Los máximos representantes del gremio de mercaderes habían venido a hacerme una propuesta de negocios.
Obviamente, "los negocios" no son algo que yo maneje muy bien.
Nunca pude regatear el precio de un juego con el dueño de la tienda, y solo me amenazó con subir el precio si no desistía con mi pedido; y cada vez que intentaba negociar algún trato con mis padres, acababa dando más de lo que planeaba ofrecer, y no obtenía nada a cambio.
Así de malo soy.
Pero esta vez decidí tener algo de apoyo de mi lado, por eso le pedí su apoyo a Don Víctor, el cual siempre presume de su vasto conocimiento, para evitar que me hunda.
Estamos en la sala de reuniones ubicada en el segundo piso de la alcaldía.
Al principio pensé en ir a mi oficina, pero luego de fijarme en el número de personas tuve que cambiar de lugar.
La mesa de esta sala era demasiado grande para nosotros, por esa razón decidí tomar asiento a uno de los extremos, mientras que los mercaderes se sentaban a ambos lados, con dos asientos de distancia entre nosotros.
Don Víctor decidió quedarse de pie a mi lado, preparado para intervenir cuando lo crea necesario.
"Estoy seguro de que soy un asco en las negociaciones, pero al menos trataré de verme como un experto. En este momento soy un rey, no puedo mostrarme débil frente a personas tan influyentes como Saulo."
—Espero que no les moleste la presencia de mi asistente.
—Para nada —respondió Saulo con cortesía—. Creo que podemos comen-
—Disculpa que te interrumpa, Saulo —intervino el mercader sentado frente a él—. Antes de que hablemos de negocios, me gustaría hacerle una pregunta, rey Tori, si no es mucha molestia.
—Adelante —asentí.
—Durante nuestro camino hacia esta sala de reuniones, me fue imposible ignorar el hecho de que ustedes utilizan monstruos como medio de protección, e inclusive como mano de obra, pero, también hay humanos entre ellos. ¿Acaso ustedes forjaron esta nación a través de la esclavitud multirracial?
—De hecho, usted está completamente equivocado —afirmé, con una expresión tranquila—. Esta nación, la Nación Neutral de Tórilen, fue forjada con las bases de una igualdad racial, donde ninguna está por encima o por debajo de otra, y dicho esto, creo que queda más que claro que no permitimos la esclavitud.
—¿Está insinuando que los monstruos son iguales a nosotros? —preguntó aquel hombre, entrecerrando sus ojos con desaprobación.
—Exactamente.
—¿Bajo qué fundamentos hace esta afirmación tan despreciable?
—No es una afirmación despreciable —respondí, con total serenidad—, es solo una verdad absoluta que muchos se niegan a aceptar.
—¡¿Cree usted que voy a permitir semejante ofensa hacia nosotros?! —preguntó exaltado, levantándose de su asiento—. ¡Soy el máximo representante del comercio en el norte de Várnil, ¿que le hace pensar que- ?!
—¡Ejem! —lo interrumpió Don Víctor—. Disculpe que lo interrumpa, pero le recuerdo, que aunque esta nación haya sido creada recientemente, el joven Michael sigue siendo un rey, y usted, un mercader. Quizás no lo haya notado, pero en este momento nos encontramos en el lado sur de Várnil, no en el norte, usted se encuentra muy lejos de su jurisdicción, y por lo tanto, le agradecería que se abstuviera de realizar este tipo de sobresaltos. La forma en que el joven Michael dirige esta nación no tiene porqué ser cuestionada por terceros, así que cordialmente le pido que regrese a su asiento, y evite hablar si no se trata del tema a tratar.
"Eso me dolió hasta a mí."
Saulo le hace una seña al mercader e inmediatamente, aunque a regañadientes, vuelve a sentarse.
Otros dos mercaderes se sentían disgustados al igual que el anterior, aunque se esmeraban en ocultarlo.
—Le ofrezco mis más sinceras disculpas, rey Tori —indicó Saulo, mirando con severidad al mercader del norte—. Nunca fue mi intención que mi compañero lo ofendiera de tal manera.
—No te preocupes por eso —respondí, mostrándome indiferente—. Vayamos a lo importante.
—Como le dije antes, nosotros representamos al gremio de mercaderes, y estamos buscando en usted un nuevo socio comercial con la intención de crear una nueva ruta de comercio. De esa forma podremos evitar los peligros del bosque, y su país recibirá toda clase de artículos de toda la tierra de Várnil, y más allá. Es ganar y ganar.
"¿No es más fácil simplemente viajar a un lado del bosque? Los animales del interior no suelen salir de allí. Mientras que no ingreses, no hay peligro.”
Sin prestar atención a mi expresión dudosa, Saulo continuó con su explicación.
—Al hacer esto, varios mercaderes además de nosotros; y por supuesto, algunas personas muy influyentes que usen esta ruta, podrían verse atraídos hacia la idea de crear negocios en este lugar, lo que generaría a largo plazo, un buen ingreso para su nación a través de inversiones, y porqué no, el turismo.
"Mm… Eso no suena tan mal, pero tengo un extraño presentimiento de todo esto."
—Bueno, tampoco dejaremos de lado los asuntos bélicos —continuó Saulo, mostrando una sonrisa serena, pero cargada de confianza.
“¿Asuntos bélicos? ¿No se trataba esto de una nueva ruta comercial?”
—El gremio de mercaderes no suele estar presente en asuntos militares, ya sean internos, o internacionales; pero eso no quita que más de una nación haya tratado de presionarnos a través de trabas y obstáculos, con la intención de obtener cierta "ayuda" de nuestra parte.
“No me gusta a donde se está dirigiendo esta conversación.”
—La mayoría de las veces hemos logrado evadirlos, pero estamos seguros de que no siempre será así. La última vez que nos vimos forzados a "cooperar" en un asunto bélico, fue durante la guerra llevada a cabo en la nación de Kala, en la cual, cuentan los rumores, usted y sus aliados se hicieron con la victoria, significando una gran pérdida económica para nosotros.
"¿Está tratando de insinuar que nosotros debemos compensar sus pérdidas? Espero que no sea eso, o juro que los echaré a patadas."