Hoy te vi.
Recibí una reprimenda.
Muy fuerte a decir verdad.
Necesito calmarme: estoy llorando.
Continúo llorando...
¡No me calmo! ¡Nada me calma!
¿Por qué me trata así si soy su hija? ¿No puedo equivocarme con él ni una sola vez?
¿Por qué a ella si le permite y le concede todo? ¿Acaso yo también no soy sangre de su sangre? ¿Su hija?
No debí faltar el sábado, no debí hacerlo.
Me hirió donde más me duele: me comparó con ella. Me dijo que ella sí merecía ser su hija, que era responsable, que yo la estaba decepcionando.
Creí haber recuperado mi autoestima, pero él me lo ha vuelto a destruir.
Y es mucho peor cuando un padre te hace eso porque él es tu ejemplo a seguir, tu fortaleza.
Solo hoy me permito llorar, solo hoy. De algún modo me he fortalecido, al menos un poco.
Pero hoy tengo que eliminar a través de las lágrimas todas mis penas.
Sino después me pesarán más que ahora.
Llora, llora, llora.
NOTA DE LA AUTORA:
Y bueno, eso ha sido todo por hoy. Gracias a todos mis lectores. Les digo que ya tengo concluida la primera parte de esta historia, quedan como veinte capítulos. Estaba pensando en colocar uno por día, o si les parece 4 en cinco días. Si pueden, dejen un comentario :D.