Hoy te vi.
Además de ser muy guapo, eres también listo. Hoy hubo práctica de Geografía, el curso que más odio, y el salón entero no pudo ser capaz de responder el nombre de los países de África. Me incluyo en la lista de incapaces. ¿Cómo iba a saber las respuestas si no había prestado atención a ninguna clase por observarte a ti? Me distraes, pero de la buena forma. Me distraes de los malos pensamientos, transformándolos en positivos. Me distraes de mis inseguridades. Me distraes de mis pesadillas. Tú eres el que me ayuda y da fuerzas para ser feliz.
Y, obviamente, lograste derrotar a la difícil pregunta de la profesora.
Por eso eres tan inteligente y aprobaste, primer amor. Tan inteligente que incluso me haces feliz.