—¡Lo sabía! ¡Eres un maldito delincuente! ¿Y qué mierda hacías en mi fiesta?
—Vender drogas... Y después los robaríamos. ¿Qué te puedo decir? Son niños ricos, con buenas cosas, sobradamente estúpidos y estarían muy ebrios y drogados. ¡Definitivamente iba a ser una noche divertida! Pero... ¡Llegaron los zombies y todo se fue a la verga!
Después del regreso de Ted, nos escondimos en una zapatería en el segundo piso. Fue el primer local que encontramos abierto y pusimos un montón de cosas en la entrada a modo de barricada. Estabamos todos allí: Dean, Katie, Marco, "Bola ocho", Terry y yo. Por cierto, Terry no paraba de llorar por Linda. A pesar de verse como una machorra ruda; Terry era terriblemente sentimental y se apegaba de nada a la gente:
—¡Pudimos ser novias! Yo quería casarme con ella, hubiésemos tenido una boda sencilla, o le hubiese prometido ir a Paris como las lesbianas de la serie de Sense8, ¡hubiésemos tenido un Dj genial en la boda! ¡Y ahora está muerta! ¡Lindaaaaaaa!
—Terry... Ni siquiera sabes si hubiesen sido "novias". Linda era una chica adorable, pero, ¡la acabas de conocer apenas hace ocho horas atrás!
—¡Pero no se merecía morir así! ¡Ella era sexi! Y le prometí que la cuidaría y no pude hacer nada por ella...
Abracé a Terry y dejé que llorara en mi hombro un buen rato. Entretanto, Ted sin ningún tipo de descaro ni menos vergüenza, les contaba a los chicos quien era en realidad. A mí no me extrañó para nada; es más: todavía sospechaba que era mucho peor de lo que revelaba.
—¡Eres un criminal! ¡Y no deberías estar aquí con nosotros! ¿Qué tal si luego te da por violarme mientras dormimos? —Le gritaba Katie que no lo soportaba.
—¿Qué si voy a violarte? ¡Si soy un criminal, pero no tengo tan malos gustos! Y además, deberías agradecerme que fuera a tu fiesta, y no lo digo porque los estoy ayudando desde que empezó todo esto, sino porque gracias a mi la gente se divirtió un poco en esa patética reunión... Si no me crees, pregúntale a tu novio; ¿O no es así, Dean?
¡Eso si que fue un "Turn Down for What" súper épico! Katie se quedó muda al escuchar como Ted delató a su querido Dean. Ahora Mi querido EX crush no podría hacer la misma jugada de negarlo todo, como hizo conmigo.
—¿De qué diablos está hablando este tipo, Dean? ¿Qué tienes que ver tú con este delincuente?
—¡Anda, Dean! ¡Cuéntale a tu novia! ¿O vas a negar que me conoces?
—No sé de qué diablos hablas...
¡Y lo hizo! ¡Dean fue capaz de negarlo! Pero, Ted no era como yo; así que se levantó del piso y se acercó a Dean que estaba sentado junto a Katie.
—¿No me invitaste tú a la fiesta para que te vendiera droga a ti y a tus amiguitos? ¿Seguro Dean?
—No sé quién carajos eres, Ted. Ni siquiera sé si ese es tu nombre real. Así que deja de molestarme.
—Es el puto Fin del Mundo, Dean. ¿Qué carajos ganas con aparentar lo que no eres? ¿A quién engañas? Quieres hacer creernos a todos que eres un chico bueno, un héroe dispuesto a sacrificarse por gente que ni conoce; pero eres una mierda, eso es lo que eres.
Dean se levantó del piso muy molesto dispuesto a encarar a Ted, pero antes de abriera la boca para decirle algo, Ted de improvisto le lanzó un derechazo justo en la nariz.
—¡Dean!
Katie gritó al ver que el puñetazo que recibió su novio. Y sin darle chance a reaccionar, Ted le sujetó por el cuello y lo arrastró fuera de la zapatería. Entonces lo recostó de la baranda, muy cerca de la escalera y lo amenazaba con lanzarlo desde allí al primer piso:
—Debe haber al menos unos nueve o tal vez once metros de altura de aquí al piso de la primera planta, si te lanzo quizás no mueras, pero vas a ser "papilla" lista para zombies.
—¡Ted! ¡Ted! ¡No juegues! ¡Suéltame!
—¿En serio quieres que te suelte?
—¡NO! ¡Quiero decir que me dejes en paz! Mira, sólo quedamos nosotros, nos necesitamos... ¡Lo que sea podemos solucionarlo!
—Entonces di la verdad, dile a tu noviecita insufrible, toda la verdad...
—¡Esta bien! ¡Sí! ¡Lo acepto! Yo te conozco, no somos amigos, pero sé quién eres. Si te invité a la fiesta, me vendiste la droga y ya.
Katie no podía creer esa confesión "obligada" de Dean, se acercó a ellos con la boca abierta.
—¿Dean? ¿Consumes drogas? ¿Desde cuándo eres un adicto a las drogas? —Le preguntó Katie aún sin creerlo.
—¡No soy un adicto! Sólo fumo un porro de vez en cuando. —Le respondió Dean que aún estaba con medio cuerpo afuera de la baranda sostenido por Ted.