Hotline

Capítulo 1

Amanda

«Termino de maquillarme para mi cita con Steven, el chico más guapo de mi clase. Miro mi rostro en el espejo y me veo perfecta. Labios negros y mis ojos grises con un ahumado espectacular. De pronto siento cosquillas en mi cara y al mirar con atención, miles de hormigas la recorren. Trato de quitarlas y de gritar, pero no logro realizar ninguna de las acciones.»

Abro mis ojos asustada y lo primero que veo es una cara gigante en una mueca horrible y con los ojos en blanco. Grito con todas mis fuerzas dándome cuenta de que Paula me ha jugado otra de sus bromas.

—¡Maldita! —grito enojada —. Un día de estos me va a dar un infarto si sigues despertándome así.

—Pobrecita mi bebé —dice Pau riendo y agarrando mis mejillas con un gesto burlón. Odio cuando hace eso.

—Quítate estúpida, casi me muero del susto.

Paula ríe y se acuesta a mi lado, juntas miramos al techo de la habitación. Siento el ambiente tenso y eso casi nunca ocurre cuando estamos juntas, a menos que estemos enojadas. Caigo en cuenta de lo que nos pasó ayer y recuerdo que tenemos una charla pendiente para pensar en cómo resolver este problema. 

«¡Vaya mierda!»

Perder nuestro trabajo es un gran problema, las dos trabajábamos juntas en el bar y eso significa que no tendremos ningún ingreso para nuestros gastos, que cabe decir son bastantes.

—Bueno, resolvamos esto de una puta vez —me dirijo Paula con tono resignado.

—Si Mandy, déjame traer algo para anotar.

Paula se levanta de la cama y se dirige a su cuarto, la escucho abriendo cajones y revolviendo sus cosas hasta que el ruido para. La veo volver con su cabello en una trenza, con un cuaderno, un lápiz y una calculadora entre sus manos.

—Okey Mandy, tenemos que anotar en qué gastamos el dinero y cuánto gastamos en ello, también tenemos que ver cuánto tenemos ahorrado entre las dos. Lo más importante, tenemos que pensar en posibles trabajos o fuentes de ingresos rápidos para salir de esta.

—¿Estás segura de que estás en la carrera correcta? —Le pregunto tratando de cambiar el ambiente, pero parece no funcionar cuando me mira con mala cara.

Empezamos a redactar la lista de todos nuestros gastos: pagar el apartamento, el internet, las cuentas de Netflix y la de Spotify, los servicios públicos, comprar comida, pagar la universidad y los materiales, sin dejar de lado los gastos personales de cada una.

Pasamos a calcular cuánto gastamos en todas nuestras cosas por mes y cuáles gastos podemos reducir o eliminar. Luego verificamos cuanto tenemos en nuestros ahorros y cuánto podemos gastar de eso.

—Digamos que podemos quitar el Netflix, el Spotify, usar la ducha en tibio y solo durar 5 minutos. Además de dejar de pedir delivery y tratar de cocinar nosotras —dice Pau resignada

—Puedo vivir sin todas esas cosas, el Netflix lo podemos quitar y ver series o pelis en la compu. El Spotify también, tengo una compañera que bajó uno hackeado y tiene algunos beneficios Premium. Lo de la ducha me va a costar, pero ni modo. Lo que no podemos quitar es la comida Pau, vos sabes que somos una mierda en la cocina.

—Solo hay que tratar de no quemar tanto las cosas y de no dejar la cocina encendida, no debe ser tan difícil —dice quitándole importancia y encogiendo sus hombros.

—Vamos Pau, ya hemos intentado eso y tampoco ha funcionado. Además se te olvidó mencionar fijarnos si dejamos bolsas o cajas de pizza en el horno antes de encenderlo.

—O de no echarle agua a la sartén con aceite caliente ¡Eso dolió! Mira aquí me quedó la marca —apunta a una cicatriz en su brazo.

Reímos al recordar los desastres que hemos causado por jugar a las cocineras.

—Ni siquiera sabemos usar el microondas. Hay que recordar que si calientas algo en aluminio hace chispas y de poner los huevos a baja potencia y no calentarlos hasta que exploten.

—Tampoco el refrigerador, recuerda que la gelatina se hace en la parte de abajo y no en el congelador, o que en el refri también pueden crecer plantas de ajo —digo guiñándole el ojo y riendo. De verdad que somos un desastre. 

—Hay que intentarlo Mandy, busquemos recetas fáciles en internet. Mira lo que siempre me mandas de Tasty o de Pinterest.

—Ese es otro nivel Pau, ni el maquillaje me sale de ahí —respondo haciendo un puchero que la hace reír —. Pero te prometo que voy a intentarlo con todas mis fuerzas.

—Eso quería escuchar, si hacemos eso puede que el dinero nos alcance para dos meses.

Nuestra charla se interrumpe cuando el celular de Paula empieza a sonar, ya hasta me sé esa canción de Shawn Mendes, es el tono que tiene para el tonto de Anthony, su noviecito perfecto. No es que esté celosa pero este chico no me gusta nada, es demasiado correcto y santurrón. Ya hasta perdí a mi compañera de fiestas por querer complacer a Anthony 

«No me alarma para nada que en mi mente lo diga con vos chillona»

Bueno, tal vez si estoy un poco celosa.

Pau asoma su cabeza por la puerta y me dice que Anthony la invitó a comer en casa de sus padres así que arreglaremos todo por la tarde, cuando regrese de lo de sus suegros. Así que me quedo sola en casa en este aburrido sábado.



#4704 en Novela romántica
#1249 en Chick lit

En el texto hay: amigas, romance, celular

Editado: 15.06.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.