Hubiera sido yo

Capítulo # 38

CAPÍTULO #38

Derek

Me encontraba siendo arrastrado hacia el campo de futbol por Lucy, era día de practica de las porristas, apenas tuve oportunidad salí lo más rápido de ahí, me dirigí al patio trasero de la escuela para escapar de mi novia, no quería ver un tonto ensayo de porritas gritando y brincando en prendas que apenas y se ajustan a su cuerpo. Camine en silencio, pero para mi sorpresa ellos estaban ahí muy juntas y contentos platicando… era de esperarse que después de lo nuestro él se fuera como perro sobre ella, sabría que tendría una oportunidad con él y la supo aprovechar el desgraciado.

Al escucharlos me quedo parado a una distancia prudente de ellos, apretó mi puño con fuerza encajándome las uñas a la palma de mi mano, doy la media vuelta y comienzo a caminar nuevamente en silencio hacia algún otro lugar lejos de esos dos.

***

Pase por mi casillero en busca de mis cosas, cruce el largo pasillo que da a la salida para ir en busca de mi moto, había demasiado calor así que porque no ir por un par de tragos para refrescar mi cuerpo.

Voy en busca de algún bar abierto a estas horas, no encuentro ninguno, así que decido comprar cervezas e ir a mi departamento.

No, no vivo solo aun vivo en casa de mis padres, solo que tengo este departamento para mi solo sin que nadie sepa para que pueda estar solo con mis demonios o con un poco de paz, nadie conoce este lugar, es mi escape más rápido, mi espacio de sufrimiento y tranquilidad. 

Abro la puerta, en mi mano izquierda mi celular y llaves mientras que en la derecha, cerveza, una bolsa con mucha, pero muchas cerveza. 

Enciendo la luz, camino a mi sofá y me dejo caer en él, rápidamente abro una cerve4za y tomo unos cuentos trasgos y miro al frente, y ahí está ella.

–Tan linda como de costumbre –alzo mi cerveza hacia ella y luego le doy un trago –tan perfecta como siempre has sido, lindura hoy tuve una mañana de mierda, no tienes una idea de como te extraño –miro nuevamente al frente, observando el gran cuadro lleno de fotos de Dariana.

No es raro, ni enfermo ni mucho menos obsesivo, cree ese cuadro cuando apenas y venia a mi casa como mi tutora, la mayoría son fotos donde sale desprevenida pero muy linda, me pongo de pie caminando hacia el mural, dejo la lata de cerveza en el suelo, para así tomar la primera foto que le saque.

Era apenas el quinto día, llevábamos unas tres horas estudiando, me gustaba molestarla, su paciencia se acababa muy rápido a mi lado, se encontraba sentada en la orilla de mi cama, corrigiendo mis apuntes de mal humor, su cabello se encontraba recogido a la mitad con un listón mal amarrado que le había puesto en forma de disculpa, tenia su cara fruncida, pero por alguna razón parecía tierna, así que me apresure a tomar mi móvil y sacarle una foto.

Semanas después mientras que nos veíamos más fotos sacaba, llegando así a tener este mural.  Y ahora me encuentro aquí solo hablándole a sus fotos porque la extraño. Pero no podía defraudar a mis padres, mucho menos ahora que estoy junto a mi madre.

Beso la foto y la regreso a su lugar, levanto mi cerveza para acabármela e ir por otra, quizá pasaron unas horas más en que contemplaba las fotos pero no me importo, la noción del tiempo se perdía cada que entraba en este lugar. A este punto me encontraba algo borracho, pero desde aquella vez que casi muero ni loco vuelvo a salir solo a la calle borracho.

Me quito mis tenis y mi camisa negra camino arrastrando los pies hacia la habitación y me dejo caer en la cama, acurrucándome contra la almohada y cayendo en un profundo sueño.




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