Hubiera sido yo

Capítulo # 33

Dariana

Llegamos a mi casa, bajamos del auto, mi madre me tomo del brazo de manera bruza llevándome a la puerta mientras mi padre abría, Alek iba tras de nosotras, una vez adentro de la casa me empuja contra el sofá haciendo que quede sentada, mis padres se colocan enfrente de mi encarándome mientras Alek opta por recargarse en el sofá de la izquierda con los codos sobre este y las manos entrelazadas.

–¿Qué te creías al salir así de la casa? –habla mi madre arrugando el entrecejo y frunciendo la boca.

–Lo siento –bajo la cabeza apenada y con algo de tristeza.

–No Dariana, nada de “lo siento” –Es turno de hablar de mi padre, mientras mueve un pie contra el piso sin hacer ruido.

–¿Qué tienes en la cabeza chamaca? –Suspira mi madre, estaba roja del enojo -EXPLICA PORQUE CARAJO LO HICISTE –se exalta una vez que evito su mirada.

–No tengo nada que decir –dejo salir un pequeño suspiro, me pongo de pie para ir a mi habitación.

En el momento que doy un paso para retirarme de la sala e ir a mi habitación siento un ardor caliente recorrer la parte izquierda de mi rostro, mi madre me había dado una cachetada, luego otra y una más, nunca me había puesto una mano encima, menos darme TRES cachetadas, realmente estaba molesta.

–No saldrás de tu habitación, no salidas con tus amigos –Veo como enumera con los dedos molesta y algo brusca, mientras camina por la sala en círculos –No celular, no computadora, no maquillaje –Me encara claramente molesta, comienza a acercarse a mí con el ceño fruncido –Si te vuelves a salir, será peor, y mas te vale hacerme caso.

Todos estamos en silencio, Aleksander desde su mismo lugar algo espantado por lo que había hecho mi madre, mi papá un poco asustado pero en todo momento apoyándola, vemos como camina hacia la cocina y todos la siguen menos yo, Aleksander se queda en la puerta de la cocina esperándome pero sin decir nada

–¡ESTAS SORDA O QUE CARAJO! –oigo como grita desde la cocina y a Aleksander apuntarme las escaleras.

Sin más voy hacia las escaleras para comenzar a subirlas, volteo a mirar atrás y veo como me queda viendo Alek, llego a mi habitación, me dejo caer sobre la cama y a pesar de que estoy en la segunda planta aun puedo oír a mis padres hablar, pero sobre todo los gritos y regaños de mi mamá. Mis ojos se sienten pesados y siento como voy quedando dormida entre mis sabanas.

 

Aleksander

Me sorprendió mucho la reacción que tuvo la señora Minder con Dariana, desde que la conozco es alguien muy pacifica, tiene su carácter como cualquier persona, pero nunca se había comportado de esta manera con su familia. Se que no puedo meterme a defender a Dariana porque con eso solo ocasionaría que su mamá me corra, pasaron unos minutos en los que estuvimos hablando de como llego Dariana a la playa y tan rápido, después de su desmayo. Un poco mas calmada la señora Minder me ofrecí ayudarla a preparar la cena, todos cenamos menos Dariana, ella no bajaría de su habitación.

Tome un poco de pasta y jugo de fresa de la cena, subí a la habitación de Dariana, toque y como nadie abrió decidí abrir por mi cuenta, entre y todo estaba apagado, solo la luz que entraba por la ventana iluminaba la habitación, deje la cena sobre su escritorio, ella se encontraba dormida en una posición visiblemente incomoda.

Me acerqué a ella, para luego acomodarla y taparla, me senté en la orilla de la cama junto a ella a observarla.

–Pero que tristeza tan grande me causas Dari, que dolor me haces sentir sin siquiera saberlo, que patético de mi amar a mi mejor amiga y verla sufrir por alguien que no vale la pena –Deslizo mis dedos por su cabello alborotado, observo sus ojos cerrados, su nariz, sus labios.

Esos labios que me causan a cada instante querer besarlos, rozo su mejilla con las yemas de mis dedos, dejo salir un suspiro, me inclino hacia ella acercando mi rostro al suyo, y dejo un beso sobre su frente, me hubiera gustado poder besar sus labios, pero se que simplemente eso nunca pasara.

–Dari… Dari, despierta –susurro moviéndola un poco. –Vamos debes comer algo, despierta dormilona.

–No quiero –se remueve inquieta haciendo berrinche como niña pequeña.

–Vamos, arriba muchachita malcriada –rio y comienzo hacerle cosquilla. –Debes comer, aunque sea un poco sí?

–Esta bien –Se incorpora con su cabello todo despeinad por todos lados y la saba aun sobre ella. –No te rías.

–No mi bella dama –suelto una risa y me queda viendo feo.

–Sabes algo de él… –se queda callada mirando a un punto fijo.

Pero como duele saber que a pesar de todo lo que hizo aun sigue pensando en él, y siempre será así o al menos hasta que llegue otro mejor que yo, porque si, aunque un día deje de amarlo, ella nunca se fijara en mí, por el simple hecho que me ve como su mejor amigo, como alguien mas de la familia, y es mejor así.

–No, nosotros no sabemos nada de el solo su familia –Me pongo de pie y voy por su cena. –Debes darme tu laptop y tu celular, tu mamá me dijo que se las llevara cuando baje.  

–Pero sin con mi laptop hago mis tareas –Voltea a verme confundida.




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