Hoy te vi.
Las semanas pasan volando tal cual viento frío de mañana.
Mis manos heladas tratan de coger el lápiz una vez más e intenta desahogarse, una vez más.
Ya ni tengo idea por qué lo hago.
Ya no soporto más esta mentira, ya no. El engaño que me hice creer, que los hice creer a ustedes. Aquel que se convirtió en verdad, poco a poco, y no pude detenerlo. La mentira que inventé para protegerme del dolor que sufría en esos años.
¿Por qué me hice esto?
Tan engañada por mí misma, no pude avanzar ni superar nada ni a nadie pues los recuerdos dolorosos se congelaron en mi corazón, escondidos y solo ahora se han liberado.
Me he quitado la venda que yo misma la amarré.
¡Qué tonta fui!
He ahí el motivo por el que no logré querer a André.
Es demasiado tarde, lo sé. Sin embargo, si no lo hago este diario no habría servido para nada.