Hoy te vi.
La vergüenza actuó por sí sola y mis ojos no te buscaron como días anteriores. Solo fueron unas cuantas veces las que te vi pero no fueron como antes. Pensar sobre la impresión que te di ayer me está matando.
Lo más probable es que me taches de loca.
Por lo tanto, intentaré no torturarme con eso y admirar tu linda sonrisa tranquilizadora.
No tengo idea qué tipo de magia hiciste conmigo. Te amo demasiado.
Primer amor, déjame tener otra oportunidad para hablarte.