Hopeless: Solo un poco rotos.

Decimo tercera parte:Olvidar

1

 

La mujer sonreía amablemente a pesar de su mirada afilada mientras observaba a aquellos chiquillos que no parecían tener más de diez años, eran mellizos y al parecer uno era la contraparte del otro, podía sentirlo. En su mente ella solo buscaba detectar cuál era el débil de los dos, pensando en que le sería cada vez más difícil encontrar niños como ellos, hijos de aquel demonio que parecía tener un plan en su contra, por eso necesitaba eliminarlos.

 

-Madre -

 

Violet llegó quedándose de pie junto a ella, mientras la mujer acariciaba el borde de su taza con una uña rojiza, la muchacha observó a su mentora un segundo detectando el desprecio que está sentía hacia aquellos mocosos sentados frente a ellas. Sentía cierta pena por los niños que iban a perecer en el camino de la bruja hacia el hijo correcto, ella no tenía el corazón para algo así... Es decir, sus presas siempre eran masomenos de su edad o mayores, no tocaba a los niños.

 

- ¿Sí, Violet querida? -La pelirosa acarició el cabello de su aprendiz mientras está tomaba asiento en el brazo del sillón individual en el que se encontraba sentada- ¿Qué tal te ha ido en tu cita con ese muchacho? -Preguntó con suavidad y un tono casi maternal.

 

Entendía el mensaje, quería que le reportara si había conseguido algún tipo de información de los planes de Mr. P o la ubicación del hijo de este. Ella suspiró, pero Ariadna le había prometido no hacer daño a Oliver si ella se encargaba de pasar tiempo con él y averiguar si al chico se le escapaba algún detalle por error.

 

Lo amaba, y si quería salvarlo tenía que usarlo.

 

-Bastante bien... ¿Podrías hacerme un té también para que te cuente mejor? -Preguntó mientras esbozaba una sonrisa dulce.

 

La mujer asintió poniéndose de pie, la tomó por el antebrazo, casi clavando sus uñas sobre la piel de esta, y les indicó a los niños que no tardaría en regresar con pastelillos mientras se llevaba a la joven en dirección de la cocina. Una vez allá, la chica se soltó de su agarre y se recargó en la mesada mientras la veía tomar una taza de porcelana para preparar más té.

 

- ¿Entonces? -La mujer abandonó aquel tono de falsa dulzura, tornándose en seriedad mientras se prestaba a escucharla.

 

-Oliver iba cada dos días a casa de su contraparte, Agatha... Desde que se hizo mi novio rompió esa rutina por ir solo una vez a la semana -Se cruzó de brazos mientras miraba sus pies- Lo cual realmente no me llama la atención dado que es natural en ellos la sensación de necesitarse cerca por lo que no se alejarían demasiado, pero supongo que asumió que al estar en pareja debía pasar más tiempo conmigo.

 

-Aun así, eso vuelve sospechoso el que vaya tan seguido, quizá su contraparte sepa quién es el niño

 

-Eso sí puedo afirmarlo. Estoy segura de que ella lo sabe, la última vez que me acerqué a ella tenía este aroma...-Dejó que su cabeza colgara ligeramente hacia atrás haciendo que rodara un poco antes de volver a verla de frente- Inocencia, y ninguno de ellos lo es, aunque me confunde el hecho de que está embarazada por lo que...

 

-No prestes atención a eso, confía en tus instintos, Violet, a menos que el bebé que espera sea de su contrario no es de mi interés -Mezcló la azúcar para que tuviera un dulce sabor y volteó entregándole la taza- Te he acercado lo suficiente a otros seres como ellos para que sepas distinguir si esa inocencia está siendo acechada por la oscuridad o no.

 

-Bueno, Liver dijo que era del hermano de ella -

 

La pelinegra giró su rostro un momento a aquellas figuras de porcelana que Ariadna poseía, representando los hilos hasta ahora, más concretamente centró su atención en los figurines de la familia sentada a la mesa, la niña de ojos oscuros y el chico de cabello negro a su lado. Le daban asco, no importaba si se amaban como parecía ser, no lo aceptaba.

 

-Entonces de lo que me dices puedo adivinar qué Oliver y Agatha son sus guardianes, pero claro... Mr. P no dejaría a su hijo perfecto desprotegido -La bruja se mordió los labios mientras se sostenía de la mesa- Tengo que encontrar al chico, pero con esos guardianes a su alrededor no podré, tendré que hacerlos olvidar...

 

Violet alzó la cabeza mirándola con el celo fruncido en desconfianza, queriendo saber a qué se refería exactamente con aquello.

 

- ¿Olvidar? -Cuestionó sin entender.

 

-Sí, olvidar, porque Agatha... -Sonrió de forma afilada mientras negaba con la cabeza- Agatha te hará caer en su hechizo con solo mirarte y te hará cumplir su voluntad, no importa cuánto lo intentes no puedes resistirte a obedecerle...

 

"La joven apretó los labios al ver como esa chica observaba a su pareja, sabía que fuera de la casa debían fingir que solo eran hermanos y nada más pero no podía evitar sentir celos, aunque Murder ni siquiera había notado que lo estaban mirando, el parecía concentrado elegir los ingredientes correctos para hacer la cena de aquella noche.

 

Sin poder contenerse caminó en dirección de la chica y la miró fijamente a los ojos, pero esta no hacía contacto a pesar de que había aprendido que su don no se limitaba solo a hombres, requería de un contacto visual mutuo. Solo necesitaba de un momento para meterse en su cabeza.

 

-Oye tú -La llamó, captando la atención de la joven que se volteó confusa- ¿Porque miras tanto a ese chico? ¿Te gusta acaso?

 

-Yo... ¿Tú qué? ¿Eres su novia acaso? Déjame en paz -Sonó irritada al descartarla.

 

Agatha veía claramente sus intenciones de acercarse al pelinegro así que la tomó del cuello haciendo uso de su fuerza inhumana y la puso contra uno de los estantes, haciendo que la mirara fijamente a los ojos. Bingo, estás perdida, zorra.




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