Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.5

Capítulo 8: Probando mis límites

Hace poco recibimos la visita de Rizette, una de los doce dioses que se alzan en lo más alto de este mundo. 

En menos de un día, me dejó en claro lo lejos que estábamos cuando se trataba de fuerza, y poder. 

Utilicé Análisis en ella, pero por mas que lo intentaba, sus habilidades secundarias y únicas permanecían ocultas, lo que fue verdaderamente extraño. 

Todo en ella parecía un misterio, pero lo único que jamás ocultó, fue su presencia. 

Ella se hizo notar desde el primer momento, tratando a individuos del nivel Kágrel como si no fueran nada, y tampoco se esmero en contener su poder destructivo cuando rompió en llanto en medio del bosque. 

Era la primera vez que escuchaba de un ser con tanto poder, que era capaz de asesinarme con solo llorar. 

No puedo decir que fue por miedo, o quizás sí, pero de todo eso, solo me quedó claro una cosa. 

Soy débil. 

Quizás para muchos, yo represente alguien difícil de derrotar, o incluso imposible, pero cuando nos sinceramos un poco, puedo notar que pese a mi fuerza y habilidades, mi vida ha peligrado en más de una ocasión. 

Creí ser fuerte cuando obtuve este extraño poder, hasta que conocí a Kágrel. 

Luego de eso me sentí invencible, hasta que me enfrenté a Garpo. 

Creí estar listo para algo tan grande como una guerra, nuevamente me sentí el más fuerte de todos, hasta que Éduard, el enmascarado, y Mírlow, me mostraron lo contrario. 

En este momento, no soy capaz de hacerle frente a Don Víctor, un ex Pilar de los dioses. Y cuando se trata de Rizette, se siente como algo inalcanzable. 

¿Qué pasaría si algún día, por simples caprichos del destino, acabo enemistándome con un Pilar o con dios? 

¿Correré a pedir ayuda? 

¿Me escudaré tras el poder de Don Víctor o de mis Bestias de batalla? 

No, eso jamás. 

Sé que puedo ser más fuerte, mucho más fuerte. Tengo que serlo para proteger a mi familia, a mis compañeros, mis amigos, mi gente. No puedo seguir perdiendo el tiempo esperando que algún nuevo poder me llegue de la nada, necesito saber que me lo he ganado, sentir que el esfuerzo que le dediqué puede dar sus frutos. 

Necesito hacerme más fuerte. 

Ha llegado el momento de probar mis límites. 

……… 

…… 

… 

He adquirido nuevas habilidades y demás técnicas desde lo sucedido en Kala, pero no he podido utilizarlas en un combate real, ni siquiera en uno de práctica, por esa razón he decidido probarme a mí mismo. 

Yo no soy el único que se ha fortalecido en todo este tiempo, mis compañeros y amigos también lo hicieron, y eso es lo que me trajo hasta aquí. 

Estoy en una zona del sur, lejos de mi nación, en la misma ruta que tomaríamos si quisiéramos ir a la antigua ubicación de Rinto. 

Es un largo y despejado camino de dos días a pie hasta el bosque Hiedra, perfecto para realizar actividades sin preocuparse de lastimar a alguien en el proceso, y por eso es que nos encontramos aquí. 

Kágrel y yo estábamos justo en medio de ese camino, de pie, uno frente al otro, con únicamente tres metros de distancia entre nosotros. 

—Teniendo en cuenta que eres capaz de escuchar mis palabras y mis pensamientos, voy a asumir que ya sabes para qué te traje a este lugar tan apartado. ¿No es así? —pregunté. 

—Sí, Maestro, lo sé. 

—Estamos bastante lejos de cualquier persona inocente, además, puedo regenerarme de cualquier daño físico que pueda recibir, así que no te contengas. Son pocas las personas con las que puedo contar para presentarme un desafío, y tú eres una de ellas. Demuéstrame qué tan buen guardián eres para esta nación, compañero. 

—Prometo cumplir sus expectativas —comentó Kágrel, colocándose en posición de batalla. 

"Gracias, amigo… ¡¡Ayúdame a probar mis límites!!" 

Utilicé Movimiento Instantáneo para correr hacia él, pero no esperé que Kágrel hiciera lo mismo. 

Los dos chocamos hombro con hombro, generando un ligero retumbar en el suelo. Volvimos a utilizar Movimiento Instantáneo para alejarnos, y antes de que Kágrel pudiera reaccionar, le lancé un golpe a distancia con una Mano Demoniaca de mi espalda. 

Lamentablemente, bastó con un ligero movimiento de cabeza por parte del felino, para esquivar mi golpe en su totalidad. 

Hasta el momento, Kágrel se había mantenido en su forma pequeña, priorizando su velocidad y agilidad por sobre la fuerza, en un intento por equiparar nuestras posiciones. 

Desaparecí de mi lugar, y reaparecí en su espalda con Movimiento Sombra, en un vago intento por atacar desde su punto ciego, pero Kágrel fue tan hábil al predecir mis movimientos, que preparó un contraataque. 

Esperó a que yo lanzara un golpe, y procedió a girar con tal velocidad, que su cola acabó golpeándome en la zona de las costillas, donde se dejó escuchar un fuerte crujir a la hora del impacto. 

Mi cuerpo fue lanzado a un lado, haciéndome rodar un par de veces hasta finalmente detenerme. 

Comencé a sanar la zona del golpe por el extremo dolor que sentía, lo que Kágrel aprovechó para acercarse con Movimiento Instantáneo, asestando un poderoso zarpazo en mi rostro, dejándome ciego del lado derecho. 

"Demonios… Si no retrocedía en ese último instante pudo haberme arrancado toda la cabeza… Debo tener más cuidado." 

Comencé a sanar nuevamente mis heridas, cubriendo todo mi cuerpo en llamas y colocándome de pie. A la vez, Kágrel comenzó a crecer, mostrando su forma gigante. 

