-Acá la tiene Señor, Amy White a su servicio. –Expreso Gabriel trayendo de la mano a esa hermosa ángel.
-Señor, Rey del cielo, la tierra y todo el universo ¿Para qué me necesita? –Se postro ante Él, pero le pidió que se levantara.
-He mandado que te traigan hasta acá porque tengo un encargo para ti. Te conozco y sé que puedes con esto.
-¿Qué encargo Padre mío? –Pregunto desconcertada.
-Te enviare a la tierra la cual está llena de caos, satanás y sus demonios han tomado lugar e hicieron de éste un desastre. Ahora los mantengo encerrados, pero siete humanos tomaron mucho de éstos, cada uno tiene un pecado capital diferente y necesito que los mejores antes de la fecha que te daré. –Se levantó y ella lo miro fijamente. –Te daré el derecho de decidir ¿Estás dispuesta a cumplir con lo pedido?
Ella nunca había estado en el mundo, le daba un poco de curiosidad, pero a la vez temor por las cosas que podría encontrar, no quería irse del paraíso, pero tampoco podía perder esta oportunidad. Dios sabía lo que estaba pensando, por lo que debía tomar una decisión.
-Sí Señor. Quiero ir…