El cuerpo de jorge estaba lleno de moscas, además no tenia algunas partes del cuerpo ya que el reno se las había comido. Por el suelo comienza a salir un liquido que lentamente se traga su cuerpo.
Camino por el centro del bosque junto con mi copia en mis hombros, este ya comenzaba a cansarme, pero no podía dejarlo en ningún lugar. De lejos veo una banca y corro para poder sentarme, al llegar a la banca bajo a mi copia y la siento, después me siento yo.
Observo cuidadosamente a mi copia, este ya no se veía tan flaco, de sus orejas ya no entraban moscas y poco a poco sus dientes han comenzado a crecer, le paso mi mano por su cara y esta se comienza a sentir un poco suave “sabes una cosa, cuando vuelva a casa te llevare conmigo, así conocerás a muchísimas personas” mi copia sonríe al escucharme, pero en ese momento sucede algo que nunca espere que sucediera “familia” era la primera vez que escuchaba a mi copia a hablar, pero su voz me parecía tan familiar que parecía que ya la había escuchado antes, igualmente no le doy importancia y comienzo a felicitar a mi copia.
“¿quieres una familia?” le pregunto, pero mi copia solo repite esa misma frase “familia” una y otra vez, “¡sí! vas a tener una familia…” antes de que pudiera terminar de hablar, mi estomago comienza a rugir y a doler, del dolor caigo al suelo mientras que mi mente me comienza a mostrar unas imágenes o quizás recuerdos que nunca quise recordar.
Me revuelco por el suelo aun sintiendo un dolor tremendo, de mis ojos comienza a salir un poco de sangre, me intento levantar, pero el mismo dolor me tumba de nuevo. Con todo mi esfuerzo, me levanto mientras mis manos se sujetan a la banca, y con mis ojos llenos de sangre miro a mi copia “¿por qué repites esa frase de mierda tantas veces?” mi copia no responde mi pregunta, en cambio este me agarro los cachetes con sus manos y me dice suavemente “tu… tu fuiste el responsable de todo, tu lo dejaste entrar a casa y por eso nos hizo eso. Tu eres una maldición que no debe resistir” mientras decía eso, mi copia iba desapareciendo, poco a poco el viento se lo llevaba hasta no quedar ningún rastro de el.
Me siento mientras que el dolor se me va del cuerpo, en ese momento mi mente quería estallar, no sabía que hacer en este momento solo estar sentando y calmarme. Alzo mi vista y desde la otra banca que estaba muy lejos de mi se encontraba diego, este me saluda y me muestra una sonrisa, en ese momento salgo corriendo dejando ese lugar.
Corro rápidamente por todo el bosque, me tropiezo con algunas ramas de los arboles que se encuentran debajo del suelo, pero me levanto y sigo corriendo hasta alejarme de esa zona.
Por alguna razón mi mente me dice que me aleje de diego. Me volteo para ver si me está siguiendo, pero al voltearme no veo a ninguna persona. me calmo y comienzo a caminar despacio.
Desde lejos logro ver el hacha y la soga que había dejado tirados, camino un poco y agarro el hacha con la soga. Al intentar caminar, de mis pies comienzan a botar sangre por todas las heridas que me he estado haciendo por correr por todo el bosque.
Del suelo agarro unas hojas y unas ramas, y con la soga me las amarro en los pies para que dejen de sangrar, estas hojas y ramas me dan un tremendo dolor, pero me detienen el sangrado que tenía.
Mis ojos se sentían cansado y me pedían descanso, pero ignoro ese problema y sigo mi camino. A lo lejos observaba como un niño corría, este niño era Santiago el cual corría sin parar. Corro con todas mis fuerzas para poder alcanzarlo, me acerco muchísimo y Santiago me logra ver, este se ríe de mí y dice “me tienes que alcanzar y tocar para poder perder” sigue corriendo al decir eso. con una sonrisa le contesto “tenlo por seguro que te alcanzare, y cuando lo haga no solo te tocare si no que te hare una cosa mucho peor” corro como si fuera un animal buscando su presa para saciar su hambre.
Estando casi al punto de alcanzarlo, observo como Santiago se desvía y corre hasta entrar a una cueva. Me tropiezo por estar despistado, pero todo mi rostro se arruga al ver a que cueva se metió Santiago “por que mierda tuvo que entrar a esa cueva, justamente en donde vi a aquella anciana y en donde asesiné a itala”, con mi mano derecha sostengo el hacha y con la otra la soga, todo mi cuerpo temblaba mientras que mis pies lentamente entraban a la cueva.