene nada que ver en esto. 

Rizette al fin decidió salir de su escondite, sonriendo de manera triunfal, e inflando su pecho con total orgullo. 

Parecía haber llegado a alguna clase de revelación, pero era difícil saber a cual. 

—Ahora entiendo, sí, sí, todo tiene sentido —afirmó Rizette—. ¡Lo que sucede, es que me tienes miedo! ¡De seguro ya sabes que soy una diosa y temes que te mate, jijiji, sí, comprendo tu temor, viejo cobarde y aburrido! 

"Hasta hace un momento parecías ser tú la que tenía miedo, no él." 

Don Víctor suspiró con exasperación, parecía estar agotado luego de tratar con Rizette, y su tan explosiva personalidad, por lo que decidí recomendarle que tomara un poco de aire fresco. 

Con esa opción sobre la mesa, Don Víctor pasó a retirarse. 

"Espero que esto signifique la paz." 

……… 

…… 

… 

Volvimos a caminar por el lugar, hasta que de manera inesperada, fuimos interceptados por Lilia y Miri, quienes corrieron hacia nosotros en cuanto nos vieron. 

No llevaban nada con ellas, por lo que fue fácil suponer que solo estaban dando un paseo. 

—Hola, Michael —saludó Lilia, con un tono gentil—. Oh, hola a ti también, pequeña. 

—¡Papiii! —exclamó Miri, saltando hacia mis brazos para que la cargara. 

"Cada día se vuelve más ágil, supongo que es por su parte felina." 

Rizette comenzó a mirarnos a mí, a Lilia y a Miri de manera intercalada con una expresión de asombro. 

Parecía estar procesando la escena frente a sus ojos, calculando todas las posibilidades en su pequeño cerebro infantil, tratando de unir todas las piezas para crear un escenario perfectamente estructurado de acuerdo a su propio razonamiento. 

En resumen, dijo lo primero que le vino a la cabeza. 

—¡Oh, ahora entiendo! —exclamó Rizette, dando un aplauso de entendimiento—. Ella es tu esposa, pero como no puede tener hijos, adoptaron a una, sí, eso tiene sentido. 

"Acertó en la mayoría, pero eso no es lo que pasa." 

Lilia simplemente se rió ante las palabras de Rizette, y su clara intención de parecer una experta en el tema. Justo el tipo de pensamiento de los niños. 

—Supuse que eras nueva —habló Lilia, actuando con naturalidad—. No soy la esposa de Michael, aún. Soy su prometida, y sí, acertaste con lo de la adopción de Miri, pero solo para que quede claro, soy completamente apta para tener hijos propios. 

—Sí, sí, comprendo. ¿Pero porqué una semihumana? —preguntó Rizette, dudosa—. Ustedes dos son humanos, ¿no hubiera sido mejor adoptar un hijo humano? 

—La historia es un poco larga —respondió Lilia—, pero se puede resumir en que nos fue imposible no amar a esa niña en cuanto la conocimos. Es una niña hermosa que supo ganarse nuestros corazones. 

—¿Uh? Papi, ¿quién es esa niña? —preguntó Miri, con una expresión inocente. 

—¡¿Niña?! —reclamó Rizette, casi haciendo un berrinche—. ¡Yo no soy una niña, soy una adulta, soy mayor que todos ustedes juntos, mucho mayor! 

"Sé que lo eres, pero eso no justifica tu apariencia, cualquiera creería que tienes trece, quizás catorce.” 

Entendiendo que esto solo desataría un caos innecesario, decidí presentarlas a las tres de forma rápida y directa. 

—Ella es Rizette, una diosa, que según dice, es una adulta pese a tener el cuerpo de alguien menor. Esta de aquí es Lilia, mi prometida, y esta niña tan linda es Miri, mi hija. Listo, ahora las tres se conocen, fin de la discusión. 

—¿Una diosa? —preguntó Lilia, mirando a Rizette de arriba a abajo—. Jamás he visto a una, pero me esperaba algo más majestuoso que esto. O al menos a alguien que parezca una adulta. 

—¡¡Soy una adulta!! —repitió Rizette. 

