Hopeless Hero

Capítulo X

We never meant for it to mean this much

Sabía que tarde o temprano tendría que darle explicaciones a Zareen, y la verdad es que no sabía cómo abordar ese tema. Ella, en reiteradas ocasiones, me preguntaba que qué mierda era "Máscaras Blancas" y "Underclass Hero", me decía que escuchaba rumores por parte de sus compañeros y de algunos de sus profesores.

"Son organizaciones de estudiantes. Sí, se supone que están en guerra, pero nada más. No creo que este año hagan algo", recuerdo que le dije, pero mi amiga no se conformaría solo con eso.

Nos encontramos en la entrada de la biblioteca de ese día miércoles. Yo iba en camino a buscar los libros de Foucault que nos dejó el señor Valentine, mientras que ella me decía que se pondría a estudiar.

—Llegué muy temprano —me dijo mientras abría la puerta—, así que haré la hora en este lugar.

—No pasarás frío ni calor —le respondí ya con voz baja.

Fuimos a dejar nuestras cosas a los casilleros. Zareen sacó uno de sus cuadernos y una carpeta bastante gruesa, parecía estar llena de instructivos, de esos tipos de materiales de los cuales estudiaría un poco. Una vez que estuvimos adentro, me jaló del brazo cuando me iba a acercar a los computadores para ver dónde encontraría mis libros.

—¿Alguna vez vamos a hablar? —me preguntó.

—Ya lo hemos hecho —dije tratando de mirar a mi alrededor. Qué suerte, nadie cerca—. No te metas en problemas, ¿vale?

—Tus respuestas no me dejan conforme.

—Pues, a decir verdad, yo tenía las mismas preguntas que tú. Luego de pasar un año acá, me di cuenta de que no sirve de nada hacer esos tipos de preguntas, ¿sabes? No vas a tener respuesta a ellas y, prefiero creer que, es por tu propio bien.

Zareen me miró por unos segundos. Definitivamente no estaba conforme con lo que le había dicho. Comenzó a caminar hacia la sección de obras de referencia, la seguí. Tomó asiento en una mesa, parecía molesta, así que me senté en la silla conjunta a la suya y ahora yo fui quien la tomó por el brazo.

—Hablar de estas cosas en la universidad es peligroso —afirmé—. Por favor, no te arriesgues.

—Uno de esos grupos no es malo, ¿verdad? —preguntó directamente.

—No, no lo es —respondí—. Pero el otro sí. Demostrar que estás a favor del grupo "bueno" es condenarte, sobre todo con el rector que tenemos. Ya ha hecho amenazas.

Me quedó mirando. Frunció su nariz y me dio la impresión de que su septum había bailado. Miró su carpeta, apretó sus labios y volvió a mí.

—Por favor —le dije—, no te pongas en riesgo. No quiero que tengas problemas. Al menos, por este semestre, trata de mantenerte alejada. Haz como yo y observa y juzga todo desde afuera antes de tomar una decisión... No seas impulsiva.

—¿Acaso hiciste algo?

—Casi me metí en problemas —mentí, otra vez—. Pero pude zafar a tiempo.

—¿Te arrepientes?

—Un poco.

—¿De verdad crees que es lo mejor?

—Sí —respondí con seguridad—. Eres una de mis mejores amigas, jamás querría que algo malo te pasara.

Zareen volvió a suspirar pesado y descansó su espalda en el respaldo de la silla. Sobó su sien, yo no daba mi brazo a torcer. Al cabo de un par de segundos, ella abrió su estuche y me extendió un lápiz negro.

—Ten. ¿Cómo qué pensabas anotar la ubicación de tus libros si no sacaste lápiz? —dijo.

Ah, cierto.

—Gracias —respondí sonriendo con vergüenza.

—Date prisa —me dijo empujándome el brazo—, ya va a ser hora de que entres a clases, ¿no? Espera —ordenó cuando ya me había puesto de pie—, ¿no entrabas a las ocho?

—Me quedé dormida —admití como si nada—. Vengo de inmediato.

En el reloj que estaba al centro de la biblioteca, podía ver que eran las nueve y media, significa que en quince minutos tendría que ir a clases. Me acerqué a uno de los computadores y pasé a arreglar las mangas de mi suéter verde. Escribí el apellido del autor deletreándolo en voz baja y di a enter.

El segundo resultado que arrojó la búsqueda correspondía a "La arqueología del saber", se encontraba en la clasificación 907, la 907.2 para ser exacta. Luego de anotar, seleccioné el tercer resultado: "Las palabras y las cosas". Un mierda se me escapó cuando vi que estaba en la clasificación 410, eso significaba que no sería tan rápido sacarlo. Anoté la ubicación y bajé entre los resultados hasta la posición siete: "Vigilar y castigar". Clasificación 365.7, vale, estaría moviéndome entre esos pasillos.

Sin perder más tiempo, fui hasta la clasificación 900, así solo me quedaría retroceder y podría dar justo con el mesón donde registrarían que esos libros se encontrarían bajo mi poder por una semana. No me fue muy difícil encontrarlos, pero sí me costó bajar "Vigilar y castigar" de la estantería, porque estaba en lo alto. No, no era el lugar que le correspondía, alguien lo dejó ahí por error o flojera. El hombre que se encargaba de acomodar los libros me ayudó a bajar mi libro, obviamente le di las gracias y, con mis tres libros entre mis brazos, fui hasta el mesón.

—Buenos días —dije—, quisiera pedir estos tres libros, por favor.

—Carrera —me dijo la señora rubia de gruesas gafas violetas mientras me recibía los libros y los pasaba por el sensor.

—Español.

—De acuerdo —me extendió una boleta que se dividía en tres y me pasó un lápiz—, anota tu nombre completo y tu número de identificación en las tres, por favor, no te olvides de firmar. Ah, y necesito tu tarjeta de estudiante.

El mismo protocolo de siempre. Escribí rápidamente "Thurman, Pandora Colette", hice mi firma de lo más sosa posible y le extendí mi tarjeta. La pasó por un sensor y me hizo la entrega de mis libros.

—Tienes hasta el miércoles de la próxima semana. Recuerda que puedes renovar el préstamo por una semana más a través de la plataforma de la universidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.