"Nada hay que temer del proletariado. Dejados aparte continuarán, de generación en generación y de siglo en siglo, trabajando, procreando y muriendo, no sólo sin sentir impulsos de rebelarse, sino sin la facultad de comprender que el mundo podría ser diferente de lo que es." — George Orwell.
El mundo ha cambiado, ahora es distópico. La alta tecnología se mezcla con el bajo nivel de vida. ¿O fue la tecnología la que llevó a la sociedad a la decadencia? Who cares! Nadie increpa lo que sucede, nadie piensa de más. Y si lo haces, entonces estás —literalmente— arriba. Este nuevo mundo que yace sobre las cenizas del anterior se divide en dos secciones amplias. En Up (arriba) están aquellos que han decidido avanzar junto a la tecnología. Y, residen de alguna manera en los aires, codeándose con las nubes. Allí, la ciudad siempre brilla con sus espectaculares y coloridas luces neón. Los edificios altísimos han hecho creer a esa porción reducida de la población que están cerca de Dios —o que ellos son Dios. Mientras que en Down (abajo) viven las personas que tuvieron miedo al cambio, a la evolución. En Down siempre reina la oscuridad debido a que Up les cubre del sol, a excepción de ciertas zonas, ya que, Up no es tan extenso como lo es Down. Hay que agregar que en Down se vive de una manera mediocre. Si hace muchos años la contaminación era un problema que podía combatirse, ahora ya no lo es. Actualmente la gente ha encontrado la manera de vivir entre los desperdicios. Es horrible, pero esa fue su elección.
Con el pasar del tiempo las personas de Down admitieron que necesitaban a las personas de Up para sobrevivir. Y los genios sin moral de Up no iban a negarse. Las megacorporaciones compiten fuertemente entre sí en el nuevo y redefinido mercado negro. Hace mucho las grandes marcas de alimentación, productos domésticos y cosmética han dejado de serlo, dándole paso al mercado de la manipulación genética. Además, el crecimiento intenso de la ingeniería, sobre todo en ramas como la mecánica, eléctrica, electrónica y biomédica se han llevado a cabo de manera clandestina y sin ética. Aunque, ¿A quién le importa la ética? La moral y los principios han desaparecido, llevándose consigo a la humanidad. De esta forma, muchísimos líderes de megacorporaciones tienen detrás redes de experimentación en humanos llevados a cabo de forma clandestina. Los sujetos de prueba son los habitantes de Down quienes a cambio reciben seguridad, alimentos, vestimenta, etc. que vuelven su vida menos deprimente. O eso es lo que creen. Y si alguna vez un habitante de Down decide ir a Up es muy probable que vuelva a bajar. La civilización ha avanzado a pasos agigantados. Allá arriba todo es diferente y difícil de comprender. Incluso, intimidante. Y, las personas prefieren conformarse con lo poco que tienen en Down.
—Sigo creyendo que es estúpido. —Dice y se inclina hacia las probetas que contenían un extraño líquido rosa. —Prácticamente les damos nuestra vida a cambio de comida. —Se irgue. —¿De qué servirá la comida si morimos en la operación?
—¡JongIn! —Regaña, cogiéndole de la mano y evitando que agarre una de las probetas.
—Pero, Joohyun... —Forcejea levemente cuando ella empieza a jalarlo hacia la salida del pequeño laboratorio clandestino.
—No tenemos permiso de entrar ahí.
El moreno rueda los ojos. —Pero, tú también sientes curiosidad, ¿No?
Ella chista. —Volvamos, tenemos que ayudar a arreglar todo.
—¿Por qué nos sometemos a ellos...?
—¡JongIn! —Grita. —Siempre lo hemos hecho. —Declara. —Nosotros lo hacemos, nuestros padres lo hicieron, nuestros abuelos lo hicieron, ¡Todo el árbol genealógico lo ha hecho! Así es como sobrevivimos, nosotros les ayudamos, ellos nos ayudan. No hay nada que contradecir.
—Oh, hay mucho que contradecir. —Comenta burlesco.
Su pequeña charla termina abruptamente cuando Joohyun empuja a JongIn hacia los sacos llenos de droga. Él pucherea aburrido de su monótona vida, en la cual, él es solo un esclavo más del sistema. Pero, al menos, es un esclavo con ideas y con la noción de querer revelarse. Al menos él no está tan conformado con dicha vida como las demás personas que le rodean. Y, quizá, para el pequeño pueblo donde reside es necesario alguien como él. A pesar de que no lo quieran aceptar y lo miren con desprecio.
El magnate S es quien lidera la organización que ayuda al pueblo donde vive JongIn. Pueblito conformado por alrededor de 23 familias que se unieron hace muchísimos años y juntos han logrado sobrevivir hasta ahora. La empresa Copperheart dedicada a encontrarte o crearte al amor de tu vida es una fachada para el gran emprendimiento en el sector de la biotecnología y de las nuevas drogas. Copperheart se inició en los experimentos en personas cuando detectaron que muchas personas estaban a favor del amor entre humanos y cíborgs. Ellos tenían la tecnología de convertirte en cíborg y de paso te encontraban a tu pareja ideal, ¡Premio doble para ellos! Sus ganancias se dispararon. Sin embargo, esos procedimientos solo se realizaban por debajo de la mesa. Los múltiples trabajos con relación a la unión de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos tenían límites, pero, realmente nunca nadie les prestaba atención. Así que, si tenías la valentía de atreverte, ellos lo realizaban. No obstante, en Copperheart no quieren que sus clientes salgan lastimados —no porque estén genuinamente preocupados sino porque si garantizan una buena cirugía es probable que esa persona regrese o, mejor aún, recomiende a la empresa. Por ello, Copperheart siempre prueba sus experimentos en residentes de Down.