En ese preciso instante, Don Víctor regresó con nosotros, bajando lentamente desde el cielo. 

Normalmente, cuando él se aleja, no suele aparecer por el resto del día o por varias horas, pero en esta situación parecía estar muy pendiente de Rizette. 

Supongo que la consideraba alguien peligroso y quería tomar sus precauciones. 

—¿Sucede algo? —preguntó Don Víctor—. Espero que la señorita Rizette no les esté causando problemas. 

—No, para nada, de hecho, es una chica encantadora —respondió Lilia, con una sonrisa tranquila—. Aunque me preocupa que ella siga insistiendo en que es una adulta, pese a lo que nosotros vemos. 

La curiosidad me golpeó muy fuerte en ese punto de la conversación, queriendo saber la respuesta a ese gran misterio. 

—Rizette, ¿qué edad tienes? —pregunté. 

—Joven Michael —comentó Don Víctor, pareciendo disgustado—, no es correcto preguntarle a una dama por su edad. Pero al tratarse de la señorita Rizette, supongo que está bien. 

—¿Qué insinúas con eso? —preguntó Rizette, con una mirada asesina. 

"Esto se puso peligroso otra vez…" 

—No apoyo las creencias de este anciano aburrido —comentó Rizette—. Además, no soy de esas chicas a las que les ofende que le pregunten su edad. Bueno, yo ya he superado los tres mil años desde hace mucho, pero si tuviera que decir un número, sería… tres mil setecientos quince, sí, eso es. 

—Al menos recuerda su edad —comentó Don Víctor. 

—¡¡Cállate!! 

……… 

…… 

… 

Luego de aquel pequeño incidente, Lilia continuó su paseo junto a Miri, no sin antes explicarle que el sismo de más temprano era Rizette, quien trataba de entrar a la fuerza a nuestra ciudad, pero que ahora todo estaría bien. 

Tuve que explicar todo eso, no quise dejar a todos en casa con la preocupación en las manos. 

Luego de eso le di a Don Víctor la tarea de recoger las peticiones o quejas de toda nuestra población. 

Normalmente serían los goblins quienes recorren Tórilen para obtener tal información, pero decidí darle esa tarea a él con la intención de tenerlo ocupado. 

No necesitaba que continuara provocando a Rizette, y menos si existía la posibilidad de que mi nación fuera destruida. 

En fin, aunque ella insistía en que era una adulta, su comportamiento tan inmaduro, y su evidente fanatismo por las cosas dulces, la hacían ver como la niña que aparenta su aspecto. 

Me causó bastante curiosidad el hecho de que diga que su edad era mayor a los tres mil, así que no pude evitar preguntarle al respecto; pero antes de hacerlo, decidí invitarla a pasar a mi oficina donde tendríamos mayor privacidad. 

Mi oficina también tenía cristales sonoros en las esquinas al igual que mi habitación, así que lo que sea que hablemos aquí, se queda aquí. 

Me senté en mi lugar frente a mi escritorio, mientras que Rizette se sentaba frente a mí. 

—Esto parece una entrevista de trabajo —comentó Rizette, mirando alrededor con curiosidad—. Si planeas ofrecerme un trabajo, mi respuesta es que no. 

—Descuida, esa nunca fue mi intención —respondí, soltando una pequeña risa—. Lo que realmente quería, era preguntarte acerca de lo que dijiste antes. Desconozco muchas cosas de este mundo, pero sé muy bien que existen razas bastante longevas como los elfos, pero dudo que siquiera ellos puedan llegar a la edad que mencionaste. ¿A qué raza perteneces, Rizette? 

—No quiero decirlo… —dijo, desviando la mirada a la pared. 

—¿Por qué no? —pregunté—. Aquí en Tórilen todas las razas somos iguales, no pienso tratarte de manera diferente solo porque seamos de razas distintas. 

—Michael… ¿Somos amigos, no? —preguntó Rizette, con una evidente preocupación—. Verás… a mi raza no la quieren muchos… o casi nadie. He tenido otros amigos antes, pero… cuando les digo mi raza, ellos se van o empiezan a atacarme… ¿Me prometes que seguirás siendo mi amigo después de decírtelo? 

