Hopeless Hero

Capítulo XX

"We've got differences and impulses"

El día miércoles tuve la mañana libre, pero aproveché para irme a estudiar en la biblioteca de la universidad. Se me acercaba una prueba de Latín, y debía estudiar muy bien para no reprobar ni bajar mi marca académica. Flinn, mi novio, dijo que me ayudaría a estudiar, ya que, supuestamente, él entendía a la perfección la diferencia entre los casos del latín. Mandy intentó explicarme, pero necesito estudiar y profundizar un poco más, y la verdad es que no quería molestarla más de lo necesario pidiéndole ayuda.

Me mandó un mensaje a las ocho quince diciéndome que llegaría a las ocho y media al campus, pero ya era la hora y todavía no daba señales. Me estaba aburriendo. Lo esperaba en las bancas fuera de la biblioteca, otros estudiantes iban hacia la biblioteca, pero ninguno de ellos era mi novio. Se supone que, como viene del estacionamiento, tiene que llegar por la derecha, por el camino que lleva a los jardines centrales.

—¿Thurman?

Me giré para ver a Andy, con su hoodie rojo, que parecía extrañado al verme ahí.

—Soy yo —respondí—. ¿Te puedo ayudar en algo?

—¿Esperas a alguien?

—Sí.

—¿Campbell?

—A Flinn, en realidad.

—Ah.

Fue el "ah" más seco que le he escuchado. Saqué mi móvil para revisar qué se tejía en Twitter, pero me di cuenta de que Andy seguía ahí. Me hice a un lado de la banca y, sin mirarle, le señalé el espacio vacío. No lo dudó, se sentó de inmediato junto a mí y suspiró.

—¿Te sucede algo? No sé de qué tanto te sirva hablar conmigo, pero soy buena escuchando —dije mientras daba retweet a unas fotos de Louis Tomlinson.

—¿Te está yendo bien en clases?

Dejé mi celular de lado, quedé un tanto confundida con su pregunta. ¿Eso lo decía para hacer conversación o porque sí podría importarle cómo estaba académicamente? Nunca fui una estudiante con malas calificaciones, tampoco es como si siempre fuese una sobresaliente del cuadro de honor, salvo que ahora, en la universidad, conocí la desesperación por estar desaprobando.

—Tengo problemas con Latín, pero nada que no pueda resolver. Mandy me estuvo ayudando, y ahora me reuniré con Flinn, él me hará una especie de "examen" para comprobar si de verdad aprendí.

—Entiendo. Pues, si es solo una materia, entonces no me preocupo.

—Vale.

Como si me hiciera un favor al preocuparse por mi rendimiento.

Nos volvimos a quedar en silencio, yo quería revisar nuevamente mis notificaciones, pero sentí que Andy había girado un poco su cuerpo hacia el mío, así que le volví a prestar atención. Me di cuenta de que apretaba sus labios, incluso si tenía la cabeza gacha, era posible ver que lo hacía.

—¿Estás...?

—¿No te molesta o incomoda hablar conmigo? —soltó de pronto mirándome a los ojos.

Entreabrí un poco la boca, pero no dije nada. Andy estaba esperando por mi respuesta, podía ver que sus ojos azules brillaban un poco más de lo usual, bueno, no recuerdo cuándo fue la última vez que los vi así de brillantes.

—No —respondí sin hacerlo esperar más—, no me molesta.

—¿Segura?

—Segura —asentí con la cabeza—. ¿Por qué preguntas? ¿Acaso a ti sí?

—Para nada.

—Entonces estamos bien.

—Es solo que... no lo sé.

—Si no lo sabes, no es nada.

—No, Thurman. Sé lo que quiero decir, pero no encuentro las palabras correctas para decírtelo.

—Sin rodeos, dilo y ya.

—¿No te importa seguir hablando conmigo considerando lo que sentimos?

—¿Sentimos? ¿Ahora mismo? —me extrañé.

—Perdón, perdón —meneó un poco su cabeza, se acomodó en la banca, colocando su brazo en el respaldo—. Lo que sentíamos, eso.

Me mantuve en silencio un par de segundos. Andy me estaba viendo, pero la verdad es que yo le estaba esquivando la mirada.

—No creo que haya problemas. Tú y yo somos dos estudiantes universitarios, tenemos más madurez que un par de adolescentes comunes. Podemos hablar, podemos estar en el mismo lugar, podemos hacer de todo sin dejarnos llevar por algo irrelevante que ni siquiera se llegó a concretar.

—¿Irrelevante? —se ofendió, lo pude notar en su voz—. ¿Para ti fue irrelevante?

—Sí —mentí—, y es mejor que lo consideres de esa manera. Si le das más importancia de la necesaria, solo nos terminaremos haciendo daño mutuamente, y no solo a nosotros, sino que a nuestros novios.

Por un momento pensé que Andy iba a replicarme algo, pero no lo hizo. Tal parece que decidió callar. Así era mejor. Puede que estemos huyendo, y lo más probable es que sea por mi causa, sin embargo, no tengo ganas de hablar de ese tema. No he cerrado completamente mis ciclos, al ver a Julia me di cuenta de ello.

—Puedo vivir con eso —dijo al final y se deslizó un poco en el asiento—. Si así puedo seguir hablando contigo, pues no es problema.

Sonreí levemente y asentí con la cabeza. Tal parece que el tema quedó cerrado.

Nos quedamos así, y aproveché ese silencio para concentrarme en mi alrededor. Flinn no se veía ni por asomo, a lo lejos, cruzando el edificio central, pude ver a unos de los guardias haciendo las rondas de siempre. Desde esta posición, podía buscar algún lugar que pudiera dar cierto indicio de panóptico.

—¿Qué miras tanto? —me preguntó Andy.

—¿Desde dónde nos podrían estar vigilando? —le pregunté.

—¿Eh? ¿Te refieres a lo que comentaste en la reunión?

—Sí.

—Pues no lo sé.

—Gran aporte, gran respuesta, gran compañía.

—No lo decía en mala onda.

—Pues yo tampoco.

—Enana odiosa —masculló.

—Inspector de atmósfera.

Y se rio. No pude evitar reír un poco yo también. Se sentía bien estar compartiendo una banca, aunque sea por un momento, con él.

—¿Y la biblioteca? —me dijo—. ¿No has pensado que puede ser un buen lugar?




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