<<<<Carter Hessen >>>>
Todos los humanos están infectados, es una plaga de gente muerta, una verdadera invasión, una mordida y te conviertes en uno de ellos. Es letal y ya no hay remedio, es escapar de ellos o morir en el intento.
Se ha hecho de noche y estar en la ciudad de noche no es un buen lugar para estar. McCallister conduce a toda prisa hacia una zona segura.
Detrás de nosotros nos persiguen los infectados. Aunque estábamos seguros en la camioneta, por un momento creo que la derribaran.
Ian se asoma por la ventana y les dispara a los infectados en la cabeza. Nos vemos rodeados cuando nos encontramos en la salida del sector 12 y los infectados están en la puerta impidiéndonos el paso. Ian y Haakon le disparan a los infectados. McCallister acelera y atropella a los infectados. En el parabrisas del auto s salpica sangre.
Logramos escapar con vida; y me siento aliviada. Pero los Infectados están en los otros sectores, como he dicho antes ningún sitio es seguro ahora.
Miró la ciudad que está oscura y desierta.
Sector 13. 22.45 pm.
Me da algo de miedo. Buscamos un sitio donde los infectados no nos ataquen, ni nos encuentren. Nos alojamos en una de las casas del sector 13.
No tenemos suministros de nada, entonces pienso que debemos encontrar insumos de remedios, alimentos y armas para sobrevivir en la semana. Mañana por la mañana debemos a ir a buscarlos, ese pensamiento me lo responde McCallister quien dice.
– No te preocupes por los insumos, de eso nos encargaremos mañana a la luz del día. – Asiento con la cabeza y voy ayudar a Nicole.
Asegurar las puertas y ventanas
McCallister quien ha conseguido madera y un destornillador electrónico en el sótano asegura las puertas y ventanas. Nicole y yo ayudamos a colocar la madera en las ventanas.
Cuando está todo asegurado nos alistamos para dormir. Aunque más que sueño, tengo hambre, no hemos comido nada desde ayer, pero trato de no pensar en comida. El sueño aun no me viene, me quedo leyendo el informe virtual detenidamente cuando Ian me interrumpe.
– Lo que paso hoy. Lo hice inconscientemente.
– Si, lo sé. Gracias. – digo sin aprestarle atención y concentrándome en el informe.
– ¡¿Carter?! – Me dice antes de irse. – ¿Qué paso con nosotros? – No contesto en seguida, solo lo miro con cara de póker.
– Creo que cambiamos. – Le digo al cabo de unos minutos.
– ¿Qué hay de los planes que teníamos y de construir una familia, juntos? – Me pregunta.
Lo miro a los ojos
– Todo eso se desvaneció, vos cambiantes. Las cosas cambiaron. – Le respondo.
– Yo no cambien, Carter, vos lo hiciste. De pronto dejaste de verme como antes. – me dice. – Te distanciaste, no me hablabas. Te alejaste de mí. –añade.
– Mira, creo que nuestra relación no funciono porque nos casamos muy jóvenes. Todo paso muy rápido. No disfrutamos de nuestras vidas.
– Carter, te amaba. Aun te amo y lo único que quería era estar con vos y tener esa familia con la que tanto anhelábamos. Recuerdas lo que dijimos de tener 4 hijos. – Me recuerda.
En ese momento me siento mal.
– Ese es el problema, no puedo darte hijos. Cuando paso lo de Abby y lo de Stefan. No puede mirarte más a los ojos porque cada vez que lo hacía me hacías recordar, lo que nunca podía darte.
Me mira y me responde:
– No lo sabía. Debí de imaginármelo. Yo lo siento tanto.
– No, yo lo siento, Ian. Nuestra relación después de eso se desvaneció. No fuimos los mismos. Creo que no teníamos confianza y no sentimos amor el uno por el otro, no sé. –digo moviendo la cabeza. – Tú cambiaste y te convertiste un idiota . Te alejaste de mí con tus vicios.
– ¿Por qué no me lo dijiste?, podríamos a verlo superado.
– Es que no podía decirte que nunca podía tener hijos, me sentí terriblemente mal… – me detengo. Suspiro y añado – porque te veía feliz con esa idea. No quería herirte.
Pone cara de pocos amigos y me pregunta:
– ¿por qué no puedes tener hijos? Debe de haber una explicación.
– La hay, soy Lemonter. El feto era incompatible conmigo, por más que lo internamos perdería a todos los bebés. El virus me hizo eso. – muevo las manos con enfado. – Esta aquí. – Le doy el informe con enojo. Lo lee y abre la boca – Las cosas no debía de ser así.
– No, pero lo son. – Inquiero.
– Realmente me arrepiento de no haber estado con vos cuando más lo necesitabas y de volverme un idiota.
– Ambos fuimos idiotas, creo. – Convino.
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Editado: 28.05.2021