Capítulo 11
Día 39, Enero 10.
Era por la tarde. Cantaba suave alguna canción mientras preparaba algo para comer. Jayce estaba en el sofá de la sala viendo la televisión, y Alan había salido.
Estaba algo preocupada por él, ya eran tres días en esta situación. Iba y venía, sin ningún control, salía temprano y llegaba a la hora de la cena o mucho más tarde. Y cada vez que preguntaba invadía el tema con descaro.
—¡Hey pesado!—. Lo llame para que viniera por el café con crema que termine preparando.
—¡Voy!
Sus pasos suaves eran música, muchas veces en este lugar no había nada más que el ruido de mi respiración, mi música, o en ocasiones el leve cambio de alguna página de quizás el libro en mis manos. Era bueno tener algo de ruido, así no se sentía tan solo.
—Es para ti—. Me ponía un poco nerviosa saber que había invitado a Jayce a ir conmigo.
A una cita...
Técnicamente lo invite, y él lo interpretó como quiso. Y lo peor, lo malo de todo esto... En realidad la idea no me desagrada.
—Gracias—. Sonrió, y yo me le quede viendo.
Sus ojos se cerraban a cada sorbo, y hacía muecas por lo bueno del café. Su cabello estaba más corto que antes, su vibra estaba igual de feliz que siempre. Lo que me hizo recordar a alguien.
—¿Por qué Claris no ha vuelto?—. Solté con tanta tranquilidad, que hasta a mí me hubiera sorprendido.
Abrió un poco los ojos, tratando de procesar mis palabras.
—Así que la extrañas ¿Eh?—. Sonrió con entusiasmo.
—Amm... Es que... Bueno...— suspiré rendida. —La extraño
—Fue a pasar unos días con los abuelos... Volverá pronto, y seguro, esté será el primer lugar que visite al volver.
Sonreí recordando a la pequeña, con la sonrisa y ojos de su hermano, ella era igual que Jayce. Siempre que estaban junto a mi, era imposible sentirme sola.
Lukas llegó a mi mente también, seguro ese chico se había sentido solo mucho tiempo. Lo bueno es que pudimos hablar con Dennis y Willian, ahora él se podría quedar aquí, realmente eso me hacía feliz, se lo que es sentirse completamente solo y no quería eso para él. Este año no se volvería a sentir así. Aunque quedaba convencer a Jayce, y que ambos pudieran disculparse. Y eso iba por mi cuenta.
—¿Puedo pedirte algo tonto?—. Sople mi café por los nervios.
—Lo que quieras—. Tomó mi mano, seguro quiso inspirarme confianza pero yo moría de los nervios.
—Yo quiero que...
—¡¡Solecito!!—. Buena hora para aparecer Alan.
Los pasos del medio rubio se escucharon en el pasillo luego de abrir la puerta, parecía bastante emocionando y seguro no tardaría en decirnos porqué. Por mi lado yo vi a Jayce, quién parecía tener un signo de interrogación pegado en la frente.
—Al fin apareces—. Me tiré de espaldas frustrada.
—¡Tengo una noticia!
—Escupela tonto.
Tomó mi mano sonriendo, fruncí el ceño y vi como escupía en esta. ¿Te lo llevas o te lo mando Diosito? Porque no me molestaría enterrarlo en el patio de mi edificio.
—¡Te voy a golpear idiota!—. Lo aparté de un golpe y vi al inocente Jayce frente a mí. Entonces lo use para limpiar el asqueroso ADN de ese idiota. Por la mirada en el chico seguro quería echarse a reír.
—Tu lo pediste—. Sonrió con inocencia y yo ya me imaginaba tirada en el suelo golpeando su lindo rostro hasta deformarlo
—¿Nos dirás la noticia o no?
—¡Ah, si! Un grupo de graduados de nuestra preparatoria fue ayer donde trabajo...
—¡¿Estás trabajando?!—. Lo corté antes de que terminará de hablar. Jayce y yo intercambiamos una mirada de confusión.
—Ah si. Bueno como te decía... Me han buscado y dijeron que un gran grupo de chicos te estuvo solicitando para el festival de música.
—¿El festival?
—Ciertamente.
—¿Ese no es el evento que hace los recién graduados antes de abandonar la ciudad?
Según lo poco que sabía. Cada año los estudiantes que terminaban la preparatoria, ejecutaban este evento como una despedida. El evento lo organizaban ellos mismos, la preparatoria no se hacía cargo de nada, y sin embargo todo estudiante de la misma, estaba invitado. Una o dos veces vi un poco de el, casi siempre estaba con mi papá o los chicos. Siempre era música muy bonita resonando en la calle principal, junto a muchas personas bailando y disfrutando lo que sería una despedida previa.
—Yo nunca me apunté a eso—. No me llevo muy bien con las personas de la escuela, y mucho menos con los lugares con mucha gente.
—Tampoco hay mucha explicación... Ellos dijeron que seguro te habían sugerido por tu belleza y misterio— . Hizo una mueca y yo sonreí.
—¿Misteriosa yo? ¡Ja!—. Reí con ironía y de manera fuerte.
—Es cierto—. Se unió Jayce, quién hace rato estaba callado observando la situación. —Puedes ser muy misteriosa, hasta hace un mes no sabía mucho de ti—. Revolvió mi cabello.
—¡No hagas eso!
—¿Irás?—. Alan apareció a mí lado haciendo ojitos.
—Ni loca... Escuche que los participantes son usados para bailar con los compradores de boletos,
El evento en si era gratis, pero de alguna forma debían pagar por el consumo en general. Así que básicamente vendían un baile con algún adolescente lindo, y yo no quería ser uno de esos.
—Pero si vas, nosotros solo seremos parejas de muestras.
—¿De muestras?
(...)
Y caí, ante sus ojitos de cachorro y promesas falsas. Por suerte Jayce había hablado con Marcus y Aspen, y al final los 5 íbamos a participar en esta tontería como parejas de muestra... Bueno, eso fue lo que pensé.
Al menos tenía más amigos, al menos no estaría tan sola. Eso me agradó. Habían pasado muchas cosas en mi vida desde que conocí a Jayce, y la mayoría de ellas la habían mejorado.
—¡Gracias Alan!—. Un chico de cabello castaño me miró ilusionado cuando los 3 llegamos al parque donde Alan nos guío.
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Editado: 13.03.2024