Me es más fácil decir "estamos bien" en mis adentros que decir un estoy bien, pues la segunda manera ni siquiera suena realmente bien, suena a qué estoy sola.
No tengo idea desde qué momento comencé a sentir la soledad intentar abrazarme, solo recuerdo que hice muchos intentos fallidos por soltar su agarré.
Cambié y me perdí.
Ahi fué cuando ella llegó sonriente a querer hacerme compañía, sin embargo yo me niego a aceptarla. Sé que muchos dicen que ella es la mejor compañía e incluso una buena amiga, pero se equivocan. La soledad trae consigo a sus amistades, y estas son muy diferentes a ella. Mientras que ella es tranquila y aparentemente pura, sus amistades son lo contrario... el recuerdo es uno de los más rebeldes, aunque yo le digo que no necesito traer a la memoria las situaciones del pasado él insiste.
A veces quién acompaña a la soledad es la frustración. Diría yo que es la peor de todas, ella es quien consigue que vuelva a caer desde el precipicio y me adentre al profundo y oscuro mar.
Por eso lo hice, me inventé otra persona, alguien que me hacía compañía... Esa otra Yo me protege, pelea contra la soledad si es necesario, le advierte que no traiga a sus amigos porque no son de nuestro agrado. Yo soy Mar y ella es Bry.
Entonces, cuando las cosas están mal y necesitamos continuar porque si no lo profundo nos traga, decimos:
Estamos bien.
Y la soledad llega, pero sabe que hace mal tercio y mejor se aleja.
No lo sé, esto creo que nadie lo entenderá. No espero que lo hagan. Sé que no lo hacen.
El punto es que estamos bien, aún cuando Huele a Sangre. Pero si estoy bien, entonces no lo estoy.
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existencialismo, reflexión y desahogo , ansiedad y depresión
Editado: 07.05.2022