Hoy te vi.
He estado repasando lo acontecido estas últimas semanas, contando días de alegría y desamor, debatiendo si lo que hice estuvo bien o mal; en fin, he llegado a una sola conclusión:
Todo ha vuelto a la normalidad relativamente.
Como siempre, tú, inalcanzable deseo y anhelo mío; y yo, la pobre chica que te ama con locura. Solo que esta vez te encuentras mucho más lejos que la última vez, mucho más.
Ahora estás locamente enamorado, eso parece.
Mi interior ruega que sea mera apariencia.
Parece que este se equivoca.
La amas, es verdadero. Tu amor es verdadero.
¿Quién soy yo para interferir la felicidad de otros?
Sin embargo, tú no eres otro, eres mi todo.
Por eso, mi terco corazón no quiere creer lo que muestras a diario y me dice que no, me da esperanzas.
Me dice que tus brillantes sonrisas son dirigidas a mí...