Que de a poco va tomando forma la supervivencia de mi esencia. Que solo requiere tranquilidad y paciencia. Que hay algo que siempre quiere romper la inocencia. Mi deber, cuidarla, y a la vez crecer. Que es incómodo en este mundo ser una mujer. Prefiero mejor ser una ostra y crear perlas en mi interior con las costras que va dejando el supuesto amor.
Es como un hilo que debo seguir a ciegas... Por donde quiera ir, lo encuentro, lo sostengo lo más que pueda. Qué será lo que nos queda detrás de esta enredadera que sé muy bien, conocés? Hago lo que sé hacer, y desconozco si viene de mí. Ignoro el origen del tejido... igual lo sigo tejiendo con las experiencias que vivo... las transformo en algo vital para poder sentirme normal. Le hago de canal y me satisface si le satisfago...
... Un día me dijo: "Soy vago pero algo hago"; y se marchó con su tabla... me parece que al lago.
Tranquila no causo estragos, casi siempre rodeada de halagos. Si pensás que no hago nada... acordate que algo hago. Y que me sangra. Como a todos.
Por eso uso y recomiendo no juzgar las posiciones ni lo que están comiendo quienes hacen las canciones.
Me estira la comisura de la goma racional pura pensar que para mi aflicción no exista cura. Como la iglesia de mi pueblo, sin cura... apenas un par de monjas extranjeras, con calor.
Sin poder tocar el amor, lo veo en todas partes. Cómo ser capaz de contarte lo que vive en mi otro ser?
El cielo todo celeste, como el ciervo que ví en el techo: celeste pastel. Flaco, alargado, simpático: un ciervo corcél.
Todo sucede por algo, cada cosa es material para construir el bloque, y luego otro. A veces no lo parece, nada más. Cada evento que ocurre es necesario y a veces pienso que no es cierto que exista un adversario. Movimiento, práctica, disciplina.
Mi intención se va a Argentina, preparada desde el oeste. Cuidando siempre mi talismán... haciendo que parezca agreste.
Es importante recordar que las hormigas se mandan solas y no tienen nada que ver conmigo, son ellas quienes sacuden las olas. Me traen aquí cuando lo requieren, y prefieren que aquí me quede... cuanto más tiempo mejor. Cuanto más tiempo mejor...
Son días del creador. Y aquí su humilde servidumbre... persiguiendo el cursor.
Haré de cuenta que no sé de qué se trata esto. Acepto la condición de estar expuesta al asbesto... aunque parezca bonito el ambiente, pueden haber fibras hirientes.
A donde mire, está ahí. Con fé observo el paisaje y confío en que me relaje el olvido de esa ponzoña.
Hay seres visualizando, desconozco sus identidades. Intuyo que una vez más... solo se trata del grifo.
Y me recuerdo a mi misma en un futuro, por favor: No te cases con el número ni con el fulgor. Mantener doblado el húmero y el pulgar como tambor. Percutiendo a las transeúntes, respirando su vapor. Soy más necesaria en esto... por supuesto y claramente. Se dará enfocando la mente, lo demás, solo excipiente.
De todas las prisiones en las que he sido recluso... esta es la más bonita. Casi 0k, sin uso. Catando una nueva vida me encuentro. Matando, matando hormigas. Sigo formando verdes en el cemento.
Silencio.
Y aquí mi silencio casi absoluto. Silencio todas las vivencias a cambio de libertad. Cuando vaya a la ciudad llevaré lo que cargo conmigo. Si yo me dejo llevar, alguien que ya lo vivió, tiene todo planeado. Confiar en su guía y avanzar con alegría.
Y nada más.
Matar hormigas.
Mantenerme alegre.
Y nada más.
Y no creas que el excipiente es algo irrelevante... es lo que da volumen y sostén, el esqueleto que retiene, sostiene, da forma. La horma que debo llenar cada día. La arena del mar para que no caiga a la nada. El excipiente y la pincelada, las dos caras de crear.
Ahora sí, mi ausencia momentánea.
Un placer tirar la caña en este rejunte de agua.