Hopeless: Solo un poco rotos.

Vigésimo tercera parte: Recordar

1

 

2019.

Hoy era el día ¿verdad?

El día en que finalmente sería libre.

 

Agnes suspiró mientras jugaba vagamente con el oso de felpa frente a ella, había estado pensando tanto en ello ¿Realmente valía la pena intentar escapar?, se lo había preguntado varias veces en esos últimos días. Estaba mejorando… O eso es lo que le decían, pero ¿Cómo saberlo si mentía tan bien que ella misma terminaba creyendo lo que decía? Incluso los motivos que a veces inventaba, era una mentirosa desde hace tanto tiempo que, aunque muchas veces fuera sincera, aun había ocasiones en que no podía detenerse.

 

Lo que si sabía era que extrañaba a sus hermanos, su hogar, su vida. De alguna manera un tanto toxica extrañaba su familia como era antes. Criticar a las gemelas no era divertido si no estaban allí para molestarse o soltar algún comentario filoso, insultar a Irina no tenía sentido si no estaba presente el riesgo, la adrenalina, que le causaba saber que la golpearía si era escuchada y Markov… Definitivamente extrañaba a su padre que, sí, pudo haber tenido sus fallas y estar demasiado distraído con sus propios problemas para saber que ocurría con sus hijos, pero a pesar de todo lo había querido y sabía que él los adoraba a todos, sin importar sus diferencias.

 

Había sido el primero con el que habló de sus sentimientos por Addie, la había cuestionado un poco, lo normal como “¿estás segura?” “¿Qué es lo que sientes exactamente?”, pero cuando él también estuvo seguro de que ella no se había confundido, le sonrió y la había apoyado desde ese instante. Había guardado su secreto, un poco mal frente a Addie, pero no podía culparlo, tenía la sensación de que eso hacían los padres… Avergonzarte con quien te gusta. Fue su confidente hasta que había estado lista para decírselo a Irina y a sus hermanos, e incluso la había instado a declarársele a Adelaide.

 

A su propia manera había amado a su familia y la quería de vuelta. Pero… fue en ese momento en que cayó en cuenta de algo. Aun si lograba salir no podría ir con ellos, probablemente no podría volver a verlos nunca, si lograba salir ella sería una especie de fugitiva y los expondría si lo hacía. Pese a que hubiera sacado a la luz muchos secretos de su familia a la luz, aun había algunas pequeñas mentiras que mantenía bajo llave como la inmoral, y tal vez ilegal, relación de Murdock con Agatha, lo sucedido con Jessie West, noches enteras de pesadillas protagonizadas por Irina…

 

Entonces ¿Qué le quedaba? No podía volver con su familia, Addie estaba muerta y Sam… Había escuchado de parte del oficial Wells que ella se había mudado a una casa en la otra punta de la ciudad, tenía sentido que no hubiera vuelto a verla desde que la había espantado hace casi un año. Apreciaba las visitas de Phillip Wells y del Padre Raphael, pero no era suficiente. Estaba sola.

 

Casi quiso reír. Lo que siempre había temido finalmente estaba ocurriendo. Después de tantas mentiras, arrebatos, tanto daño… Se había quedado sola, no tenía donde ir, no había nadie esperándola fuera. Aunque saliera ¿Qué iba a hacer? Tal vez no valía la pena intentarlo.

 

Tenía a Adair, pero ¿Por cuánto? Él aun se mostraba evasivo con sus intentos de tener una relación de hermanos normal, o bueno lo más relativamente normal que conocía. Estando fuera dudaba que fuera a quererla cerca por mucho tiempo, él parecía más bien solitario mientras que ella no podía con la idea de estar sola. Era patética.

 

Se levantó de la cama, pensativa, mientras decidía que enviaría el peluche de regreso a Agatha. Estaba bien. Estaba bien si estaba sola, si la olvidaban allí… Aun tenía una promesa pendiente desde hace varios meses. Cumpliría su promesa con Addie e iría con ella, a donde fuera que terminaran, esperando que quedaran juntas como lo habían prometido.

 

Desde que Leah había intentado saltar desde la terraza, los guardias estaban más atentos a los pacientes que podrían querer imitarla, pero… Buscaría la manera de hacerlo.

 

Bernardette ya no estaba para impedírselo de nuevo.

 

Por otro lado, todo estaba comenzando a ocurrir. Era el primer día de Johan como enfermero, todo había estado tan tranquilo que Douglas lo había felicitado. Incluso ahora llevaba a uno de los pacientes más problemáticos a su habitación, pero el pobre chico estaba tan dopado con sedantes que apenas si estaba despierto en la silla de ruedas mientras él lo empujaba por el pasillo.

 

–Ah, en verdad, no entiendo porque todos dicen que este lugar es horrible para trabajar. No es tan malo, claro que la Dra. Kratz es un poco… aterradora pero fuera de eso los demás son amables ¿no crees? –Miró al chico, brevemente, en busca de una respuesta, pero Nikolai parecía tener la mirada perdida en alguna parte del camino con la cabeza ligeramente inclinada como peso muerto sobre su hombro– Debes ser realmente conflictivo si te dieron una dosis tan alta –Murmuró para sí mismo.

 

Aun no recordaba bien cada paciente y diagnóstico, pero había escuchado alguna que otra cosa sobre Nikolai Novakov. Tonterías vagas como sus bromas a las enfermeras, o el discreto coqueteo que parecía mantener con uno psicólogo del lugar, e incluso la rara fascinación por otra de las pacientes, Agnes Duncan. Más no tenía idea de porque se le había considerado tan peligroso en primer lugar, él no sabía las cosas que Niko había hecho o que estaba dispuesto a hacer.

 

Así como no sabía que no podía confiarse de las apariencias, mucho menos en un lugar como Hopeless. Donde todo puede no ser lo que crees.

 

Supo que eso lo aprendería a las malas cuando al pasar junto a un guardia y saludarlo, simplemente perdió el control de la situación. Nikolai se levantó de su silla con tal rapidez que no le dio tiempo a procesar que estaba pasando. El ruso tomó su cabeza para luego estrellarla con fuerza contra la pared del pasillo, apagándole las luces, luego volteó hacia el guardia y saltó sobre él para arrebatarle el radio antes de que diera la alerta de su conflicto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.