Humanoides: La marca de la mutación | libro 1|

Terror en la universidad

 

<<<Loreley Hampton>>> 

Universidad de Reddeck City, Sector 7, 4: 30 pm

Estoy en la clase de abogacía como siempre, cuando de pronto uno de mis compañeros escupe sangre. Lo miro asuntada, creo que soy la única que ha visto su estado, parece tener un dolor de cabeza o fiebre porque se toca mucho la cabeza. Lo sigo observando y veo que tiene escalofríos. Por un momento creo que se trata de una gripe, pero no es eso. Parece drogado está fuera de sí mismo. Los demás no notan nada siguieron con sus cosas.

De pronto se convulsiona. Su pulso y respiración parecen lentos. No respira, es cuando me doy cuenta de que no es una simple gripe. Todos se dan vuelta y una chica grita:

– ¡Llamen a una ambulación!

Todos lo observan Y una de mis compañeras se acerca.

– ¡Está muerto! – Exclama con error.

Al cabo de unos segundos abre los ojos, estos se vuelven blancos y muerde a mi compañera. Esta lanza un grito. El pánico se desata y todos corren.

Mis guardaespaldas se lanzan enseguida contra a mí y me dicen:

– ¡Vamos, demos sacarla de acá!

Les disparan a los monstros quienes nos atacan.

– ¿Qué está pasando? – Exijo saber mientras me saca del aula.

– No hay tiempo para explicaciones demos sacarte de aquí. – me dice Isaac.

– Pero mis cosas están en mi habitación. – Protestó

Al salir del aula veo el caos, los estudiantes corren. Los mordidos se han convertido en monstros.

Entro a mi habitación y tomo mis cosas. Es que no puedo irme de la universidad sin mis pertenecías, son caras y valiosas.

Los guardaespaldas me apuran y me sacan del establecimiento. Una vez más les disparan los estudiantes quienes para mí no son más humanos, están muerto; son solo muertos vivientes.

Me llevan a la camioneta para ir hasta un lugar seguro. Estoy lejos de Washington y tal vez me llevarían ahí para ver a mi padre. Seguro lo vería por video llamada.

Entramos al Sector 2*.Después de que nos analizaran nos dejan pasar. Sigo sin comprender que está pasando.

Avanzamos y nos detenemos en gran edificio ahí me recibe una mujer de cabello oscuro largo hasta los hombros muy alta de falda y saco a juego de color negro. Esta enseguida me reconoce y me dice:

– Señorita Hampton, su padre la espera por video llamada.

Sin decir nada voy hasta una habitación y por el plasma veo a mi padre.

– ¡Papá! ¿Qué está pasando? – Le preguntó.

Mi padre no me contesta enseguida, su cara me lo dice todo, no es un bueno el clima de la situación.

– Mira, lo único que te diré es que Reddeck se declaró en riesgo biológico hace tres días. No es un lugar seguro, un virus se propago por todo la Ciudad Reddeck. – Me explica

– ¿Un virus? – Pregunto incrédula. – Creí que ya te habías ocupado de esa infección. ¿Eso lo que yo creo que es?

– Sí. Creí que lo tenía bajo control, pero me equivoque. Se salió de control. Creí que el virus se controlaría cerrando todos los sectores, pero el virus fue más fuerte está evolucionando. – Me responde.

– Tú me mentiste, dijiste que lo tenías contralado. Estas causando terror. – Lo acuso. – Me dijiste que Los sectores 1 y 2 eran los más seguros.

– Hija, no sabía el grado de la infección, no debía de haber salido del laboratorio, pero hubo un accidente. No puedo darte más datos. Debes salir de aquí los sectores 1 y 2 dejaron de ser seguros. Te llevaran a un lugar seguro y te daré más información en cuanto pueda.

– No, espera, papá. – Grito cuando la comunicación termino.

Ante eso Frida me dice:

– Lo siento el tiempo término.

– No lo hare, esta que me des un explicación de lo que está pasando.

– Ya te lo dijeron, por favor sube al auto.

– ¡No! Hasta que me digas que son esas cosas y porque me mintieron de esta forma. – Le respondo

– Tengo órdenes de mantenerte a salvo. No puedo darte más explicaciones.

– No me subiré al auto esta que me digas ¿dónde iré y por qué? ¿Por qué no puedo ir como mi padre a Washington? – Digo con enojo.

– Loreley, por favor. Vete de aquí antes de que sea tarde. No puedes seguir aquí. Los infectados pueden entrar, ningunos de los sectores es seguro. – me dice.

La miro con cara de pocos amigos. Isaac me mira para que nos vayamos. Miro a Frida y sin decir nada me voy de ahí. Isaac y yo entramos al auto rápidamente.

Me quedo fijamente viendo la ventana. Isaac me pasa el brazo por los hombros.

Me pongo a pensar que aún no tuve la oportunidad de decirle a mi padre que Isaac y yo estábamos juntos, se me ha olvidado. Ha sido mi guardaespaldas por cuatro lagos años y ahora que es mi novio aun pienso que es quizás demasiado pronto para aclarar esto.

De pronto algo nos choca….

Al abrir los ojos me percato de que estábamos dados vuelta y que los infectados se acercan nosotros. Miro para todos lados desesperada, y despierto a Isaac que está inconsciente con una herida en la cabeza.

– ¡Isaac! – Exclamó

No responde, me asusto y me empiezan a caerme lágrimas al imaginar que podría estar muerto.

Grito cuando un infectado se acerca a mí y en ese momento el infectado cae al suelo. Me doy cuenta de que es Isaac, le ha disparado con el arma. Lo abrazo y lo beso.

Salimos del auto. Vemos que el conductor está muerto.

– ¡Bill! – Digo al verlo.

Me da tristeza, llore por él, él fue mi conductor y mi amigo de prácticamente toda mi vida.

– ¡Vamos nos! – me dijo Isaac.

Al alce la vista veo la ciudad destruida. En las calles reina el caos, los muertos caminan. Isaac me da un arma y con dificultar les disparo a los muertos. No se disparar, nunca tuve una buena puntería. Y no me gustan las armas creo que eso es de hombres. No pude creer que estuviera pasándome esto a mí.

Al caminar unos pasos me doy cuenta de que he olvidaba mis cosas en el auto. No puedo dejarlas ahí.




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