“Tiene que ser alguna raza similar a los humanos. Pero cual… Es difícil saberlo con exactitud, sobre todo por su tan extendida edad.” 

“Bueno, si su raza es rechazada por todos, supongo que eso crea una similitud entre nosotros. Sé que a muchos les daría un infarto si supieran que tengo sangre de terrenario.” 

—¿Te digo un secreto? —pregunté—. Por mis venas corre la sangre de una raza bastante odiada en este mundo. He visto en persona las expresiones de terror que pone la gente cuando se enteran; pero esta gente, mi gente, saben mi secreto y aún así no dirigen su odio hacia mí, porque son conscientes al igual que yo, que una raza no define quien eres en realidad. Ser un ogro no te hace fuerte, ser un enano no te vuelve un genio, y ser un goblin no te hace débil. 

—... —Rizette aun se mostraba indecisa. 

—Quizás si te digo mi raza primero, te sea más fácil decirme la tuya —afirmé, con una amistosa sonrisa—. Déjame presentarme una vez más. Mi nombre es Michael Tori, gobernante de la Nación Neutral de Tórilen, tengo dieciocho años, y soy mitad terrenario mitad humano. 

—¿Terrenario…? Siempre escuché que eran una raza deforme y aterradora… 

"¿Deforme? Sé que no soy modelo de revista, pero eso fue muy grosero." 

—Pero tú no das miedo, pareces un humano cualquiera. 

—Tú también —estuve de acuerdo, continuando con una pregunta—. ¿Ahora sí me lo dirás? 

—Supongo que es justo… —asintió, antes de lanzar su advertencia—. ¡¡Pe-Pero si dejas de ser mi amigo, te aplastaré!! 

Asentí de acuerdo. 

—Yo, um… Soy de la raza demoniaca. 

—Con que una pequeña niña demonio, eh. Supongo que eso explica tu edad. 

“Siempre se han visto a demonios con siglos, e incluso milenios en cuanto a su edad. Al menos en los videojuegos.” 

—¿No te asusta…? —preguntó Rizette, asombrada. 

—¿Debería? —pregunté, sonriendo con serenidad—. Porque yo no veo nada aterrador, lo único que puedo apreciar frente a mí, es a la pequeña Rizette, mi nueva amiga. 

Rizette sonrió de oreja a oreja con genuina felicidad, lo que representaba su gran temor a perder otra amistad por culpa de su raza. 

La raza que antaño, le había declarado la guerra a todo el mundo. 

……… 

…… 

… 

Hablamos sobre muchos temas más, la mayoría de ellos sin sentido, ha que preferíamos dejarnos llevar como los amigos que somos. 

Fue bastante extraño, ya que poder hablar y pasar el tiempo con Rizette, me hizo sentir que había ganado una hermana menor. Un poco agresiva e irreverente, pero muy agradable. 

Me habló un poco sobre su vida como diosa. 

Afirmó que no tenía ningún Pilar o sirvientes, de hecho, era la única miembro de los dioses que no los tenía; principalmente por el hecho de su gran poder destructivo, ya que no existía ser viviente tan estúpido como para convivir con ella pese a saber el riesgo de morir en cualquier momento. 

A excepción de nosotros, obvio. 

También me dijo que no tiene un lugar específico para vivir. Su rutina diaria es estar siempre en movimiento, recorriendo distintas partes del mundo desde que sale el sol hasta que anochece. 

También confesó que la pieza de armadura que usa no era suya, sino de una mujer caballero , la cual trató de robarle su comida. Rizette se enojo con ella, y como no atendía a razones, simplemente la mató y tomó la única parte intacta de su armadura como trofeo. 

Demasiado sanguinario para mi gusto, pero bueno, este mundo se rige bajo la supervivencia de los más aptos y fuertes. 

Ella parecía un poco incómoda con la armadura, siempre ajustando el cuello con las manos como si le apretara, lo cual fue extraño, ya que esta parecía quedarle grande. 

Le pregunté el porqué simplemente no se quitaba esa pieza y ya, a lo que ella me respondió con una sorpresa. Además de su ropa interior, ella no llevaba nada debajo de la armadura. 

