Huele a Tentación

Capítulo 1

Se observó como de una parte del cielo se abrió un inmenso portal del cual salía un gran resplandor, Amy miraba aterrada por lo que se encontraba detrás de éste; aun así la curiosidad fue mayor y decidió dar el primer paso. Al unísono se escuchó un fuerte sonido de sorpresa que provenía de una multitud de ángeles que estaban junto a Dios. Amy miro por última vez aquel perfecto lugar antes de irse con una hermosa sonrisa en su rostro, Dios la tomo y le dio ciertas órdenes para poder permitir su salida.

-Amy, recuerda tu encargo, por favor espero me obedezcas. Solo te pido una cosa. No dejes que tu corazón se vuelva humano.

-Ella desconcertada le pregunto. -¿Corazón humano? ¿Cómo podría hacer eso?

-Enamorándote. Tendrás toda la comodidad que necesitas en la tierra, solo espero eso de ti. –Se apartó un poco de ella. -Ahora sí, puedes irte.

Observó nuevamente ese hermoso lugar y su alrededor para luego dar otro paso hacia aquella luz blanca y desmayarse…

 

****

El cantar de los pájaros que estaban en un árbol junto a la ventana de Amy la logró despertar, por primera vez se encontraba desorientada, con el cabello alborotado y con esa sensación de extrañez por permanecer tanto tiempo en un modo de reposo que a ella le parecía cómodo y a su vez, a lo que le llamamos “sueño”.

No obstante, se levantó de su cama y se dirigió al baño, a simple vista todo esto era nuevo para ella, pero por alguna extraña razón conocía cada una de estas cosas y las funciones que se realizaban con ellas. Al estar frente al espejo de su repisa se miró por un momento para luego lavar su rostro y hacer sus necesidades. Al salir observó que eran las siete de la mañana, a solo una hora para comenzar su primera clase en la universidad Wet High.

Salió de su cuarto en ese momento para comer algo, es obvio que ya su estómago no era como antes, por lo que necesitaba ingerir algo, ya que éste se lo ordenaba.

Rápidamente tomo de la nevera un par de sándwiches con jamón y queso para luego salir de su gran casa mientras comía. El nuevo hogar de Amy no estaba para nada mal, a la vista de muchos sería “la casa de sueños” y para otros “casa de una ricachona”. Esta era construida de madera y comprende dos pisos: en el inferior se encontraba la sala, la cocina, el garaje y un hermoso patio trasero en el que se encontraba una gran piscina; en el superior estaba una sala de descanso y relajación lleno de libros, dos dormitorios con sus respectivos baños, balcones y un mini cine. Por fuera estaba pintada de un blanco ostra junto con pequeñas decoraciones de color negro y lleno de pedrería en la parte inferior, en medio separando los dos pisos y superior de la casa, también habían varios arbustos cerca de estos los cuales debajo tenían luces que iluminaban su hogar dándole un toque perfecto a ésta.

Al estar dentro del auto Amy se repitió a sí misma.

-Recuerda tu encargo, no te olvides de tu propósito. –Resoplo.

Comenzó a manejar en destino a la universidad, Amy aún recordaba las palabras de Dios resonar en su cabeza… -Solo tienes un mes- … se preguntaba ¿Cómo podría hacer para mejorar la vida de siete chicos en tan solo un mes? Apenas había llegado, no sabía cómo reaccionarían, mucho menos como seria su actitud al verla.

Iba distraída pensando mientras manejaba, cuando de pronto su primera reacción al mirar la calle fue frenar rápidamente, sus ojos se agrandaron y el impacto fue bastante fuerte, dado que una chica apareció de la nada (o quizás lo fue para ella), al igual que Amy aquella joven se encontraba inmóvil con una rebanada de pizza en la mano que al instante soltó. Amy bajo del auto para ver cómo se encontraba ella.

-¿Te encuentras bien? Lo siento, –Tomo su cabello moviéndolo hacia atrás bastante asustada por lo sucedido. –venia un poco distraída pensando en cosas y no te vi, perdona…

-¡Oh dios! ¡Qué susto me has dado! –Miro al suelo mientras tomaba su cabello con una mano y su pecho con la otra. –¡Ay! Ahora quiero comer y mi pizza se cayó.-Refunfuño. -¡Gracias idiota!

-Espera ¿Te preocupa más la comida que el estado en el que puedas encontrarte? –Pregunto desconcertada.

-¡Maldición! –Su rostro se notó un poco serio y la frustración se dio a notar. No le importo si quiera dar una respuesta ante su pregunta- ¿Tienes algo de comida? Necesito algo, hazme ese favor si quiera por lo que hiciste. –Expreso molesta.

-Sí… -Amy la miraba un poco extrañada. –En el auto tengo un sándwich ¿Lo quieres?



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En el texto hay: angeles, demonios, pecado

Editado: 24.02.2018

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