—¡Vamos con todo, Kágrel! —exclamé, creando cuatro Manos Demoniacas gigantes desde mi espalda. 

—¡Sí, Maestro! —respondió, provocando que varios rayos comenzaran a recorrer todo su pelaje. 

"Wao, eso es nuevo…" 

—Lo suyo también, Maestro. 

Me lancé hacia él, utilizando mis Manos Demoniacas para lanzar golpes a distancia, a lo que Kágrel reaccionó lanzando un poderoso zarpazo cargado de energía eléctrica, neutralizando los cuatro brazos a la vez. 

Aprovechó el momento para acercarse a mí, corriendo a toda velocidad girando en el último instante para golpearme con su cola negra. 

Al ver mi ataque quedar inutilizado, deshice inmediatamente los brazos, procediendo a crear mis alas de fuego, elevándome para evitar el ataque de su cola. 

"Con esa electricidad que lo rodea parece una mala idea acercarse para tocarlo… ¿Tendré que buscar otra forma, o debo correr el riesgo?" 

Me volví a acercar a él utilizando Movimiento Instantáneo, logrando aparecer a su lado izquierdo. 

"Bueno, supongo que correré el riesgo." 

Encendí mi puño con las llamas más intensas que pude reunir, y lo golpeé en las costillas sin contenerme, haciéndolo rodar por el suelo varias veces, hasta que finalmente logró frenar clavando sus garras en el suelo. 

Kágrel parecía estar bien, obviamente el golpe directo lo lastimó, pero su cuerpo es tan duro que no pareció ser nada grave. 

En mi caso, el daño fue mucho más notorio, mi brazo lo sentía pesado, con una evidente dificultad para moverlo, sin mencionar que la mano con la que lo golpeé quedó lastimada dejando heridas sangrantes. 

"Bien. El daño es efectivo, pero no soy tan suicida como para tocarlo nuevamente." 

Procedí a curar mis heridas deshaciendo mis alas, manteniéndome en el cielo con Muro de aire. 

「Maestro, ¿qué opina de mi nueva defensa? —preguntó Kágrel, con una ligera emoción en su voz—. La desarrollé con magia elemental de rayo y la habilidad secundaria “Revestimiento”.」 

"Se me hace imposible negar lo efectiva que es tu nueva técnica defensiva. De hecho, me sorprendería que alguien lograse tocarte sin resultar herido en el proceso." 

"Espera un momento, ¿cuándo obtuviste la habilidad secundaria Revestimiento?" 

「Siempre la he tenido, Maestro.」 

—... 

"Bien, eso fue un despiste de mi parte.” 

“Volvamos a lo principal. Si no puedo tocarte, tendré que recurrir a medidas extremas." 

「Lo mismo pensaba yo, ya que con este tamaño aseguro mi defensa, pero me es complicado alcanzarlo.」 

—... 

「...」 

Nos quedamos en silencio por unos segundos, fijando nuestros ojos en quién teníamos enfrente, como si tratáramos de predecir los movimientos del adversario. 

Tan rápido como pulsar un botón, el clímax de nuestra batalla comenzó. 

Volé hacia él con la máxima velocidad que me fue posible alcanzar, Kágrel se colocó en posición, enterrando sus cuatro patas en el suelo como si se preparara para mi encuentro. 

Estando ya cerca de él, comencé a prepararme para lanzar un Fire Sphere, y Kágrel comenzó a cargar su Canon Eye, cada uno de nosotros, preparados para usar nuestra carta de triunfo. 

El momento llegó, y Kágrel disparó contra mí. Yo no me quedé de brazos cruzados, yo también disparé mi Fire Sphere, y lo hice apoyándome con un Muro de Aire tras de mí para tener un lugar en donde apoyarme y resistir. 

Nuestros ataques chocaron uno contra el otro, desatando unas poderosas ráfagas de viento en los alrededores, que a la vez generaron enormes grietas en el suelo que seguían creciendo a cada instante. 

El Canon Eye de Kágrel era más poderoso que la última vez que lo vi, me resultaba realmente complicado evitar que mi brazo cediera ante la presión de su ataque. 

Mi Fire Sphere también era más poderosa que antes, y ahora tenía la capacidad de manipular su volumen y la velocidad con la que gira, algo que planeaba usar en este momento. 

Forcé mis llamas con mi ataque, haciéndola crecer mientras aceleraba su rotación al doble, después al triple, pero Kágrel parecía no estar preocupado por esto, e inmediatamente aumentó la potencia de su Canon Eye, empujándome hacia atrás. 

Viendo que mi ataque no estaba dando resultados, deshice mis alas, y volví a crear cuatro Manos Demoniacas desde mi espalda, usándolas para empujar mi Fire Sphere. 

Se estaba volviendo complicado retener a Kágrel. Tenía mi mente ocupada con mantener firme el Muro de Aire, mis Manos Demoniacas, y mi Fire Sphere, todo a la vez. 

Cualquier cosa que hiciera, parecería un movimiento suicida, pero ya no me quedaban opciones. 

Aposté todo a un movimiento desesperado; si tenía éxito, posiblemente ganaría, pero si fallaba, solo habré gastado una gran cantidad de esfuerzo para nada. 

Utilicé Movimiento Instantáneo en pleno choque de ataques, desvaneciéndome de la vista de Kágrel, y apareciendo nuevamente justo arriba de él. 

Él tardó un par de segundos en darse cuenta de mi nueva ubicación, pero ya era demasiado tarde. 

Di un salto hacia abajo impulsándome con un nuevo Muro de Aire, e inmediatamente empujé una segunda Fire Sphere hacia él. 

Fortalecí mi brazo izquierdo con mis llamas, y usé toda mi fuerza para disparar aquella bola de fuego, golpeando a Kágrel como una gigantesca bala de cañón. 

El impacto fue de magnitudes extremas, logrando enterrar el cuerpo de Kágrel bajo tierra, mientras se generaba un sismo que destrozó el lugar por completo, levantando enormes pedazos del suelo. 