Resulta que ella imaginó que sería incomodo usar “su trofeo” por encima de su ropa, así que simplemente se la quitó y la destruyó para no tener que preocuparse por dejarla tirada en el suelo. 

"¿Cuan idiota tienes que ser para hacer eso…? Esta niña no puede seguir viviendo sola.” 

Le ofrecí un nuevo conjunto de ropa para ella, con la única condición de que no la destruyera, lo cual pareció emocionarla al punto de dar pequeños saltitos de impaciencia. 

Obviamente tenía que marcar esa regla, ya que Yuuki siempre ponía todo de si para fabricar la ropa, y estoy seguro de que caería en una gran tristeza si se entera que la destruyeron. 

Así fue como decidimos ir por un nuevo traje para Rizette, pero antes, optamos por disfrutar de una pequeña charla sobre temas aleatorios y sin sentido. 

Que bonita es la amistad. 

……… 

…… 

… 

Llegamos hasta mi casa, y no tuve problemas en invitarla a pasar, deteniéndonos en la sala. 

Sabía que Yuuki estaría en casa por el día de hoy, así que la llamé, indicando que necesitábamos de sus servicios. 

Mientras tanto, a Rizette no se le ocurrió una mejor idea de entretenimiento que explorar cada rincón de la casa. Literalmente, cada rincón. 

Se sentó en todas las sillas de la sala como si quisiera averiguar cuál era la más cómoda, y no conforme con ello, se recostó sobre la mesa como si fuera una cama, fingiendo dormir para probar su efectividad. 

Abrió y cerró varias veces las cortinas de todas nuestras ventanas, y luego se puso a jugar con la magia de runas que usamos para iluminar la sala, encendiendo y apagando la luz una y otra vez hasta que se aburrió. 

Estaba comenzando a irritarme un poco por el riesgo que representaba tener a esta niña dentro de mi casa, pero traté de mantener la calma por sobre todo lo demás. 

Ese caos de curiosidad continuó por los próximos dos minutos, hasta que Yuuki finalmente hizo acto de presencia, bajando por las escaleras. 

Estaba vistiendo una ropa simple compuesta de una camisa y una falda larga, pero por el lápiz que traía sobre su oreja, fue fácil adivinar que se hallaba creando bocetos para futuros diseños de ropa. 

—Buenos días, Michael, ¿me llamaste? —preguntó, con una cálida y gentil sonrisa. 

"¿Buenos días? Ya casi es hora de cenar, pero no importa." 

—Sí —respondí, señalando a Rizette—, te llamé porque necesito tu ayuda con algo. O con alguien. 

La niña estaba bajo la mesa, fingiendo esconderse como si explorara una cueva, pero en cuanto vio que la estábamos mirando, salió a saludar. 

—¡Hola, soy Rizette, la nueva amiga de Michael! 

—Oh, es un gusto conocerte, mi nombre es Yuuki, soy la prometida de Michael. 

—¡¿...?! —Rizette se quedó en silencio, mirándonos a ambos con extrema confusión. 

"¿Por qué nos mira así? ¿Sucedió algo?” 

—¡No puedo creer que seas un mujeriego! —exclamó Rizette, totalmente disgustada—. ¡Tu prometida era la humana de antes, ¿cómo puedes tener de prometida a esta ogra también?! 

"Oh, era por eso." 

—Esa es una larga historia —afirmó Yuuki, tratando de no reír por la reacción de Rizette—. Además, Michael tiene tres prometidas, y yo apenas soy la segunda. 

—¡¿Pero cómo puedes estar de acuerdo con eso?! —exclamó Rizette, viendo a Yuuki con total asombro. 

—Supongo que influye mucho la competitividad constante de las tres, pero siempre mantenemos la paz entre nosotras. 

—Pero… —Rizette aún tenía problemas para procesarlo, y se giró para verme buscando una respuesta—. ¿Al menos amas a una de las tres? 

—No a una, sino a las tres por igual —respondí, sin dudar ni un segundo de mis palabras—, es por eso que hemos podido mantener este tipo de relación. Si tuviera preferencia por alguna de ellas, jamás podríamos haber formado la gran familia que tenemos ahora. 

