"I still remember everyday, memories don't fade away"
Han pasado tres días desde la amenaza de Máscaras Blancas, es jueves y nos cancelaron una cátedra de la mañana, así que decidimos ir hasta la biblioteca para estudiar un poco. No pudimos pedir una sala, así que nos fuimos a nuestra amada zona de obras de referencia.
Laia y Almendra estaban estudiando gramática, mientras que Caitlyn trataba de enseñarle a Amalia y Flora las diferencias entre las sibilantes del español, ya que la transcripción de fonética y fonología les estaba complicando la vida. Mandy y yo, por otro lado, estábamos haciendo la guía de trabajo de la misma materia que estaban estudiando, y es que después tendríamos la clase y, bueno, se haría a partir de ese mismo material.
La puerta se abrió, pero ninguna prestó atención a quienes entraron. Luego otra vez, y otra vez. La zona de obras de referencia estaba más ocupada de lo habitual. Con Mandy estábamos terminando nuestras transcripciones, tratábamos de hacer todos los detalles de las letras con sumo cuidado, ya que la profesora insistía con que debíamos hacerlas tal cual están en el AFI.
Suspiré una vez que terminé y no esperé para guardar mis cosas. Vi la hora en mi celular, todavía quedaba tiempo antes del break, así que pensé en pasar un rato en Instagram hasta que Mandy me toca el brazo con la punta de su bolígrafo, pero cuando la miré, ella estaba prestando atención a su guía.
—¿Necesitas ayuda? —pregunté.
—No —me dijo algo extrañada—, ya voy a terminar.
Qué. Iba a preguntar por qué entonces me llamó cuando me di cuenta de que estaba apuntando hacia adelante con la punta de su bolígrafo. Claro, trataba de disimular frente a todos los estudiantes que estaban por ahí. Miré en la dirección del lápiz, tomé mi móvil y abrí mi red social. Solo así podía disimular a la hora de estar espiando.
Lo que Mandy me estaba señalando era a Angeline, quien se estaba paseando por el fondo de la sección. ¿Qué podría estar buscando en esa zona de libros sin calificación? ¿O los diccionarios en lenguas que no se imparten en la universidad?
Sin embargo, ella seguía recorriendo el lugar, buscando algo al mismo tiempo en que quería parecer disimulada. Trataba de que no se notara que la estaba mirando, así que hacía como que estaba desplazándome por Instagram. Le di like a la foto de Rosetta con su nueva taza de Jojo's y volví a mirar a Angeline quien, decepcionada, se alejaba de esos libros y se dirigía a una de las mesas donde, asumo, estaba ubicada en un principio. Tomó sus cosas y se fue la zona de obras de referencia.
No quería sacar conclusiones erróneas, pero la única razón por la que se podrían mover entre esos libros era para buscar uno que seguía en mi posición, y que, por órdenes de Taylor, no he vuelto a dejar en ese lugar. ¿Será que ella se quiere unir? De ser así, ¿por qué es que Taylor no me ha dicho que vuelva a dejar el libro dónde estaba? ¿Será que se ha filtrado información? Prefiero pensar que ella solo sintió curiosidad por esa sección y nada más.
★★★
La reunión, como siempre, se llevó a cabo en la fraternidad. El día de hoy tocaríamos el tema más importante: la amenaza de Máscaras Blancas. Y no solo eso, sino que también hablaríamos de las inexistentes represalias para aquellos que resultasen culpables.
Estábamos casi todos, salvo por Chris y Andy. Blackburn estaba con Megan y se supone que ya venía en camino, mientras que Chris tuvo que viajar a ver a su familia ya que sería el cumpleaños de su mamá y, obvio, debía estar presente.
—¿Rachel fue con él? —pregunté sin pensar y al ver la expresión de incomodidad en los rostros de los chicos, supe que metí la pata.
—Es cierto, ustedes no saben nada de eso —dijo Lee sobando su nuca y miró a Taylor que estaba sentado en uno de los sofás individuales—. ¿Deberíamos decirles?
—Es obvio —dijo él dejando su vaso con jugo de fresa sobre la mesa de centro—. Chicas, Rachel y Chris terminaron en verano, cuando ella dejó la universidad.
—¿Dejó la universidad? —preguntó Mandy—. Pero si estaba terminando...
—No sabemos más detalles —se quejó Taylor—, y es que Chris es muy reservado. No ha dicho más que eso —guardó unos segundos de silencio antes de hablar de nuevo—. Lo pasó muy mal.
—Al menos te tuvo a ti a su lado todo ese tiempo —dijo Wilson—. Fuiste un gran apoyo para él.
—En fin —suspiró Taylor—, ya habrá otra ocasión para hablar del tema. Hablemos de lo que nos compete esta noche: el comunicado que esparciremos por la universidad la próxima semana.
—¡Llegué! —exclamó Andy echando su cabello hacia atrás—. ¿Me demoré mucho?
—Apenas llegas a tiempo, así que toma asiento luego, hombre —dijo Wilson señalando el sofá que quedaba junto al nuestro.
Andy saludó de forma general e hizo caso a las palabras de Wilson. Como estábamos sentados juntos, al idiota de Dennis no se le ocurrió una mejor idea que pasar su brazo por mis hombros, como esa técnica cliché de la cita en el cine.
—No te pases —le dije.
—¿Qué pasa? —se rio Wilson—. Esta es una postura cómoda.
—No intentes coquetearme, saldrás perdiendo —advertí.
—Ah, ¿por qué? ¿Por Brown? —se hizo el ofendido.
—Precisamente —y se largó a reír—. En fin, compostura. Estamos en una reunión.
—Cierto —aclaró su garganta y el semblante le cambió abruptamente. Volvió a ponerse serio—. ¿Recuerdan lo que Dora dijo de la policía? Eso todavía me va rondando por la cabeza.
—A mí igual —dijo Lee acariciando su barbilla—. ¿Cómo es posible que hayan llamado a la policía y que luego digan que los echaron?
—Algo aquí no cuadra -suspiró Taylor—. O quizás está tan en frente de nuestras narices que, si no lo vemos, es porque no queremos aceptarlo.
—¿Como que Máscaras Blancas es la organización de la rectoría para deslegitimizar? —preguntó Andy-. Yo lo creo así.