Desvanecí todo lo que estaba usando, e inmediatamente me acerqué a revisar el estado de Kágrel. 

"Rayos… creo que me excedí." 

—¡Amigo, ¿estás bien?! —pregunté, dejando salir mi preocupado. 

Kágrel seguía cubierto por magia elemental de rayo, algo que afortunadamente me indicaba que seguía con vida. 

Levantó su cabeza del suelo, y comenzó a sacar el resto de su cuerpo que yacía enterrado. Una vez fuera, regresó a su tamaño reducido y se sacudió todo el polvo sobre él, desvaneciendo su defensa eléctrica. 

「No me gusta admitir la derrota, y menos frente a usted… —afirmó Kágrel, agachando la cabeza—. Pero si es su mano la que me supera, no tengo nada de qué quejarme.」 

—Vamos, no te sientas mal —dije, en un intento por animarlo—. Me costó mucho hacer eso, si hubiera tratado de resistir tu Canon Eye por más tiempo habrías sido tú el victorioso. Parece que tienes más resistencia que yo. 

「Adquiero más fuerza y poder al momento de crecer, pero me resta velocidad y visibilidad. Traté de compensarlo con una buena defensa, pero supongo que eso aún no es suficiente. ¡Prometo volverme más fuerte, la próxima vez no será tan sencillo derribarme!」 

"Sí amigo, lo sé." 

—¡Magnífica batalla, joven Michael! 

Don Víctor bajó hacia nosotros desde el cielo, con una esfera de cristal en sus manos. 

—¿Estuviste aquí todo el tiempo? —pregunté. 

—Por supuesto, usted se alejó para evitar accidentes, pero jamás me solicitó privacidad. 

"Mm… Supongo que eso es verdad, pero tampoco es que me guste ser espiado." 

“Un momento, ¿qué es eso?” 

—¿Esa es la esfera que el rey Rommel me dio? —pregunté, señalando a la esfera de cristal. 

—Oh, esta, no, no lo es —respondió, con total serenidad—. La suya está en su oficina, y es de uso exclusivo de su dueño. Esta de aquí es mía, la conseguí a través de unos contactos que me debían un favor. La estoy usando para guardar ciertas imágenes importantes como esta, imágenes que representan la fuerza del líder de la Nación Neutral de Tórilen. 

—¿Y por qué harías eso? 

—Joven Michael, para un rey la reputación e imagen pública es muy importante, y aunque la mayoría de los habitantes de su nación lo consideran como un líder invencible, hay unos pocos que piensan que usted es fuerte, sí, pero que no es para tanto. 

—¡Grrr…! 

"Tranquilo Kágrel, no tienes que enojarte por eso." 

—¿Planeas usar esas imágenes para generar alguna clase de temor hacia los que piensan así? Si ese es tu objetivo, te pediré que te detengas. 

—Descuide, joven Michael, eso no es lo que busco —respondió Don Víctor, aclarando su garganta—. Luego del "incidente" con el joven Nilo, comenzó a haber dudas sobre qué tan buena era la seguridad de esta nación. Nadie duda que usted sea capaz de manejarlo, pero temen por lo que pueda suceder si algo como eso se repite, y usted no está cerca para protegerlos. 

—... 

—Con estas imágenes puedo mostrarle a su gente que todo está bien, y que su ausencia, no significa un peligro para ellos. Si usted no se encuentra en Tórilen, y ocurre otro incidente, siempre estaré yo para encargarme, y si no soy yo, siempre estarán sus Bestias de batalla, y si ellos faltan, aún contamos con Relt, la señorita Mónica, y los guardias goblins. Oh, por supuesto, también contamos con la nueva adición a sus filas: la emperatriz de las abejas gigantes, y todo su ejército de soldados alados. 

—Sí, supongo que tienes razón. Por eso mismo es que hago esta prueba con Kágrel. Conocer a Rizette me hizo ver lo realmente bajo que me encontraba en la pirámide del poder. Soy fuerte, lo sé, pero no puedo conformarme con el poder que tengo ahora, necesito llegar más alto que esto si quiero proteger a mis familia y amigos. Necesito serlo para que el mundo entero sepa cuales son las consecuencias de atentar contra los míos, y lo piensen dos veces antes de hacerlo. 

—Hohoho… —se rió Don Víctor—. Una meta un poco complicada, pero no es imposible. Enfrentar a sus Bestias de batalla es un buen entrenamiento, pero no es tan efectivo sabiendo que usted ganará. Lo que necesita es un objetivo, alguien a quien usted vea como superior y lo motive a querer alcanzarlo. La señorita Rizette sería una meta complicadamente absurda, ¿pero qué le parece comenzar con el líder ogro, Garpo? 

—¿Garpo? —pregunté, mostrándome confundido—. Ya me he enfrentado a Garpo en el pasado, recuerdo que quedamos en un empate, pero la diferencia entre mi yo de antes y mi yo actual es bastante grande, estoy seguro de que puedo ganar. 

—Hoho… ¿Está usted seguro? —preguntó, casi con un tono burlón. 

—¡Grr…! ¡¿Te atreves a burlarte de mi Maestro?! —reclamó Kágrel, enojado. 

—Esa no era mi intención —respondió, regresando su atención hacia mí—. Al igual que sus padres, joven Michael, yo también conozco a Garpo desde hace mucho tiempo, y déjeme decirle que hubo una época en la que él estuvo muy cerca de vencerme. Si tuviera que clasificarlo de alguna forma, diría que él es un aspirante a Pilar. 

—¿Qué…? Es broma, ¿cierto? —pregunté, sorprendido—. Reconozco que Garpo es un tipo muy fuerte, lo he sentido en carne propia, pero no me lo imagino estando cerca de un Pilar. 