—Familia… —murmuró Rizette, poniendo una expresión complicada—. Bueno, si los cuatro están bien con eso… supongo que tienen todo el derecho de formar esta extraña familia. 

Rizette pareció abrumada por la palabra “familia”, seguramente recordando las imágenes de Hope y Dragon en el proceso. 

No quería que otro llanto destructor se desate a mitad de mi casa, por lo que decidí cambiar de tema, y regresar al motivo de nuestra visita. 

—En fin —intervine—, será mejor que volvamos a lo importante. Yuuki, ¿tienes algo de tiempo libre? O al menos, ¿el tiempo suficiente como para hacerle un conjunto a Rizette? Lo que sucede es que ella usa esa armadura porque destruyó su ropa anterior, y ahora no tiene nada que ponerse. 

—Por supuesto, estaría encantada de diseñar algo para ella. 

—Perfecto —asentí—. Rizette, prepárate porque Yuuki te va a hacer un conjunto como el que no verás en ningún otro lado. 

—¿Que me preparé? Está bien —respondió Rizette, comenzando a quitarse su armadura. 

—¡O-Oye, espera! —la detuve— ¡Cuando dije prepárate no quise decir que te desnudaras aquí en la sala, tenemos cuartos vacíos por si necesitas de un lugar! 

"Eso estuvo bastante cerca… ¿Cómo quedaría mi reputación si me encuentran con una niña desnuda en mi casa?" 

……… 

…… 

… 

Nos tomó unas cuantas horas, el sol ya habia terminado de ocultarse, pero era consciente de que la espera valdría la pena. 

Sin embargo, Rizette parecía no opinar lo mismo. 

Ella se dedicó a seguir explorando la casa durante todas estas horas, y yo tuve que trabajar como su niñero para evitar que rompiera algo; aunque eso de poco me sirvió, ya que ella era mucho más rápida que yo, y aunque no rompió nada, terminó causando un gran desorden tanto en la sala, como en la cocina, e inclusive el baño. 

Parecía que un tornado se hubiese liberado dentro de mi casa, ya no hallaba la forma de detenerla, hasta que mi salvación apareció bajando la escalera hacia la sala. 

—¡Está listo! —exclamó Yuuki, viéndose orgullosa. 

Rizette y yo nos pusimos lado a lado esperando ver el nuevo traje, pero Yuuki se negó a mostrarlo, diciendo que no hay mejor forma de apreciar su trabajo, que siendo usado por alguien. 

Al no querer esperar más, no tuvimos más opción que aceptar sus términos. 

Yuuki guió a Rizette hacia una de las habitaciones, mientras que yo me quedaba en la sala a esperar. 

O a terminar de limpiar el desorden. 

Rayos. 

……… 

…… 

… 

Afortunadamente fueron solo unos pocos minutos. 

Las dos bajaron hasta la sala con una sonrisa, mostrándome el nuevo atuendo de Rizette. 

Se trataba de un short negro ligeramente ajustado, seguido de una camisa blanca que dejaba a la vista una pequeña porción de su abdomen, y un par de guantes negros sin dedos. 

Se supone que su nueva ropa había sido hecha en base a los pedidos de Rizette, y por eso no fue una sorpresa que eligiera algo que le otorgaba tanta libertad de movimiento, sobre todo por lo viajera y curiosa que es. 

También llevaba consigo una pequeña chaqueta blanca, supuestamente para evitar el frío. Aunque tuve que admitir que le quedaba bien. 

Lo único que arruinaba su estilo era su cabello suelto y despeinado, sin mencionar el hecho de que se hallaba descalza desde que llegó. 

Sería bueno que Yuuki le fabricara un par de zapatos para complementar el vestuario, pero lamentablemente, ella no tenía conocimiento sobre la creación de calzado. 

Aun así, imaginé que Rizette preferiría más un par de zapatillas en lugar de zapatos comunes. Sobre todo porque irían bien con su vestimenta actual. 

