Hoy no es un día cualquiera, hoy desperté con más ganas de respirar cada instante de este milagro de vivir, decidí que no vale la pena llorar cuando tienes muchos motivos para amarte y ser feliz tal y como eres, así que avanzare cada milímetro de mi camino con la frente en alto, dejando atrás los malos recuerdos y guardando en el tesoro de mi corazón los bellos momentos que marcan la diferencia y me hacen esbozar una sonrisa.
La tristeza es ese sentimiento al que estamos expuesto a sentir en cualquier momento por las circunstancias que rodean nuestra vida pasajera en este mundo, pero depende de nosotros si estancarnos en el sufrimiento o avanzar a pesar de los problemas, dolores, perdidas y agonías, por eso descubrí lo lindo que es aprender de los errores y tomar esa enseñanza para no cometerla en un futuro.
¿Quién no ha sentido la condena de perder a quien se ama? Hoy puedo contestar esta pregunta que, a muchos afecta, con valentía y felicidad, que nadie ha escapado de la cruda realidad de no volver a ver a quien se ama, pero mejores tiempos vendrán y debemos sentirnos orgullosos del tiempo que entregamos, del amor que brindamos, de las caricias y abrazos, de los secretos que guardamos, de los buenos días o las buenas noches que nos brindaron y aquellas en las que nos entregamos en cuerpo y alma.
Hoy sé que duele dar todo sin medida cuando no has sabido elegir la persona correcta, pero sé que no he sido yo quien perdió, porque respeto cada decisión y por eso sé que la vida ha tenido sus razones para alejarme de todo aquello que pueda lastimarme, aun cuando en este momento no lo comprenda, más temprano que tarde logro ver y entender porque muchas cosas no suceden como he querido y es justo en ese momento donde aprendí a dar gracias al universo de haber evitado grandes complicaciones en mi vida. Hoy no sufriré más, aprenderé de mis equivocaciones y dejare que el tiempo sane mis heridas, permitiré hacerme fuerte sin crear un escudo que impida que ame a quien lo merece y admitiré que vale la pena sentir y luchar por lo que quieres, siempre y cuando no haga daño a todo aquello que me rodee.
No fue hoy, fue ayer que tu partida me dejo un amargo sabor y por más que busque llenar tu ausencia en los más recónditos espacios, no logre hallarte y por eso hoy aunque puedo sentir cerca los latidos de tu corazón, compartir el mismo oxígeno, ver la misma luna y estrellas, no me lastima el saber que no estas a mi lado porque así soy yo, libre como el viento, con un alma indomable y dispuesta siempre a seguir adelante aun cuando mi tesoro me lo arrebataran sin piedad, puesto que sé que pronto podre recuperarlo y entender que nunca ha dejado de ser mío, ya que solo tuviste posesión pero jamás dominio sobre él.
Hoy no sé dónde estás y el amanecer me ha revelado el no volver a verte, el silencio me ha dicho más que mil palabras, me ha dicho de todo y que no vas a regresar; sin embargo, a cambio pude regalarles una sonrisa y sentirme orgullosa de no haberte ganado nunca porque al hacerlo recupere la libertad que siempre he anhelado tener con una pareja, pues me habías limitado y eso no se traduce en un amor real, libre y natural.
Esta es mi verdad, el no lamentar que no te encuentres aquí y no sentir la necesidad de querer dar vueltas atrás al reloj para lograr hacer las cosas diferentes, incluso arriesgándome a lo imposible con tal de que permanecieras junto a mí.
No sabes lo bien que se siente respirar libertad, aun cuando estuve dispuesta a dejar de hacer muchas cosas por el amor que te tenia, pero ya habrá otra persona que me erice la piel, que me haga sentir tocar el cielo con las manos, que me haga vibrar de pasión, que llene cada vacío que tengo, que comparta sus espacios conmigo, que conozca cada centímetro de mi ser, que comprenda mi personalidad, que sepa dar abrazos cuando los necesito y que sepa dejarme en compañía de mi dulce soledad cuando así lo necesite, sabiendo que aun en la distancia él permanece a mi lado.
El mayor testigo del amor que te entregue me ve desde allá arriba y sabe que fui sincera, que me entregue completa y sin maldad, pero cuando viste mi parte oscura decidiste marcharte creyendo que iría tras de ti a rogar que no me abandonaras, pero te equivocaste al pensar que podría esperarte toda una vida, y el escribirte estas líneas no es para que regreses, es porque así encuentro un aliciente al dolor que lograste causar en mí; no obstante, tengo los motivos suficientes para amarme y dejar que quien este a mi lado decida hacerlo porque mi compañía lo llena de felicidad y es más gratificante la libertad que siente a mi lado, que el caminar libre sin rumbo fijo.
Nuestra historia finalizo cuando menos lo esperaba y probablemente me reproches porque no intente arreglarlo y tal vez yo proteste porque tampoco lo hiciste, pero puedo responderte que no seré yo quien se encargue de hacerte feliz y complacer todos tus caprichos, quien se siente a esperarte, quien espere ver si la llevas contigo cuando empaques tus maletas; no seré yo quien llore para detenerte, porque sé que mis lágrimas no te detendrán ya que tu alma egocéntrica, prepotente y orgullosa no te lo permite. Sé que no te importó dejarme atrás y continuar sin mí, pero hoy me siento feliz porque no necesito de ti para sonreír. Sé que la vida tiene alguien para mí que sepa comprender la locura que llevo por dentro y que los errores que cometo me ayude a no repetirlos y superarlos.
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Editado: 25.02.2018