—Joven Michael, usted logró luchar contra él, y no solo eso, sino que consiguió herirlo de gravedad, y no conforme con aquel resultado, obtuvo un empate con semejante oponente. Pero contésteme una pregunta. ¿Garpo tenía las rayas de un tigre sobre su piel cuando luchó contra usted? 

"¿Un tigre…? ¿Eso qué significa?" 

—No, no las tenía —respondí. 

—En ese caso, temo ser yo quien le de esta noticia, pero Garpo se contuvo cuando luchó contra usted. Si quiere ser más fuerte, tómelo a él como ejemplo, eso es todo lo que le puedo recomendar por ahora. 

"¿Garpo? ¿Rayas de tigre? ¿Qué significa eso? Parece que es momento de hacerle una visita a mi querido suegro." 

—Kágrel, gracias por tu ayuda, puedes regresar a tu puesto —le agradecí, con unas palmaditas en su cabeza—. Oh, casi lo olvidaba, déjame sanar tus heridas. 

Utilicé mis llamas para sanar todo el daño físico que recibió, e inmediatamente comenzó a correr en dirección a nuestra nación. 

—Planea ir a verlo, ¿cierto? —preguntó Don Víctor. 

—Sí, así es. Te encargo Tórilen hasta que vuelva. Ah, casi lo olvido. Desde el día en que utilicé mi habilidad única Pacto de Sangre en todos, los niños se han vuelto un poco hiperactivos, y a Rita y sus compañeros se les hace un poco difícil controlarlos. Érick es un maestro de educación física en la escuela, pero los niños buscan la oportunidad de aprender cosas nuevas, sobre todo magia, así que- 

—Creo entender —intervino—. ¿Usted desea que sea yo quien los instruya? 

—Em… Al principio sí, pensé en ti como una buena opción, pero tú ya tienes un cargo que ejercer, no puedo echarte más peso encima del que ya tienes. Lo que yo quería, era que consiguieras a un buen maestro de magia para ellos, alguien de extrema confianza, obviamente. ¿Puedes encargarte de ello? 

—Hmm… Sí, creo conocer al candidato ideal —afirmó, tomándose un momento como si recordara algo—. Me pondré en contacto con aquella persona, y haré lo posible para convencerla de aceptar nuestra petición. 

—Te lo agradezco. Bueno, es momento de irme, y… trata de que nadie se entere sobre la persona que traerás, quiero ser yo el que juzgue si es bueno o no para trabajar con nosotros. 

—Así lo haré —respondió, con una elegante reverencia. 

Me despedí, y saqué mi Cristal de viaje, utilizándolo para movilizarme hasta el campamento de los ogros. 

……… 

…… 

… 

Una vez allí, me vi en la necesidad de bajarme de los arboles, ya que había aparecido sobre la copa de uno. 

“Odio que esta cosa no sea tan precisa.” 

Una vez abajo, los guardias ogros me dejaron pasar sin problemas, ya que mi posición como el yerno de Garpo ya era conocido por todos. 

Los ogros del campamento ya no ignoraban mi presencia, sino que me devolvían el saludo cuando yo los saludaba a ellos, y eso me hizo sentir verdaderamente incluido. 

Cuando entré a la tienda de Garpo, lo primero que vi fue a él, sentado perezosamente sobre su trono. 

No estaba dormido ni nada parecido, por lo que decidí ingresar y sentarme en el suelo frente a él. 

Garpo notó mi presencia, y comenzó a sonreír de manera extraña, sosteniendo una botella de cristal en su mano. 

—¿Qué es lo que deseas ahora? ¿Algún consejo de hombre a hombre? *hip* ¿O es que solo querías platicar con tu suegro? 

"¿Acaso está ebrio?" 

De pronto, la actitud y atención de Garpo cambiaron completamente de dirección. 

—Yo… —dijo, mirando al techo con la botella en alto—. Yo… Yo soy un ogro… *hip* y tú, un techo… 

"¡¡Está muy ebrio!!" 

—Um… ¿Garpo? —pregunté, tratando de llamar su atención—. Oye, ¿sigues aquí? 

—Techo, él es mi yerno… *hip* No, no tu yerno, mío… *hip*. 

"¿Por qué sigue hablando con el techo?” 

“De haber sabido que estaría así de ebrio, no habría venido en primer lugar.” 

“Ahora que lo pienso, una vez que mi papá estuvo bastante ebrio, se le quitó de inmediato luego de un gran susto que le dio mi mamá. Quizás pueda hacer eso, y ya sé con qué mentira golpear sus cinco sentidos." 

—Oiga, suegro. Yuuki está embarazada. 

El rostro de Garpo palideció casi de inmediato, soltando la botella en su mano la cual se rompió al caer. 

Lentamente giró su vista del techo hacia mí, y por su expresión, parecía que había perdido todo el sentido del habla. 

"Jeje, parece que lo puse sobrio en un instante." 

—Verás, lo que quería hablar contigo era… 

—¡¡Jaaaa jajajajaja!! —se rió a carcajadas, recuperando su estado de ánimo habitual—. ¡¡Sabía que algún día pasaría, pero no pensé que sería tan pronto, jajajajajaja!! 

"Ay no, ahora me voy a sentir horrible diciéndole la verdad." 

—Oye, Garpo, ¿puedo…? 

—¡¡Jajajajaja, puedes hacer lo que quieras, esta también es tu casa!! ¡¡Oye, dime, dime, ¿qué quieres que sea?!! ¡¡¿Un niño o una niña?!! 

"¡¡Aaaaahhhhh, ahora enserio me va a doler decirle la verdad!! ¡¿Cómo se me ocurrió hacer esa broma, maldita sea?!” 

—Yerno, te ves un poco mal, ¿estás bien? —preguntó Garpo, viéndome con atención—. ¡Oh, ya sé, la emoción fue tanta que no sabes ni como reaccionar, sí, sí, te entiendo perfectamente, jajajajaja! 

