Huellas

Capítulo 19

– ¡Matías me besó! ¡O Dios! –mi cerebro repite la frase mil veces en mi cabeza y no logro creérmelo. Estoy tirada de espaldas en la cama, mirando al techo y una sonrisa estúpida me llega hasta los ojos. Me quedo reviviendo cada parte del día de hoy; todo lo que pasó, hasta que me quedo dormida.
Al abrir los ojos ya la luz entra por la ventana pero es bastante temprano. Me muero de ganas de ver a Matías, así que me preparo rápido y bajo al salón, aunque no hay nadie allí. Busco en el comedor y en la cocina pero tampoco hay nadie. ¿A dónde pudieron haber ido tan temprano? 
Cuando me decido a subir las escaleras de regreso a la habitación, oigo unas voces que vienen desde afuera.
Hay varias camionetas y autos a fuera, y un grupo de cazadores están reunidos junto a una azul. La camioneta de Matías. Aunque a él no lo veo por ningún lado. Me acerco al grupo para ver si lo encuentro entre toda esa gente, pero no está ahí. 
Hay un hombre de unos sesenta años apartado del grupo, así que voy hacia él.
– Señor, sabe dónde pueda estar Matías. –le pregunto pero él no levanta la vista del periódico que tiene entre las manos.
– Señor, –vuelvo a preguntarle alzando más la voz por si la primera vez no me escuchó. –le pregunto si sabe dónde está Matías, el dueño de esta casa.
– Sé quién es Matías, niña. Él anda por el bosque; ya debe de estar al regresar. –me responde sin apartar la vista de su lectura. 
– Gracias. Ehhh... –Estoy al irme pero la duda me invade así que me dirijo nuevamente hacia él. –Oiga, me podría decir para que hay tanta gente aquí.
Con la pregunta levanta al fin la cabeza y me mira. –Un cazador murió anoche por la contaminación del río y por eso se decidió cancelar la temporada de caza por un tiempo.
– Ah ya veo.
– Niña, puedes alcanzarme mis lentes que están allá atrás. –Levanta la mano por detrás de su cabeza y señala el asiento trasero del auto. 
  Voy a donde me indicó y cojo sus lentes. Regreso a donde estaba antes y se los entrego, pero cuando me acerco a él, veo una imagen en el periódico que me hace fijar la vista y tomarle el periódico de las manos; o más bien arrancárselo.
Hay una fotografía de un hombre con barba, parece mayor pero lleva un traje elegante de un color gris y una corbata roja que le da un toque de hombre de negocios. El título del artículo dice: 
“El gran empresario Tomas Woodside, de «Wood&Make», declaró hoy la muerte de su hija.”
Al final de la página hay otra fotografía de ese mismo hombre vestido todo de negro rodeado por varios periodistas. No entiendo por qué este hombre hace que mi corazón duela. Su cara se me hace tan familiar pero al mismo tiempo tan extraña que no sé bien que pensar. Busco el nombre de la hija en el texto del artículo hasta que doy con uno que me llamó completamente la atención.
... por su hija Celeste Woodside. Nos enteramos hace poco sobre su aparición y ahora nos dan la horrenda noticia de su muerte. Todos estamos devastados con esta noticia y le brindamos el más sentido pésame a este distinguido empresario.
Mi corazón palpita a mil por hora y varios recuerdos llegan al mismo tiempo. Recuerdo a este hombre. Es mi padre.



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En el texto hay: amnesia, romance, misterio drama

Editado: 01.05.2021

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