Huellas

Capítulo 34

– Ese vestido te queda hermoso hija mía. Estás bellísima. –me dice mientras voy bajando las escaleras.
  – Gracias papá. –Yo no tengo idea de cómo pude, pero le dediqué una de mis mejores sonrisas.
Ya hoy es el día de la entrevista y decidí vestirme lo mejor posible. Llevo un hermoso vestido rosa pálido y el cabello recogido en una cebolla bien elaborada por medio de las manos de Julia. Cualquiera que me viera pensaría en mí como la buena y educada hija de Tomás Woodside. Pero quién leyera mi mente sabría que está totalmente equivocado. No hago más que repetirme el plan en la cabeza miles de veces. Ya todo está organizado y no puede haber ningún fallo.
  Subimos al auto que nos está esperando en la entrada y recorremos el camino hasta la empresa en silencio. Solo Dios sabe cuánto agradecí eso. 
  Matías se fue para el pueblo de Wilhelm ayer. Espero que haya podido llegar sano y salvo. ¡¿Pero en que estoy pensando!? Me abofeteo a mí misma y me concentro en el plan. Ya llegamos al edificio de la empresa que hoy luce más imponente que nunca. Su inmensidad me asusta pero tomo aire y entro al lugar.
  La entrevista es el mejor lugar para soltar la bomba, porque no solo habrán cámaras transmitiendo en vivo sino que muchas personas importantes asistirán, ya que se celebrará una fiesta en el salón de la empresa por el aniversario de fundación de la marca Wood&Make.
  Al entrar al salón, un brillo me sega la visión y me hace detenerme un momento antes de seguir con la dichosa pasarela saludando gente que en mi vida he visto. Después de algunas fotos un tanto molestas puedo ver en realidad la cantidad de personas en el salón. Todo el lugar está repleto, lo que para mí es perfecto.
 Trato de localizar a Estefan entre los invitados pero él apareció justo delante de mí. Viste un traje elegante y el cabello bien arreglado. Camina hacia mí y aparta a la gente que me rodea con la gentileza que lo caracteriza.
  – Oh amiga, hasta que al fin llegas. Estás preciosa. –me dice dándome un abrazo que me cogió completamente de sorpresa. Y ya cuando está en una posición que nadie puede oírlo me dice. –Necesito hablar contigo.
  Se separa de mí y lo miro con ojos asustados. 
  – Hola a todos, sé que están muy deseosos de hablar con Celeste pero antes me gustaría llevarla a que vea a algunas personas que se mueren de ganas de abrazarla.
  Y así sin esperar respuesta, me toma de la mano y me lleva por entre los invitados hasta una zona en la que nadie nos ve. 
  – ¿Qué pasó? ¿Cuál es el problema?
  – Cálmate no hay ningún problema, bueno si lo hubo pero ya se solucionó. El vídeo está hecho y ya organicé todo como me dijiste, solo que hubo un problema al acceder al servidor para poner el vídeo en la pantalla pero ya está solucionado.
  – Ya se solucionó. ¿Entonces qué pasa?
  – Hay algo que tienes que saber.
  De repente abre una puerta y entramos en una habitación con un par de ordenadores y una cabeza que sobresale de ellos. Esa persona levanta la cabeza y no pude dejar de asombrarme al ver quién es. Es sin duda la persona que menos imaginé que vería hoy haciendo la cosa que menos pensé que haría. Tenía razones para asombrarme.
  – ¿Qué haces aquí Matías?
  – Él vino a ayudarnos, y de veraz lo necesitamos. –me dice Estefan intentando hacer que me tranquilice.
  – No te habías ido ayer, ¿por qué regresaste?
  Se levanta de la silla y bordea la mesa de las computadoras hasta llegar a donde estoy yo.
  – No me podía ir. No así. Sé que no quieres saber nada de mí y te entiendo, no voy a forzarte de verdad. Solo quiero ayudarte a acabar con ese hombre. Después prometo que me iré de una vez por todas pero antes déjame ayudarte.
 – Es cierto lo que dice, lo necesitamos. Él puede hackear el sistema y poner el vídeo para que las cámaras lo graben. Tú misma dijiste que no bastaba solo con mandar el artículo, el vídeo era importante.
 – ¿Y tú desde cuándo sabes de computadoras? –le digo a Matías.
  – Es una historia complicada, pero te diré que mi madre era informática, de las buenas.
  – Bueno, está bien puedes ayudarnos, pero no vayas a hacer ninguna estupidez.
  – Es una frase algo irónica, no crees.
  No puedo evitar soltar una pequeña sonrisa. Estefan y yo salimos de la habitación y nos dirigimos hacia la masa de personas.
  «Es hora de que empiece el espectáculo» 
 



#25320 en Novela romántica
#6422 en Thriller
#3597 en Misterio

En el texto hay: amnesia, romance, misterio drama

Editado: 01.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.