—Yuuki no está embarazada… —dije, evitando verlo a la cara—. Solo lo dije para sacarte de tu borrachera. Lo siento… 

El rostro de Garpo cambió de uno alegre al de uno de absoluta seriedad, con una pizca de enojo. 

—¿Te parece divertido jugar con esas cosas? —preguntó Garpo, mirándome directamente a los ojos—. Te recuerdo que es mi hija de la que hablamos. 

—¡Sí, lo sé, y en verdad lo lamento! —me disculpé, agachando la cabeza—. No debí mentir con algo tan serio. 

—¡Pfft…! ¡¡Ajajajajjajajaja, ojalá pudieras ver la cara de miedo que pusiste, jajajaja!! 

—¿Eh…? 

"¡Maldito cornudo, se estuvo burlando de mí desde el principio!” 

“Bueno, yo también toqué un tema delicado, supongo que me lo merecía." 

—En fin, ¿qué es lo que querías preguntarme? Adelante, estamos en confianza. 

—Bien —me tomé un momento para pensar—. El día en que tuvimos una pelea, ya sabes, aquel día en que nos conocimos. ¿Tú… te contuviste? 

—Me alegra que te hayas dado cuenta de ese detalle —dijo Garpo, sacando otra botella escondida detrás de su asiento—. ¡Oh, que bien, sigue fría! Pero no te lo tomes como algo personal, simplemente no quise acabar con la vida de un joven tan habilidoso con todo un futuro por delante. Se podría decir que te hice un favor, y tuve razón, ¿no es así? 

—Jejeje… Ahora me siento como un estúpido por creer que estaba igualado contigo… 

—Vamos, no te pongas así por algo tan absurdo como eso. Yo soy más fuerte que tú, ¿y eso qué? Hay tipos a los que ni siquiera yo sería capaz de hacerlos sudar, pero no me deprimo por eso —Garpo bebió un gran trago de su botella nueva—. Aposté mi orgullo como guerrero por tu futuro. Conseguiste tu objetivo de crear tu propia nación, le devolviste la libertad a otra que en un principio te hizo daño, y para colmo de todo, lograste que mi hija te entregara su corazón. Dime. ¿En qué parte de mi decisión de contenerme me equivoqué? 

No supe qué responder, y simplemente me mantuve en silencio. 

Garpo bebió otro poco de su botella, antes de pensar en algo que lo tenía ligeramente confundido. 

Él había pensado en un inicio que yo descubrí su mentira por cuenta propia, pero mientras juntaba las piezas en su cabeza, había algo que faltaba. Sentía que existía la intervención de un tercero. 

—Déjame preguntarte algo —habló Garpo, con un tono tranquilo—. ¿Cómo supiste que estaba conteniendo mi fuerza en nuestra pelea? 

—Bueno, la verdad es que Don Víctor me lo dijo —respondí. 

—Mm… Valentín, supuse que sería alguien como él —luego de comentar eso, se acabó la botella de un trago—. Veras, yo tengo una habilidad suprema llamada "Espíritu Animal". 

"¿Qué demonios es eso…?" 

—Comenzó como la habilidad única "Voz de la Selva", pero cuando pasé por una evolución de raza, mi habilidad única también evolucionó. Cuando la uso, tengo una fuerza, poder, y habilidades que me permiten incluso hacerle frente a los Pilares. Pero un poder tan grande no puede venir sin un precio a pagar. 

"¿Un precio…?" 

—Tengo que sacrificar un alma para utilizarlo, pero solo dura treinta minutos por día. 

—Entonces… la vez que luchaste contra Don Víctor… 

—Sí —asintió, observando su reflejo en la botella de su mano—. Si no se me hubiera acabado el tiempo, el mismo Valentín hubiera sido derrotado por estas manos. Lo tuve acorralado de principio a fin, pero se aprovechó de que mi poder tenía un tiempo límite. Bueno, de nada sirve quejarse sobre eso ahora. 

En ese momento lo entendí. 

Don Víctor no me había dado el dato de Garpo porque este fuese más débil que él. Lo hizo, porque aunque fuese por unos breves minutos, Garpo era capaz de volverse más poderoso que un Pilar. 

Esa idea me dio a pensar que, si tan solo Garpo fuera capaz de usar ese poder de manera ilimitada, podría tener una oportunidad de calificar como uno de los doce dioses, los únicos arriba de los Pilares. 

—Oye, yerno, fuera de bromas —preguntó Garpo, cambiando el tema completamente—. ¿Cuándo me darás un nieto de sangre? Perdón si te estoy presionando demasiado con el tema, pero cada día me hago más viejo, ¿sabes? No quiero morir sin haber tenido la oportunidad de conocer a todos mis nietos. Aunque al paso actual de las cosas, es más probable que sea Yuuki la que tenga una descendencia; en cuanto a Red, estoy comenzando a perder las esperanzas. 

—B-Bueno, eso es… —respondí, un poco nervioso—. No creo que ninguno de los dos esté lo suficientemente preparado para dar ese paso… Además, ya tenemos a Miri con nosotros, pero aun así no puedo considerarme un padre profesional. Hay veces en las que estoy fuera de casa mucho tiempo, siempre vuelvo para darle las buenas noches a Miri, pero luego vuelvo a salir. No me gusta dejarles la mayoría de su cuidado a las demás, por eso es que siempre juego con ella cada que puedo. Solo espero que no se aburra de tenerme como su papá. 

—Ser padre primerizo no es fácil. Yo recuerdo que casi me hago en los pantalones al no saber qué hacer cuando a Red le dio un resfriado, pero en ese tiempo aún tenía a mi esposa, y ella me ayudó a tranquilizarme y juntos hallamos una solución. Tú tienes a tres personas contigo, cuatro incluyendo a Aurora, que te pueden ayudar a que Miri no sienta el vacío de la soledad. No lo tomes como que les estás dejando todo el trabajo, piénsalo como una ayuda de parte de las personas que te aman y que saben, que haces todo lo posible por dedicarles tu tiempo pese a lo agotador de tu trabajo. 

