Hoy te vi.
Cómo quiero a mi mejor amigo. No sé qué haría sin él, ha cambiado mi vida y la ha convertido más amena.
Y es que en tan poco tiempo me conoce completamente.
Hoy, a pesar de mi intento por sentirme normal, aún poseía un atisbo de tristeza.
—¿Qué pasó?, Ale—me dijo en el receso.
No soy ese tipo de chicas que ocultan sus sentimientos, así que le respondí que hoy no era mi día.
—Ven—estiró sus brazos a sus costados, dejando en medio un lugar para mí, un lugar comfortante.
No dudé y lo abracé.
Tan solo eso necesitaba, me sentí aliviada. Las preocupaciones fueron eliminadas por el aroma de su colonia y mi tristeza fue cambiada por tranquilidad.
"Gracias", le dije y gracias le diré siempre.