Hoy te vi.
Ocurrido lo de ayer, siquiera quise mirar a ambos lados.
Me había percatado que era como una barrera entre ustedes dos, en el medio, impidiéndo que demostraran plenamente su amor, porque se aman, ¿verdad?
Soy como una interrupción, a veces pienso que debería pedirle a ella que me cambie de sitio para que esté más cerca a ti y seas mucho más feliz.
Pero luego mi interior suplica que no lo haga; que si lo hiciera, perdería mi única oportunidad de hablar contigo; aunque durante todo este lapso no te he dirigido palabra alguno, mucho menos a ella.
Siento que sobro aquí, y quizás sea verdad.
Es verdad.