Garpo no dudó en poner su mano sobre mi cabeza, entregándome unas reconfortantes palmaditas, dirigiendo hacia mi una mirada cargada con un sentimiento paternal. 

—Tranquilo, lo estás bien. 

……… 

…… 

… 

Platicamos por varios minutos más, mayormente de temas sin sentido, hasta que mi “querido” y "amable" cuñado vino a interrumpir. 

—Padre, hay algo que… Oh, el humano está aquí. 

—También es un gusto verte —respondí. 

—¿Qué sucede, hijo? —preguntó Garpo—. ¿Se trata de alguna emergencia? 

—No realmente —respondió, ignorando mi presencia—. El rey de Nerulia acaba de venir para firmar un tratado de paz con nosotros, justo como prometió que lo haría. 

—¡Oh, finalmente han llegado! Yerno, ven a recibirlos conmigo. 

"¿Eh? ¿Yo por qué?" 

……… 

…… 

… 

Al final mis quejas no sirvieron de nada, ya que igualmente Garpo me arrastró para recibir al rey Rommel. 

Fuimos hasta la entrada de este territorio, donde hallamos al rey Rommel junto a los mismos que lo acompañaron el día de mi ascenso a rey, bueno, todos excepto Rena. 

Según me contó Light, ella estaba un poco ocupada con algunos asuntos, y no le alcanzó el tiempo para venir. 

"Bueno, igualmente el único que debía venir era tu papá. Tú e Iris salen sobrando un poco." 

Nos dimos un breve saludo entre todos, e inmediatamente el rey Rommel y Garpo pasaron hasta la tienda principal, para comenzar con lo importante. 

Mientras tanto, afuera nos quedamos Light, Iris, Red, y yo. 

—Hola, Red —saludó Iris, siendo ignorada por el ogro—. Veo que sigues tan frío como siempre. 

—Iris, no lo molestes por favor. —intervino Light. 

—Oh, vamos, no lo estoy molestando. Mucho. Además, nosotros somos amigos. 

—Yo nunca acepté nada de eso —respondió Red, dándonos la espalda—. Si van a quedarse aquí, háganlo, pero no intenten nada o los asesino. 

—Ufufu, ¿en serio crees poder? —preguntó Iris, provocándolo—. Te recuerdo que la última vez perdiste contra mí, pero te advierto que ahora conozco más trucos que antes. 

—¡Tch! Estamos en mi terreno, y los superamos en número, no quieras iniciar un pleito en este momento. Solo quédense sentados y no nos estorben —dijo, alejándose hacia el bosque 

"¿Iris venció a Red? ¿Eso cuando paso?" 

—¿Les importa si doy un paseo por el lugar? —preguntó Iris. 

—No creo que haya problema, pero trata de no incomodar a nadie —respondió Light, suspirando con resignación. 

Sin perder más tiempo, Iris comenzó a caminar en dirección al bosque, dando saltitos de alegría de forma disimulada. 

"Que raro. Pensé que iría por el campamento." 

—¿Cómo van las cosas para ti, nuevo rey Tori? —preguntó Light, con una sonrisa tranquila. 

—Aun no me acostumbro a ese nombre —dije, soltando una pequeña risa incómoda—. Pero todo va bien, hemos avanzado solo en una pequeña cantidad de cosas, apenas estamos empezando, pero tengo grandes planes que poco a poco iré llevando a cabo. ¿Y tú? 

—Las cosas se han estabilizado para nosotros. Finalmente estamos por terminar todos nuestros preparativos para comenzar a exportar los minerales de aquella mina oculta, y aunque no hemos comenzado de forma oficial, tenemos a varios compradores haciendo fila para entablar negociaciones con nosotros. En cuanto a mi labor como príncipe… No he tenido mucha acción últimamente, pero al menos aprovecho mi tiempo libre para pasarlo junto a Rena. 

—Ojalá y todos sus planes futuros como pareja resulten bien. Como tu amigo, les deseo lo mejor. 

—Te lo agradezco. Por Cierto, pese a ser más joven que yo, te fuiste varios pasos por delante de mí. Estás comprometido con tres mujeres a la vez, y también eres padre, enserio te envidio, yo ni siquiera soy capaz de cuidar a un perro. 

—¿Acaso has estado considerando lo de ser padre? —pregunte, sin ocultar mi curiosidad. 

—La verdad es que sí, y Rena también lo ha pensado, pero ambos estamos de acuerdo en que aún no es el momento correcto. Un hijo es demasiada responsabilidad, y ninguno de nosotros nos sentimos preparados para dar ese paso. Pero eso no significa que retiraré esa idea de nuestros planes futuros, simplemente lo dejaré como "pendiente". ¿Te puedo contar un secreto? 

—Claro, puedes contarme lo que quieras, yo no diré nada —asentí con confianza. 

—Aún no se lo he dicho a nadie, ni siquiera a mi padre, pero pronto, muy pronto, cuando sienta que es el momento correcto, le pediré a Rena que se case conmigo. 

—Wao… —suspiré asombrado—. Vaya, la verdad es que no se me ocurre otra cosa que felicitarte. Y también me alegra saber que al menos ella no te rechazará, aún tengo grabado en mi mente el cómo ella te asaltó durante tu confesión en la clínica de Sofía. 

—Jejeje… —se rió Light, apenado—. Si, perdón por eso. Recuerdo que Rena te lanzó al suelo en aquella ocasión, ella puede ser bastante impulsiva. 

—Descuida, no tienes porqué disculparte —asentí, volteando a ver el cielo—. Si olvidamos el amor en los tiempos de guerra, entonces ¿por qué estamos luchando? 

—Eso que acabas de decir fue muy sabio, lo digo en serio. 

"Esa frase la dijo un viejo soldado de una de las novelas que leí en mi mundo, pero no voy a arruinar el momento diciendo esto." 

