Coloqué en el señor inventado rasgos de mi personalidad que han herido a otras personas. Para poder verlo, sentirlo, e intentar no repetirlo. Será? O será que es todo un teatro y no sé para qué? Mejor me guardo en silencio, me hago la tonta y le doy perreo.
Este es el momento de sembrar, en la tierra más fértil de todas. Con tranquilidad y enfoque en la tarea. Estoy entrenando. Ubicás que no sé quién escribe? Es un loco eso. Que esté tranquila, que estoy en buenas manos.
Agradezco enormemente, parezco recurrente por la necesidad de serlo... eso. Agradezco poder estar escribiendo en este momento, y espero hacerlo siempre. Me da vida, literal.
Siento sesenta y dos sensaciones diferentes en este momento, las tengo bien diferenciadas.
Yo también estoy en una oficina tomando café compulsivamente. Eso nos hermana.
Comiendo arroz de ayer sólo para cumplirle con los carbohidratos al templo. Y otro café. Y monitor delante.
Y le agrego unos frutos secos, y pasas. Nunca sé si las pasas pertenecen al grupo: "frutos secos". Y mezclado, y café. Y pantalla. Y café. Y la muralla de cristal que nos oficia de umbral. A puerta cerrada, me siento antisocial.
Estaría bueno inventar algo para sentirnos mejor.
No podés evitar lo que sentís, estás rodeado, entregate.
Yo continúo... algo va a salir de todo esto, es inevitable.
Es un peso si, no queda de otra que cargarlo... para no hundirse con la plomada. Creeme que nadie se va a hundir para rescatarte. Ojalá que puedas con tu pesa, sostenela. Cada día. Es lo que toca, yo te entiendo... tengo la mía, si la suelto se hunde... si dejo de nadar me hundo yo con ella. Papas fritas quisiera. Un shot de vodka de framboesa. Milanesas... frutas tropicales de esas que acá no hay... y un samurai que me alcance uvas. Puede que tenga un poco de fiebre... también puede que vuele antes del pesebre... estoy abierta al destino. Veo fiestas en el camino... llegar a ellas y después vemos. Yo te prometo que algún motivo vamos a encontrar para celebrar estar vivos y haber llegado hasta acá. Lo sabrás!
Estoy quieta e igual no estoy quieta. No existe forma de hacerme bajar... así que será mejor por tí y por mí, que le saquemos provecho a lo que sucede aquí. Voilá!
Casi se me rompe una fibra miocárdica pero estoy bien. Su alteza desea expresar que muchas veces se siente una pendeja caprichosa, y excusarse, diciendo que no se siente bien serlo, ni sentirse así, ni los caprichos insatisfechos. No son caprichos, son necesidades físiológicas y psicológicas. Hago lo mejor que puedo a cada momento... si yo aguanto, vos, aguantá! No me dejes sola acá!
Necesito resolver el misterio detrás de la cinta desde la cual emergen las hormigas, necesito hacerlo para tener sentido en la vida, y compartírtelo por si te sentís igual... en una de esas te calma lo que a mi me calma, ya lo he dicho e insinuado, y lo recalco. Sostengámonos, no sé para qué, aún, pero sostengamos por favor la condición en común.
Es fácil de interpretar, sólo debo lograr salir de los terrenos escabrosos. Inventar algo distinto. Crear algo nuevo, algún concepto, historia, idea, meme, canción, algo que me dé un poco de sonrisa... son caramelos que me voy encontrando si mantengo la tarea de relatar lo que estoy plasmando.
Quiero decir, mientras estoy en la tarea. Una vez tuve una taza que decía algo que me ayudó mucho... de esas tazas motivacionales de oficina que te dejan el fengshui aparentemente bien alineado, al menos para la foto de instagram.
Yo sé lo que te mata.
Vivo pidiéndole a la muerte que me lleve y al primer malestar que siento me pongo a llorar y pido un día más de vida... seguro la tengo re podrida! Desconozco el obituario pero no me extrañaría que se estuviese muriendo menos gente por mi causa, mis pedidos arrepentidos. De tanto invocarla la puse en pausa. Viene y me pregunta qué quiero para no llorar... y yo le respondo: ananá. Pero no cualquier ananá: ananá tropical del trópico, fresco. Y tomar agua de coco. Lo merezco. Me curaría. Se lo queda pensando... seguro también le gustaría. El tema es que a cambio me pide que la deje trabajar... y no se cómo hacer para dejarla de llamar. Me acostumbré a la soledad y ahí es donde está ella. Cubierta en su capa de estrellas... la telaraña más bella. Que sólo deje de nombrarla, de pensarla, de imaginar cómo sería. Que para disfrutar de la vida debo dejarla atrás y yo que sé lo que significa disfrutar!!!
Podemos hacerlo mejor, cada día que nos toque... no te prometo ser felices pero en una de esas sí, comer ananá, piña, abacaxí, pineaple, todo junto.
O lo que se te ocurra comer. Si sos como yo no se te ocurre nada porque cada tajada duele. Hay que hacer como que nos piace ponerle color para que siempre estén cargados los pinceles. Nosotros, merecemos la satisfacción de al menos sentir los sentidos satisfechos. Los del corazón deshecho. Los del agujero en el pecho. Por favor aguantá conmigo, quiero en este plano a todos mis amigos!
Me siento comprendida a pesar de ser una ostra escondida. No he limpiado, necesito todo desordenado. Estoy pariendo algo encayado desde hace demasiado tiempo... necesito respetar mi proceso. Por eso yo muestro distintos aspectos, inconscientemente, no puedo cambiar el modo en que funciono. Me observo y analizo, si. Intento interferir lo menos posible. Era yo la del fusible. Escapa de mi control, perdón por las molestias causadas.
Puedo con cuatro más. Y con más que eso probablemente. La capacidad me da... intento resistirlo psíquicamente.
Más café? Más nicotina? Más abrigo? Me persigo la cola ahora que estoy sola.
Si además de lograr sobrevivir a la muerte psíquica la primera persona en singular, nos reunimos unos cuantos locos aparentemente sanos más; digamos por decir, que podemos subirnos juntos a la telaraña que balancea a los elefantes y ver que lo reflejante que yo veo en las masas, es que a todos, todo nos pasa... es difícil salir de casa.