"Ahora que recuerdo, fue Relt quien hizo las botas de mi traje especial de rey… Si le damos los materiales, y le hago algunas especificaciones, quizás pueda hacer unas zapatillas para ella.” 

“Bueno, eso tomará un rato, le diré a Kágrel y a Drímur que busquen los materiales por mí, y luego haré que le pasen los datos importantes a Relt, es un plan perfecto." 

Y eso hice, aproveché que Rizette admiraba su traje nuevo para hablar con Kágrel y Drímur, y contarles sobre mi idea. 

Yuuki parecía darse cuenta de que algo faltaba, pero antes de que a mi se me ocurriera algo, ella fue corriendo hacia el baño, y volvió con un cepillo para el cabello. 

Hizo que Rizette se sentara en una de las sillas de la sala, y comenzó a cepillar su cabello con cuidado, como cuando peina el cabello de Miri. 

Rizette estaba extrañamente tranquila, con sus ojos puestos en un espacio frente a ella, como si estuviera recordando algo. 

「Michael —me habló Hope—, dale un ligero toque en la punta de su nariz, y dile: "Sonríe, Riz, sabes que no me gusta verte triste". Díselo, por favor.」 

"Claro, yo me encargo." 

Me acerqué a Rizette, e inmediatamente hice lo que Hope me indicó. 

—Hope dice, “sonríe, Riz, sabes que no me gusta verte triste”. 

A Rizette se le iluminaron los ojos de golpe, e inmediatamente sonrió, asintiendo con alegría. 

A los pocos minutos Yuuki acabó de cepillar el cabello de Rizette, e inmediatamente lo ató hacia atrás, formando una cola de caballo. 

—¡Estás lista! —afirmó Yuuki, mostrándose satisfecha—. Te ves como una niña bastante linda. 

—Sí, tienes toda la razón —asentí, mirando a Rizette—. Te ves bastante linda ahora, incluso un poco más madura que antes. 

—¡¡Yo siempre he sido linda!! —exclamó Rizette—. Pero te acepto el cumplido de que me veo más madura. ¿Qué opinan, Hope y Dragon? 

"Ya la escucharon. ¿Qué opinan ustedes?" 

「¡Se ve preciosa! —respondieron a la vez.」 

—Ellos dicen que te ves preciosa —dije, asintiendo. 

Rizette sonrió satisfecha. 

……… 

…… 

… 

Luego de eso, platicaron Rizette y Yuuki por un rato, hasta que el tiempo finalmente nos alcanzó. 

—Bueno, supongo que es momento de irme —comentó Rizette, con un ligero tono de tristeza—. Fue un gusto conocerlos, prometo que cuidaré esta ropa para siempre. 

—No te preocupes, la próxima vez que vengas a visitarnos, te haré un traje nuevo —afirmó Yuuki, con una sonrisa. 

—¡¿Enserio?! ¡Sí, sí, prometo que volveré! 

"Hope, Dragon, espero que no les importe la decisión que estoy por tomar." 

—Rizette, tú me dijiste que no tenías un hogar fijo, ¿qué te parece si te construyo una pequeña casa solo para ti en mi nación? —pregunté—. De esa forma, por más lejos que te vayas en tus viajes, siempre tendrás un hogar al cual regresar. Eso sin mencionar que haría más fácil el pasar más tiempo entre amigos. ¿Te agrada la idea? 

—¡Sí, sí, sí, sí, sí! —respondió Rizette, saltando de alegría una y otra vez—. ¡Yo quiero vivir aquí, quiero tener mi casa aquí, prometo que volveré seguido para jugar! 

"Esta niña me recuerda a Miri. Hope, Dragon, ahora tienen una excusa para verla más seguido. No tienen que agradecerme." 

「Maestro, su pedido está completo. —informó Kágrel.」 

"¿Quedó justo como lo pedí?" 

「Cada detalle, Maestro.」 

"Perfecto, iremos enseguida." 

—Rizette, antes de que te vayas, tengo un pequeño regalo para ti. 

—¡¿Un regalo?! ¡Amo los regalos, y más si son para mí! 

"Lo supuse." 

……… 

…… 

… 

Nos despedimos de Yuuki, e inmediatamente le dije a Rizette que me siguiera. 