……… 

…… 

… 

Las horas pasaron, y el rey Rommel finalmente salió de la tienda principal junto a Garpo. 

Caminaron hacia nuestra ubicación, e inmediatamente se prepararon para partir. 

—Bueno, fue un placer acordar la paz con ustedes, jefe Garpo —afirmó el rey Rommel, con un fuerte apretón de manos—. Espero podamos mantener este tratado por la eternidad de ser posible, y cuando ustedes asciendan como una nación, volvernos vecinos aliados. 

—Lo mismo digo —asintió Garpo—. Pueden volver cuando gusten, nuestras puertas siempre estarán abiertas para la gente de Nerulia. 

—Y las nuestras para recibirlos a ustedes. Light, es momento de retirarnos. 

—Sí, padre —respondió Light—. Hasta la próxima Michael. 

Me despedí con un breve gesto amistoso, y nuestro encuentro hubiera terminado ahí de no ser un por un pequeño descuido por parte de Nerulia. 

—Padre, espera, ¿dónde está Iris? —preguntó Light, mirando alrededor—. Ella dijo que daría un breve paseo, pero ya debería haber regresado. 

Giré mi vista hacia el bosque, recordando que Iris caminó en esa dirección; Garpo parecía haberse dado cuenta de esto, y me susurró al oído: "Rastrea a Red con tu habilidad única." 

Supuse que él decía esto por una razón, así que opté por hacerle caso usando Ojos de Mapa Mundial, logrando ubicar a Red en el bosque, no muy lejos de aquí. 

—Yo me encargo de esto, vuelvo enseguida —dije, antes de correr hacia el bosque con Movimiento Instantáneo. 

……… 

…… 

… 

Sabiendo su ubicación resultaba realmente sencillo hallarlo, pero cuando lo vi, resultó que él estaba con Iris. 

Parecían estar hablando de algo, así que decidí mirar la escena desde las ramas de un árbol a unos metros de distancia. 

Había estado practicando con la habilidad secundaria Detección Auditiva, y una vez que la dominé, me sentí como un verdadero espía de las películas. 

Ambos estaban de pie frente a frente, con Iris mostrando una expresión de disgusto, y Red dándole la espalda. 

—Solo dime la verdad, ¿por qué nos odias tanto? —preguntó Iris. 

—¡Dije que dejaras de preguntar! —contestó Red sin voltear a verla— ¿Qué ganarías sabiendo eso? 

—Este odio y rencor que sientes hacia los humanos no es normal; la forma en que nos miras, la forma en que nos hablas, en como actúas cada que vez que hay un humano cerca, es como si estuvieras a la defensiva por temor a que te hicieran algo. 

—¿Temor a los humanos? —preguntó Red, volteando a ver a Iris con odio—. ¡¿Te parece que le tengo miedo a tu estúpida raza?! ¡Yo los odio con todo mi ser, no les temo, y si fuera por mí, los mataría a todos con mis propias manos! 

Iris negó con la cabeza, observando a Red con ciertos rastros de compasión, como si pudiera ver a través de toda esa gruesa capa de odio. 

—Si en verdad nos odiaras como dices, no hubieras salvado mi vida durante la guerra en Kala. Esa excusa barata de que fue para evitar conflictos con Nerulia era mentira, si yo hubiera muerto, nadie te habría culpado a ti y lo sabes. Deja de ocultar tu mied- 

Red inmediatamente cogió a Iris del cuello con una de sus manos, y la obligó a ponerse de espaldas contra un árbol. 

—Te dije que cerraras la boca… Tú no sabes nada sobre mí, y tampoco pienso caer en tus engaños para hacerme hablar. Un humano siempre será un humano, y por muchas buenas acciones que hagan, la maldad siempre estará en sus corazones esperando el momento para salir. 

Iris bajó la mirada al suelo, poniendo una expresión melancólica como si recordara algo feliz de su pasado. 

O al menos, los últimos rastros de felicidad. 

—Cuando tenía cinco años… Un ogro apareció de la nada, y decapitó a mi madre con un hacha de leñador… Lo hizo frente a mí, siguió cortando una y otra vez, riéndose a carcajadas al saber que yo estaba presenciando la escena… Luego de su salvaje acto, simplemente se fue, con una sonrisa de total satisfacción… Estaba tan asustada que ni siquiera fui capaz de llorar hasta varias horas después… 

"Iris…" 

—Nosotras solo recogíamos flores… —continuó, esforzándose en contener sus lágrimas—. Solo hacíamos eso… Dime, Red… ¿En qué parte de eso había maldad humana? La maldad no es exclusiva de una raza, existe en todas por igual… Pero el mayor error que puedes cometer, es culparlos a todos por lo que hizo solo uno… Si yo pensara de otra forma, estaría vagando por ahí matando a cuanto ogro me encuentre en el camino, pero no lo hago… No lo hago porque sé que todos los ogros no son criaturas malvadas y ruines… tú eres un ejemplo de ello… 

Red bajó lentamente su brazo, soltando a Iris en el proceso, luego simplemente se alejó dos pasos hacia atrás volviendo a darle la espalda. 

—Solo vete —insistió Red—, ya te dije que yo no tengo nada que hablar contigo. 

Iris se negó a dejarlo ir, y dio un paso hacia el frente, apoyando su cabeza sobre la espalda de Red. 

Misteriosamente, Red solo se detuve en seco, mas no intentó quitarse a Iris de encima. 

—Necesitas hacerlo… —insistió Iris, dejando salir algunas lágrimas—. Si lo sigues guardando, jamás podrás avanzar… Tú me preocupas Red, deja de hacerte daño a ti mismo y permíteme ayudarte… 

—No caeré en las mentiras de ustedes por segunda vez, no importa cuantas veces lo intentes. Y también te agradecería que me dejaras en paz, si en verdad te preocupas por mí, mantén tu humanidad y la de todos tus amigos lejos de mis tierras. 

