Hoy te vi.
Hoy fue el mejor día en mis cortos quince años, no estoy exagerando.
¡Quiero morirme!
No, mejor no. Si ya no viviera, no podría hablar más contigo.
Porque eso hiciste hoy, me hablaste. ¡A mí!
Le dirigiste palabras a la chica que te ama por primera vez. Ella está muy emocionada, extasiada.
¡Llena de emociones positivas!
Darío, haz alegrado mi día mucho más de lo normal. Incluso mejoraste mi semana.
Te quiero y amo tanto.
Tocaba clase de Álgebra y nos tomaron un examen sorpresa sobre las inecuaciones fraccionarias.
Fue tan inesperado que no estábamos preparados. Y especialmente una personita a mi costado lo estaba menos. Había escuchado que te habías olvidado tu cartuchera en tu casa y que habías pedido prestado solamente un lápiz.
¿Entonces, qué hiciste en ese momento en que notaste que necesitabas un borrador?
Me lo pediste a mí, ¡a mí!
"Hey, ¿Me podrías dar tu borrador, por favor?"
Siempre recordaré tus primeras palabras hacia mí.
Y ruego por que no sean las últimas.