Candelaria
Me levante como todos los días a las seis y media de la mañana, para prepararme e ir a la escuela, estaba cursando en mi último año de secundario. Antes de irme a desayunar, pase por el dormitorio de mis padres, solo para ver como se encontraba mamá, ya que hacía unos meses atrás le habían detectado alzhéimer avanzado, desde que se entero, comenzó a estar más deprimida y cada vez iba perdiendo más su memoria. En un principio solo eran recuerdos simples como olvidar donde había dejado las llaves, pero luego comenzó a empeorar y fue ahí cuando decidimos consultar con un especialista, y en cuanto el doctor la examino y le realizo algunas prueba, nos dio la noticia, la cual arruinaría a mi familia, puesto que desde ahí mamá comenzó a deprimirse y papá comenzó a trabajar más y dejo de comunicarse conmigo, y ahora solo me hablaba por cosas especificas. Como mamá no podía estar sola habíamos decidido contratar a una mujer que la acompañe y que este especializada en el tema, ella era Lucy, quien sin dudas se volvió mi familia, ya que era la única que se preocupaba por mí y por cómo me sentía.
Luego de ver a mamá, baje a desayunar, Lucy me esperaba para que juntas tomemos el café y luego me marche hacia la escuela.
En cuanto llegue localice a mi mejor amiga Camila, quien me esperaba en la puerta del colegio, cuando estaba caminando hacia ella, lo vi, luego de tres años, lo volví a ver y no podía creerlo, estaba algo perturbada pero decidí seguir mi camino para no quedar como una estúpida. Seguí caminado hasta llegar a donde mi amiga se encontraba y en cuanto me vio no dudo en preguntarme sobre el chico nuevo
-amiga, viste al nuevo, es divino-dijo con cierto entusiasmo
-hola Cami, ¿cómo estás?, ¡bien y vos! ¡Yo bien por si querías saber!-conteste irónicamente
-oh claro, lo siento Cam, ahora sí, ¿cómo estás? ¡Lo viste!
-sí, lo vi
-es muy guapo, ¿lo notaste?
-sí, lo note, ¿sabes quién es?
-no, la verdad ni idea, tu sabes algo.
-el nombre no, pero recuerdas del chico que te conté que me cruce hace tres años en la heladería y que era muy lindo, bueno estoy muy segura de que es él
-QUE-grito emocionada
-no grites que nos miran todos, cállate
-estas completamente segura de que es él
-si, pero no tiene nada de emocionante
-claro que si amiga, es el destino
-no seas tonta, mejor entremos al salón
No deje que me contestara y me dirigí al salón. Cuando entre quede muy sorprendida, pues lo primero que vi al entrar fue a él, no podía creer que viniera al mismo salón que nosotras.