Hopeless Hero

Capítulo III

You can say what you want, but love isn't here anymore

A primera hora, cuando bajé del autobús, vi el resguardo policial alrededor de Pedagogical. Parecía un cordón de policías, todos daban la impresión de tener el mismo tipo de cuerpo, incluso si no era así, todo fue un juego visual. La calle del frente también tenía resguardo, hasta la parada de autobuses. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Por qué tanto resguardo?

Traté de hacerme la indiferente, caminé sin cruzar miradas con ellos hasta que logré entrar a la universidad. Sentí como si estuviera formando parte de una cárcel, y, claro, siendo yo una de las presas. De todos modos, me sentí un poco más aliviada cuando ya caminaba por los jardines centrales hacia mi facultad.

Definitivamente, le preguntaré a mi papá sobre esto.

—¡Pandora!

Me giré rápido al escuchar mi nombre y abrí mis brazos para recibir a Zareen que venía hacia mí con mucho impulso. Sus abrazos siempre eran intensos. Me dolieron los pechos por el choque, lo aseguro. Cuando se separó de mí, arregló su cabello oscuro, al que le había decolorado las puntas, echándolo hacia atrás. Yo solo me quité un mechón de la frente.

—Tú sí que tienes ánimos a primera hora en la mañana —le dije y ella asintió.

—¿Esta no es la primera vez que te veo? Acá, digo.

—Creo que sí, no te vi en la inauguración.

Zareen entró a Biología, su facultad quedaba cerca de la mía, pero no fue hasta ahora que, de verdad, me convencí de que su ingreso había sido real. Caminamos juntas, pude darme cuenta de que ella parecía querer preguntarme algo pero que no sabía cómo planteármelo. Me miraba, pero desviaba su atención al cielo despejado.

—Escúpelo —le dije—. ¿Qué te pasa?

—¿Tienes idea de por qué está la policía afuera?

Ella era directa cuando se lo proponía.

—No —respondí—, no tengo idea. Quizás por órdenes... No —sacudí mi cabeza de lado a lado—, deben estar acá por órdenes del rector. Pudo haber pasado algo, no lo sé.

Quería creer que era por una posible manifestación de Máscaras Blancas, pero eso solo daría para sospechar.

—¿Por "Máscaras Blancas"? ¿Qué es esa agrupación? —me preguntó y yo suspiré.

Detuve mi andar, miré a mi alrededor, había poca gente, quedaban por lo menos quince minutos antes de que iniciaran las clases, y la mayoría parecía llegar cuando quedaban cinco.

—Creo que te tendré que explicar muchas cosas —dije—, pero no ahora. Solo te diré —la interrumpí justo a tiempo antes de que ella me replicara— que tienes que tener cuidado y no involucrarte. Haz lo mismo que yo y mantente ajena —mentí—. Por tu seguridad, creo que es mejor así. Te lo contaré todo después, ¿sí?

★★★

Una vez volví a mi casa, me estaba sirviendo una taza de té de manzanilla para pasar mi dolor abdominal cuando escucho una notificación, me había llegado un correo. Creí que podría ser un comunicado con respecto a lo ocurrido con Máscaras Blancas, pero para mi sorpresa no fue así. Me estaban avisando de la actualización de mis becas. Qué decepción, aunque no estoy sorprendida.

Me senté en la mesa de la cocina, con mi taza de té en frente, y como había tomado mi celular, me puse a revisar mis redes sociales. Meme, meme, meme, meme, publicación de Rosetta, ya matriculada en la Boston University. Se veía tan linda posando con su hoodie rosado, calzas negras y con el frontis de la universidad tras ella. Obviamente, le di like. Seguí bajando hasta que vi una nueva publicación de Andy. Ahí estaba él, no sonreía, alzaba las cejas, su piercing en la nariz lucía muy genial, sus ojos... se veían hermosos. Junto a él, una linda chica morena sonreía, radiante, sus ojos se veían pequeños. Andy y Megan habían subido una foto juntos, y mi té de manzanilla me supo a ruda. Tenía un nudo de desazón en la garganta.

—Qué lindos se ven —dije en voz alta, tragar saliva me costó.

Leí la descripción de la foto. La desazón aumentó.

"Mlle Megan, pourriez-vous s'il vous plaît sourire pour moi".

Le di al traductor.

"Señorita Megan, ¿podría sonreír para mí?"

Tal parece que sí pudo sonreír para él. Qué bien. Salí de mi sesión y bloqueé la pantalla de mi celular. Dejé el aparato sobre la mesa, boca abajo, y tomé mi taza de té con ambas manos. Tenía los ojos llorosos, los podía sentir. Escuché que la puerta principal se abría, de seguro era Derrick. Al escuchar las fuertes pisadas supe que no me había dado cuenta, y lo vi entrar, alto y algo sudado, usando su camiseta de "Hunter x Hunter".

—Hola, Dora —me dijo.

—¿Cómo estuvo la escuela?

—Bien —respondió antes de acercarse al refrigerador para sacar el jugo de naranja—, llegué cansado. ¿Cómo te fue a ti en la universidad?

—Todo bien —asentí, aclaré un poco mi garganta—. Vi a Zareen, eso fue muy interesante.

—Genial —dijo y, con su vaso ya servido, se giró hacia a mí—. ¿Estabas llorando? —preguntó preocupado.

—No —negué rápido y con mi mano derecha levanté mi taza de té—, es que me serví el té muy caliente y me quemé la lengua.

—Ah, vale. Ten cuidado.

No dije más. Suerte que esa mentira me la creyó al cien. Qué bueno que fue Derrick el que entró y no mi mamá. Él respetó mi respuesta, mi madre me estaría acosando con preguntas. Agradecí, también, que mi hermano se excusara diciendo que se iría a tomar una ducha y me dejara sola en la cocina. Agradecí que me diera mi espacio incluso si no era consciente de ello.

Agradecí que me dejara soltar un par de lágrimas en plena tranquilidad en mi cocina.

★★★

—¿Papá?

Hija, ¿cómo estás? Perdona por no contestar antes.

—No te preocupes, no es nada urgente.

¿Bien? Dime.

—¿Tienes idea de por qué de pronto mi universidad está resguardada como si fuera un recinto penitenciario?




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