Hopeless Hero

Capítulo IV

“I can't take back all that I have become”

¿Cuánto tuvimos que esperar para que llegara el puto miércoles? Pues bastante. Era una reunión necesaria, Taylor aseguró que tomaríamos decisiones importantes dentro de la forma en la que estaba funcionando Underclass Hero. Para mí, la semana se demoró mucho en pasar. No importaba que me mantuviera algo ocupada con las clases, me agobiaba que el lunes tardara mucho en terminar, así como me pasó con el martes y con la primera clase del miércoles.

Los miércoles teníamos una clase de escritura en la cual se mezclaban secciones, ya que la taza de aprobación disminuyó considerablemente en el último semestre, por ende, de casi cien estudiantes, solo cuarenta aprobamos e íbamos al día con la cátedra. Con mis amigas habíamos aprobado, salvo por Almendra, Laia y Amalia, así que estábamos juntas, claro, con la cierta tensión entre Caitlyn y Angeline. Flinn, su amiga Giselle -quien ya no tenía el cabello rojizo, sino que ahora estaba de un color más cobre-, Blair -Ricitos de Oro- y Génesis, la mejor amiga de Blair, delgada y de cabello considerablemente largo.

Esa simple clase me parecía tediosa no solo porque me era aburrida, sino porque nos hacían interactuar mucho. Me ponía nerviosa cada vez que me preguntaban cómo identificar un verbo regular e irregular en español, sobre todo porque las terminaciones que tenían solían variar, e incluso si la profesora Hale -una mujer joven de cabello oscuro y piel morena, que estaba en su primera experiencia laboral en una universidad- trataba de hacer la clase más dinámica y les pedía al resto de mis compañeros que me ayudaran con la respuesta, me sentía mal por no ser capaz de responder con claridad cuando sí lograba hablar español. Mi abuela Begoña me regañaría.

Por si no fuera poco, gracias a la activa vida social de Flora, se nos unieron dos chicos de otra sección. Peter, un moreno chico robusto de estatura baja que venía de Iowa y que decía, con mucho orgullo, que su madre era boliviana, y Kevin, quien era el quinto y último hermano de una familia de actores, el único que dejó Minnesota para estudiar pedagogía y no actuación como toda su familia pretendía. Se relacionaban mucho con Flora, yo los miraba de lejos.

La reunión con Underclass Hero llegó por fin, pero la verdad es que las cosas no parecían ir muy bien. Taylor tenía una expresión de preocupación que lideraba todo el ambiente dentro de esa aula de la facultad de Historia. Los chicos le miraban de reojo, solo Chris mantenía la mirada fija en nuestro líder. A Mandy y a mí se nos borró la sonrisa cuando entramos a la sala.

—Chicas, bienvenidas —dijo Taylor tratando, inútilmente, de sonreír.

Saludamos de manera general, tomé asiento junto a Wilson, Mandy se sentó a mi lado. Taylor se removió en su asiento, me sorprendía que Chris no le quitase la mirada de encima, se veía muy preocupado, y, bueno, al observar de mejor manera a Taylor, me di cuenta de que tenía ojeras marcadas y la nariz un poco rosada. ¿Estaría enfermo? Es probable.

—Bien, ahora que estamos todos, no me quiero ir con rodeos —nos miró a todos y asintió levemente con la cabeza—. Este año, las cosas cambiarán a partir de ahora —tomó una gran bocanada de aire, su voz se escuchaba rasposa, como si estuviera agotado—. Necesito que todos nos unamos y, por favor, hagan caso de lo que les diré.

Parece que todos nos inclinamos hacia adelante para escuchar lo que el líder tenía que decirnos.

—No reclutaremos a nadie este año.

Silencio, las expresiones de todos era de sorpresa.

—¿Qué? —preguntó Andy—. ¿Cómo así?

—Es mejor que quedemos los que estamos. No quiero que ronden entre los iniciados ni nada —el tono de voz de Taylor era algo severo—. Lo he estado pensando mucho, y no quiero exponer a ninguno de nosotros, tampoco a aquellos que recién se unen a la vida universitaria de Pedagogical. No es justo ni tampoco seguro.

—¿Estás seguro? —preguntó Lee—. ¿Y si con novatos podemos...?

—No, Lee —interrumpió Taylor—. Lo siento, pero es un rotundo "no". Las presiones del rector parecen ser severas, es cosa de ver cómo nos rodea la policía y, por si fuera poco, los constantes comunicados que hace agradeciendo la intervención policial. La universidad ya no es segura para nosotros, no es justo que arriesguemos a más personas, sobre todo a quienes no tienen idea de cómo funcionan las cosas aquí dentro.

—¿Y qué hacemos si nos descubren? —preguntó Wilson—. Es que, bueno, así se unen a nosotros.

—En ese caso tendríamos que mentir o —se encogió de hombros—, asumir nuestro error al mantener reuniones riesgosas.

No pude evitar recordar cuando los descubrimos... Sonreí algo nostálgica. Esos momentos con Rosetta nunca volverán, pero creo que siempre los atesoraré dentro de mí. Aunque, ahora, creo que no es la ocasión adecuada para ponerme a recordar.

—Creo que entiendo el punto de Taylor —dijo Mandy—. Por experiencia, puedo decir que ustedes nos habían guiado hasta acá —miré a Andy, él me correspondía—. Para ello, nos escucharon, estudiaron, hasta que las cosas se dieron de esa forma y, bueno, estamos aquí.

—Exactamente, Mandy —Taylor sonrió y asintió—. Eso es lo que quise decir.

—Entonces —empecé a hablar—, no reclutaremos, vale, lo entiendo —aclaré mi garganta—. Pero ¿y si seguimos con eso de estudiar a los iniciados? Quizás no a ellos, sino que a aquellos con los que se relacionan. El rector no ha tomado acciones contra MB, incluso si ellos arrojaron panfletos. Si escuchamos de alguien que vaya rondando a los iniciados, hablando el conflicto entre MB y UH sin que se lo hayan preguntado, deberíamos estar alerta, no solo de ellos, sino que los iniciados también, de seguro se comportarían de alguna forma extraña.

—Es una buena estrategia, debo admitir —dijo Taylor—. No se me había ocurrido —relamió sus labios—. Vale, ¿qué les parece?




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