Hoy te vi.
Llegué a la conclusión de que el problema soy yo.
Otro mes se ha escapado de mis manos y no he logrado escribir nada más que esto. ¿Qué te está ocurriendo, Ale?
Yo, el problema soy yo.
Es verdad que André me ha regalado los días más felices. Soy feliz con él y lo quiero muchísimo.
Muchísimo, muchísimo... Pero no de la misma forma que él me quiere a mí.
Lo he intentado, lo juro. He hecho lo imposible para que una chispa se encienda en mi corazón cada vez que nos besamos, cada vez que nos tomamos de las manos, cada vez que acaricia mi mejilla, cada vez que me acuna en su pecho como si fuera lo más preciado.
Pero nada.
Ya no sé qué hacer. No sé si preferir entre lastimar a mi único mejor amigo, mi persona más querida, o dejar de engañarme.
Creo que me estoy acercando a la respuesta.