Hoy te vi.
Continué con mi búsqueda implacable.
Durante los recesos, por primera vez en todo este tiempo, me levanté y salí a socializar.
Socializar...
Fue muy raro, me sentí rara.
Caminé por el espacio entre las carpetas, buscando a alguna alma solitaria como yo.
Y la encontré.
Prefería que fuera del mismo sexo, pero no rechazaría la oportunidad de hacer un amigo. Antes de él, no había tenido mucho problema al hablar con el sexo opuesto. Pero ahora...
Estaba nerviosa.
Me acerqué un poco más a su lugar, estaba pegado a la pared, el chico leía un libro que tapaba gran parte de su rostro, por lo que no lo podía reconocer.
Cuando llegué a él, no pude creerlo. Era él.
Me puse más nerviosa de lo que estaba. Así que cogí una hoja tirada en el suelo y escribí con un lapicero que encontré por ahí.
Doblé el papelito, corrí, metafóricamente, y lo dejé en su mesa.
Desde mi sitio, observé que André leia mi mensaje que decía: "Chica quiere un amigo, ¿interesado?".