"I'm trying to let you know that I'm better off on my own"
Gramática española y yo no nos estábamos llevando bien. Sé que tengo dominio del idioma, pero estudiarlo de esa manera era algo más complicado. Un esquema de oraciones, identificar el tiempo verbal, tipo de persona y todo lo que eso abarca. De todos los ejercicios que daba el señor Green, solo acertaba a menos de un cuarto y no, no estoy exagerando. Es por eso que ese día jueves en lugar de aprovechar que me cancelaron las clases de la tarde, hice la hora en la biblioteca, estudiando y ejercitando gramática. Tenía que esperar a que fueran las cuatro y media, hora en la que Wilson y yo nos iríamos a nuestro trabajo. Eran las dos y media, tenía mucho rato por delante.
Estaba tranquila en la zona de obras de referencia, mi espacio favorito por estar junto a los ventanales que daban hacia el edificio principal. Podía ver vida universitaria desde ese lugar, eso me gustaba. Cada vez que se abría la puerta o veía que alguien iba a entrar, sentía curiosidad y miraba de reojo, tenía la sosa esperanza de que fuera alguna de mis amigas. Era muy estúpida, en verdad, porque ninguna de las chicas se había quedado, es más, tuve que almorzar sola en una de las bancas afuera de la universidad. Fue el sándwich más insípido y la limonada más agria que he probado este año.
No fue hasta que reconocí una voz femenina que sentí que el aire en esa zona se volvió un tanto pesado. Megan hizo su entrada a la sección en la que yo estaba. Traía consigo sus apuntes, se veía molesta, su coleta estaba algo desarmada, como si de hubiera movido mucho. No me vio, lo que me resultó un alivio. Tras de ella, entró la posible razón de su molestia. Andy tampoco reparó en mi presencia, creo que hice bien al deslizarme un poco en la silla. Es más, supongo que su atención estaba puesta en la chica que, ubicada en una de las mesas junto a la ventana, esperaba por él.
Me dije a mí misma que no eran mi problema, que no debía prestarles atención... Pero era difícil estando yo sola. Si alguna de mis amigas estuviera conmigo, juro por mi mamá que estaría prestando más atención a mis asuntos. Le di más volumen a mi música, quizás así me distraía mejor, y si bien funcionó todo lo que duró "Waggy" de blink-182, una vez que terminó la canción, no pude evitar mirarlos.
Andy tenía su mentón apoyado en su puño izquierdo, tenía la mirada perdida en algún punto frente a él, en tanto Megan, con sus mejillas rojas, asumo por la rabia, estaba reclamándole en susurros. Si se iban a pelear, ¿por qué no lo hacían en un espacio adecuado? Algunos acá queremos estudiar, no distraernos con chisme. Andy resopló, frunció su nariz y noté un leve brillo proveniente de su piercing. Fue ahí cuando se dio cuenta de que yo estaba en el mismo espacio. Desvié la mirada hacia mis apuntes y suspiré, fingí estar molesta por la distracción, cuando en realidad estaba suprimiendo mis ganas de reír a causa de los nervios y, por consiguiente, hacerme bolita. Me quería ir de aquí.
La puerta se abrió y pude escuchar unas risas que más parecían suspiro, y es que se notaba que tenían cuidado de no meter mucho ruido. Estábamos en una biblioteca, es lógico. Mis ojos se encontraron con la figura de un Flinn Brown que traía consigo un libro de tapa roja. A su lado, T guardaba su móvil en los bolsillos de su pantalón.
—Pandora, hola —murmuró Flinn—. ¿Estás sola?
—Hola, Brown, T —los saludé—. Sí, estoy estudiando gramática.
—Ah, ¿te preparas para el examen? —preguntó acercándose a mi mesa.
—Sí, la verdad es que no me va muy bien —admití.
—Flinn —dijo T tocándole el hombro—, acabo de recordad que quedé con Sally, la de matemáticas. Me iré a ver con ella.
—¿Acabas de recordar? —pregunté y T me miró y sonrió.
—Claro, justo ahora. Te vi y recordé a Sally —dijo, era obvio que mentía—. Bueno, te dejo, ¿okay? Nos vemos después.
T cruzó la puerta y se volteó para levantarle sus pulgares a Flinn. Yo dejé mi portaminas sobre mi cuaderno y cubrí mi boca para sonreír tranquila. Flinn negó con la cabeza mientras miraba a su amigo hasta que se giró hacia a mí. Por su sonrisa, pude adivinar que sí le estaba agradecido.
—Deberías decirle que esa excusa está muy usada —dije.
—Bueno, se lo comentaré después. Ahora, si tú me lo permites, me gustaría aprovechar lo que acaba de pasar para compartir la mesa contigo. ¿Lo crees posible?
—Asiento —le señalé la silla que estaba él estaba apoyado, pero luego lo pensé mejor—. O bien, puedes sentarte junto a mí y así me ayudas a estudiar.
—Tomaré eso —dijo y se sentó junto a mí—. Mira, no quiero que esta sea nuestra primera cita, ¿de acuerdo?
—No puede ser una cita si estamos hablando entre susurros, nuestro tema de conversación será contenido de clase y mucho menos si ninguno de los dos lo planificó —aclaré.
—Me gusta que seas consciente de ello —rio un poco—. Puedo entender que sí tenemos posibilidades de citas.
—Cualquiera puede tener una cita conmigo —aclaré—. No te lo tomes muy a personal.
—Esa actitud tuya me gusta.
—Vale, ¿podemos concentrarnos? Tengo hasta las cuatro y media.
—¿Eh? ¿Por qué?
—A esa hora me iré a trabajar.
—Entiendo —asintió con la cabeza y me di cuenta de que se puso serio. Okay, entonces será mejor que empecemos de inmediato. Dos horas puede parecer mucho, pero también se hace poco.
Le extendí parte del material que tenía conmigo, las correcciones de los ejercicios y las correcciones que anotó el señor Green. Él lo revisó con cuidado, yo mantuve mi atención en su perfil. Su nariz no era completamente lisa y eso le daba un toque más atractivo, al menos para mí. Quizá podría ser por la luz de la biblioteca, pero su piel parecía ser de color dorado. Volví a ver sus ojos marrones y le escuché hablarme:
—Vale, esto lo entiendo. Te explicaré las correcciones y, si quieres, podemos trabajar con algún fragmento del libro que tengo aquí: Cumbres borrascosas —me mostró—. Edición "alguien perdió la portada así que la reemplazamos con cualquiera de tapa dura y escribimos el título".