Sabiendo que le iba a regalar un par de zapatillas nuevas no quise que caminara descalza hasta nuestro lugar de encuentro, así que le ofrecí llevarla. 

Obviamente me refería a utilizar Movimiento Sombra para llegar en un instante con Kágrel, pero Rizette entendió que yo iba a cargarla, por lo que se trepó en mi, sentándose sobre mis hombros como si yo fuera alguna clase de caballito para ella. 

Sinceramente no me importó, ella no pesaba mucho, así que opté por la resignación y comencé a avanzar. 

Intenté caminar un poco, pero Rizette me exigió más velocidad, por lo que corrí con Movimiento Instantáneo, haciendo que Rizette se tragara un insecto en el proceso. 

“¡Jajaja! Eso te pasa por exigente.” 

Cuando llegamos finalmente a nuestro destino, Rizette no dudo en bajarse de un salto, encarando así a Kágrel, quien me hizo entrega de una pequeña caja de madera delgada. 

Había pedido que la pusieran dentro para mantener la sorpresa hasta el final, y me alegró que siguieran cada detalle que les marqué. 

Rizette se veía confundida, pero inmediatamente me giré hacia ella, y abrí la caja, mostrándole las zapatillas que mandé a hacer para ella. 

Eran de un color blanco, decorados con unas franjas rojas a los lados, del mismo tono rojizo de su cabello. 

—Este es tu regalo —dije, mostrando las zapatillas—. Pensé que algo le faltaba a tu nueva vestimenta, y al ver que estabas descalza, no pude evitar pensar en algo como esto. 

—¿Zapatos? —preguntó Rizette, un poco decepcionada—. Sí los uso a veces, pero no me gustan mucho ya que me estorban al caminar. 

—Estos no son zapatos —expliqué, tratando de sonar interesante—. Estas son zapatillas, y aunque parezcan simples zapatos, están hechas para ayudarte a correr, saltar, o cualquier otra actividad física que se te ocurra, excepto nadar, por supuesto. Como te dije antes, soy mitad terrenario, y provengo de otro mundo en donde existen este tipo de objetos entre muchas cosas más que aquí no. Espero te gusten. 

—¡Claro que sí! —asintió, cogiendo las zapatillas con emoción—. Se trata de un regalo de mi amigo, eso ya lo hace importante, pero si nadie más en este mundo lo tiene, eso lo hace aún más valioso. ¡Me las voy a probar! 

—Adelante. Si no te quedan o sientes alguna incomodidad, solo dímelo, y lo solucionaré para ti. 

Rizette se probó las zapatillas, e inmediatamente caminó unos cuantos pasos, luego dio unos saltitos, y finalmente un salto mortal hacia atrás. 

Una vez hecha su prueba personal, sonrió satisfecha. 

—¡Me encantan! —exclamó emocionada—. ¡Son muy cómodas, siento que me calientan los pies, pero no demasiado como los zapatos normales! ¡Gracias por el regalo, Michael! 

—Me alegra ver que te gustaron —asentí aliviado, y pregunté—. Por cierto, ¿adónde planeas ir después de esto? 

—Hmm… En verdad no lo sé —respondió, mostrándose confundida—. Yo siempre viajo en cualquier dirección, y siempre me encuentro con cosas interesantes, pero… Esta es la primera vez que siento que extrañaré un lugar antes de partir… Pero no importa, ya sea que me tarde un poco, sé que nos volveremos a juntar. 

—Sí, así será —dije, despidiéndome con una mano en el aire—. Cuídate mucho, Rizette. 

—Eso suena muy formal… Solo llámame Riz. 

—Muy bien, será Riz entonces. 

—¡Hasta luego! —se despidió, comenzando a flotar—. Por ahora no quiero dañar mi regalo, así que volaré. ¡Hasta pronto, nuevo amigo! 

—¡Hasta pronto, nueva amiga! 

Luego de eso, Riz salió disparada a una gran velocidad, en una dirección al azar, y con un destino desconocido. 

