Hoy te vi.
No lo acepto. No puedo.
¿Donde quedó mi amor por ti? No es que haya desaparecido dentro de mí, sino que se ha quedado flotando en la nada.
Es nada.
¿Qué felicidad se encuentra cuando el amor no es correspondido? ¿Debo esperar a que las cosas cambien? ¿O debo tomar acción?
No sé, soy muy cobarde.
Todo es mi culpa. Nunca te hablé, nunca nos hicimos amigos, nunca nos hicimos novios, nunca me amaste. Nunca me conociste.
Recibo lo que me merezco. Me odio a mí misma.
La chica nueva, que soy yo, se quedará como tal por siempre para ti. Si no me conoces, ¿qué puedo esperar de ti?
Esto no es una historia de amor. Yo no te voy a gustar de la nada ni empezaremos a salir mañana. La triste realidad es así.
Pero, pero, pero...
No puedo aceptarlo, no quiero.
Separarme de ti es impensable. Tú eres mi luz, mi todo.
Pero también eres la luz de ella, mi ex amiga.