Huellas

Capítulo 27

– Aquí tienen las bebidas. ¡Qué las disfruten!
  La camarera deja las bebidas y se retira. Yo me quedo con la vista fija en la mesa. Matías está sentado a mi lado metido en sus pensamientos y dándole sorbos de vez en cuando a la bebida que acaban de traernos. Cuando el chico rubio me abrazó en la calle, Matías lo apartó y le dijo que yo no recordaba a las personas, que mejor mantuviera las distancias. 
Lo dijo de una forma cortés pero se le veía bastante enojado. ¿Se habrá puesto celoso? Después de eso decidimos venir a un café para así conversar mejor. El chico me contó que él era mi compañero en la agencia y que había estudiado conmigo en la universidad.
  Él está justo frente a mí, mirándome curioso, y analizando cuidadosamente todo lo que le acabo de contar. 
  – Entonces no recuerdas nada, ¿eh?
  – Algunas cosas sí, pero muy poco. 
  – No sabes lo feliz que estoy de saber que estás viva. En la agencia, cuando nos enteramos de tu desaparición, nos preocupamos muchísimo, y después cuando tú padre anuncio en la entrevista que estabas muerta, fue un duro golpe para todos. 
  – Yo llegué ayer mismo a la ciudad. Hace una semana no sabía siquiera quién era. Pero ya pude encontrar a mi padre, mi casa y ahora encontré un viejo amigo y mi trabajo. No tienes idea lo feliz que me hace... Estefan.
  – ¡Recordaste mi nombre!
  – Sí. Así es. –le digo con una gran sonrisa. Recordé algunas cosas cuando lo vi, no es mucho, pero lo suficiente para mí. –Y cuando logre recordar más cosa iré a la agencia.
  – Todos se pondrán muy contentos. 
  De repente Matías hace un sonido algo extraño, lo que pareció ser una tos un poco fingida. Ahí me doy cuenta que con todo esto no lo he presentado.
  – Estefan, él es Matías, –me lo pienso un instante y decido decirlo. –mi novio.
  Él me mira sorprendido unos segundos, y luego se voltea hacia Estefan. 
  – Es un placer Matías. Tienes mucha suerte.
  – Sí.
  Se quedan mirando unos segundos hasta que son interrumpidos por la llegada de Julia. Ella había estado todo este rato en la entrada del café, hablando animadamente con uno de los empleados.
  – Señorita Celeste, su padre ya llegó de la empresa y le gustaría poder cenar con usted.
  – Oh... ok Julia, ya nos vamos.
  – Bueno Celeste, nos vemos entonces. –me dice Estefan.
  – Si, espero volverte a ver pronto.
  Y así pagamos la cuenta y nos retiramos del lugar. Paramos un taxi, tan pronto llegamos a la calzada y nos acomodamos dentro. Al llegar a la casa, mi padre ya nos estaba esperando en el salón. Lo saludé y me fui a dar un baño, para luego cenar. 
  Me vestí con un vestido azul del armario y me recogí el pelo como pude. Al estar lista me encaminé hacia el comedor, guiándose por los cuadros de los pasillos. Cada uno tiene cuadros diferentes, lo que me ayuda en mi orientación. 
  Caminaba con mi atención puesta en los cuadros cuando de repente Matías se atraviesa en el camino y sin percatarme, choco contra él.



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En el texto hay: amnesia, romance, misterio drama

Editado: 01.05.2021

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