Red se alejó continuando su camino a través del bosque, dejando a Iris atrás, secándose las lágrimas luego de un esfuerzo inútil de ayudarlo. 

Me sentí mal por haberlos espiado en un momento tan delicado, pero decidí tragarme la culpa y continuar con mi trabajo. 

Bajé sigilosamente hasta la base del árbol, y me acerqué a ella corriendo, como si acabara de llegar a la escena. 

—Iris, por fin te encuentro —dije, evitando sacar el tema—. Todos te están esperando para partir. 

—Bien, iré enseguida, gracias —respondió, evitando que viera su rostro lloroso. 

La acompañé hasta la ubicación de sus compañeros, donde la reprendieron ligeramente por haber desaparecido por tanto tiempo, y finalmente se fueron. 

De esa forma quedamos Garpo y yo, completamente solos. 

—Ella estaba junto a Red, ¿no es así? —preguntó Garpo, con la vista puesta en el bosque. 

Yo simplemente asentí. 

—Ese necio debería de apreciar que hay personas que tratan de ayudarlo. Si sigue actuando de esta forma, tarde o temprano va a quedarse solo, pero para entonces quizás sea demasiado tarde para reaccionar. 

—¿Por qué Red odia tanto a los humanos? —pregunté. 

—Lo mismo quisiera saber yo. 

……… 

…… 

… 

Me despedí de Garpo, e inmediatamente regresé a mi nación, donde me esperaban un grupo de alrededor de seis personas, las cuales exigían hablar con el gobernante de estas tierras. 

"Genial, ¿ahora quién es el que perturba nuestra paz?" 

Me dirigí hacia ellos, los cuales estaban siendo retenidos por Kágrel y su equipo negándoles el paso. 

Todos eran hombres adultos, vestidos con telas evidentemente finas, cuatro adultos y dos ancianos para ser más exactos. 

Lo interesante era que no traían guardias, carretas, bolsas, ni nada parecido, simplemente su presencia. 

"¿Nobles, quizás?" 

Cansado de dejarle a Kágrel la tarea de retener a esos tipos tan ruidosos, decidí intervenir. 

—¿Podrían no hacer tanto escándalo? —pregunté—. ¿Qué es lo que quieren? 

Uno de los dos ancianos, el único que llevaba un bastón de madera, me respondió. 

—Hemos venido hasta aquí para entablar una conversación de negocios con el gobernante de esta nación naciente. Te agradecería mucho que le informaras sobre nuestra presencia. 

—No es necesario —respondí—. Yo soy el rey de la Nación Neutral de Tórilen, ¿qué es lo que desean hablar conmigo? 

El grupo de hombres se miró entre ellos, algunos intercambiando comentarios lanzando pequeñas miradas de sospecha hacia mi, pero no es que me importe realmente. 

El anciano del bastón volvió a acercarse a mí. 

—No buscamos desconfiar de su palabra, y mucho menos ofenderlo de alguna manera, pero no es muy común ver a un gobernante tan joven, y si usted se presenta ante nosotros como el rey, no nos queda más opción que creerle. 

"Kágrel, ¿desde que dirección llegaron estos tipos?" 

「Llegaron juntos en un carruaje desde la zona comercial de Vere, pero en cuanto bajaron, su transporte huyó a gran velocidad.」 

"¿Vere? Quizás se trate de mercaderes, no de nobles." 

—En fin, ¿qué es lo que quieren discutir conmigo? —pregunté. 

—Verá, nosotros somos miembros del gremio de mercaderes, sus principales representantes para ser más precisos, y mi persona en particular, viene siendo el presidente de este gremio. Mi nombre es Saulo Tarleón. 

—Yo soy Michael Tori, gobernante de la Nación Neutral de Tórilen, y actual portador del Hope Dragon —dije, encendiendo unas llamas en mi mano derecha al levantarla. 

El resto de los mercaderes dieron un paso hacia atrás ante esto, pero no lo hice con la intención de asustarlos, solo pensé que si mostraba mis llamas verdes, sería prueba suficiente para demostrar que digo la verdad, eso es todo. 

—Por favor, caballeros —intervino Saulo—, muestren algo de compostura. Aunque se trataban de rumores, ya estábamos advertidos sobre esto, no olviden que un rumor, suele ser una verdad a medias. 

"Vaya, Saulo ni siquiera pestañeó ante mi demostración, supongo que él es de los que no se impresionan tan fácilmente." 

—Bien, vayamos a lo importante. ¿Qué es lo que quiere el gremio de mercaderes conmigo? —pregunté. 

—Rey Tori, hemos venido personalmente ante usted, para ofrecerle un trato exclusivamente comercial. El gremio de mercaderes se expande por casi todo el territorio en Várnil, y al enterarnos del surgimiento de esta nueva nación, nos vimos tentados a ofrecer nuestros servicios. Al ser nueva, suponemos que aún no tienen un tipo de comercio establecido, por esa razón deseamos formar lazos con ustedes, ambos nos veremos beneficiados con esto, su nación podría generar nuevos empleos, nosotros ganamos una nueva ruta comercial, pero lo más importante de un trato de negocios, es que ambos ganaremos dinero. Todos ganan al final. ¿Podemos hablar con ustedes, rey Tori? 

"Siento que quedarme solo con ellos podría arrinconarme hacia una mala posición, sobre todo con Saulo, ese viejo parece ser más astuto de lo que aparenta, y al ser un mercader debe de conocer mil y un formas para persuadir a otros y obtener lo que quiere." 

"Kágrel, ¿Don Víctor está por aquí?" 

「Sí Maestro.」 

"Llámalo, dile que es un asunto urgente, y que lo quiero en mi oficina. Ahora." 
 



#1493 en Otros
#78 en Aventura
#925 en Fantasía
#149 en Magia

En el texto hay: drama y humor, accion y aventuras, magia y romance

Editado: 13.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.