「Maestro, ¿está seguro de no considerar a esa niña como una amenaza? —preguntó Kágrel.」 

—Completamente seguro —respondí, suspirando con tranquilidad—. Aunque actué de manera infantil, y a veces bastante hostil con una evidente carencia de modales, ella alguna vez fue una persona querida e importante para Hope y Dragon. Si ellos la consideran digna de confianza, eso es más que suficiente para mí. La próxima vez que venga, trata de no atacarla, ¿si? 

「No lo haré a menos que ella lance el primer golpe.」 

"Mm… Supongo que es justo.” 

“Bueno, será mejor cumplir con la promesa de construir su pequeña casa. Además, quiero volver con mi familia, en cierto modo siento que los extraño ahora." 



Algunos días atrás - Mercado central de Vere 

Todos los comerciantes se han reunido en distintas zonas de este gran mercado; la mayoría compartiendo rumores que se reparten entre los mismos comerciantes, que luego son pasados a los compradores, y finalmente a mercaderes y civiles comunes. 

Los rumores venían por partes. 

Algunos dicen que el pueblo de Silon ha renacido como una nueva nación. 

—¡Te juro que es cierto, yo pude apreciar desde la lejanía la gran celebración que hicieron! 

—¡Sí, yo también la vi! 

—¡También tuvieron visitantes importantes! 

—¡Sí, sí, los gobernantes de Kala y Nerulia asistieron, su nuevo rey debe de ser una persona muy influyente! 

Otros rumoreaban que el nuevo rey era un niño. 

—Vamos amigo, eso es imposible, un niño jamás se convertiría en rey. 

—Quizás se trataba de un joven, no de un niño, eso tendría un poco más de sentido. 

—A mi me da igual quién sea su gobernante, si se trata de una nueva nación, podemos aprovechar para crear puestos ahí y aumentar nuestras ganancias; al ser nuevos en todo, dudo que sus trámites legales sean muy complicados. 

Se comentaba que aquella nación permitía las relaciones amistosas con monstruos de todo tipo. 

—¿En serio…? ¿Cómo es eso posible? ¿No se supone que los monstruos son simples salvajes sin razonamiento? 

—A mi también me dijeron eso por mucho tiempo, pero este nuevo rey logró comunicarse con ellos de alguna forma. 

—¡Sí, sí, eso es cierto! ¡Mi sobrino me habló de que allí habían goblins, e incluso ogros! 

—¿Creen que su nuevo rey sea un monstruo? 

—Eso es imposible. Muchos aseguran haberlo visto, y todos concuerdan en que se trataba de un humano. Uno bastante joven. 

Pero eso no era todo. Algunos datos importantes acabaron filtrándose de manera misteriosa entre los mercaderes. 

—¡¡Tiene que ser una broma!! 

—¡Juro por mi madre que no lo es! ¡Me lo dijo un amigo que siempre me pasa información relevante sobre los alrededores, y nunca me ha fallado! 

—Pero pensar que algo así es posible… 

—No hay duda de esto. El nuevo rey es un chico joven, y… el nuevo Hope Dragon también. 

—¡Hay que decírselo a todos, esta información no puede morir en este lugar! 

—Concuerdo contigo, por eso vine a verte, sé que tú tienes muchos contactos, incluso más que yo. Es nuestro deber como mercaderes pasar esta información a nuestros socios comerciales y clientes exclusivos, y quién sabe, quizás esta nueva nación signifique una nueva ruta comercial para nosotros. 

—¡Sí, sí, ya puedo sentir esas ganancias en mis manos! ¡Esto se tiene que saber! 

Este fue el principio del final. 

El principio del caos que se avecina con esta información filtrada. Y el final de nuestra vida pacífica en el anonimato. 

El mundo me buscaba a ciegas, y ahora, por un descuido nuestro, se les ha dado una ubicación. 

Quiénes buscan mi mano, y quienes buscan mi cabeza; quienes desean verme, y quienes me quieren desaparecer, todos están destinados a juntarse cuando esta información llegue a sus manos. 

Nuestra paz está en peligro, y los problemas, son inevitables. 
 



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En el texto hay: drama y humor, accion y aventuras, magia y romance

Editado: 13.04.2024

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